Gracias a sus propiedades depurativas y antisépticas, las arcillas forman parte del mundo de la cosmética desde la Antigüedad: los lodos del Nilo ayudaron a formular ungüentos destinados a embellecer la piel y lo mismo ocurría en el continente americano con los pueblos aztecas, que se servían del barro para mejorar su cutis. Hidratantes, exfoliantes, iluminadoras… La composición mineral de las diferentes tierras era lo que marcaba el efecto de esas primeras mascarillas.

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¿Y además? Pues dan mucho juego para una foto de Instagram (y eso son puntos). © Instagram @emilietommerberg

Hoy, la situación es igual de diversa, aunque el origen ya no tiene por qué ser de un lugar concreto y las alquimias permiten un enriquecimiento de las arcillas como nunca se pudo ver de forma natural. Por ejemplo, añadiendo componentes cicatrizantes o regenerantes como el sílice o bien fósiles de microalgas de fondos abisales, que exfolian la piel al detalle (es el caso de Biotherm y su línea Pureefect).

La ‘arcilloterapia’ vive un renacer gracias a diferentes fórmulas que, además, juegan con los colores para, durante unos minutos, permitir una divertida foto con nuestra cara de color verde, rojo, azul… Y no solo en el rostro, ya que también se encuentra en productos capilares y corporales (en Maison Eduardo Sánchez, por ejemplo, se usan arcillas blancas con pigmentos naturales para una coloración del cabello ‘al óleo’, así como para dar brillo a la melena). Todo un universo que hace del barro un aliado de belleza perfecto.

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Crema de noche que elimina las arrugas y unifica el tono. Skin Absolute, de Filorga. © Mondadori Photo

Estos son los productos con arcilla que seguro llamarán tu atención esta temporada:

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