¿Es posible estar más guapas gracias al yoga? ¡Sí! Porque el bienestar interior que sentimos al practicarlo se refleja automáticamente en nuestro exterior, ayudándonos a sentirnos más conscientes, sanas, felices y luminosas. Y eso se traduce en mostrarnos mucho más bellas. Mercedes de la Rosa, una de las creadoras de Freeyoga Project y encargada de impartir la multitudinaria clase que se celebra el próximo 4 de junio en la Plaza Mayor de Madrid, nos da siete claves para que este ejercicio se convierta en un ritual de belleza cotidiano:

© Instagram @aerialtheyogi
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1.¿Qué beneficios tiene para la belleza practicar yoga?

A través de las secuencias de posturas físicas y de la atención hacia la respiración, oxigenamos, revitalizamos y regeneramos todo el organismo a nivel celular haciéndolo más fuerte y resistente a las agresiones externas e internas. Una práctica continuada de yoga fomenta la segregación de endorfinas (hormona de la felicidad), lo que provoca la disminución automática de los niveles de estrés y facilita que nos sintamos más felices y relajados, haciendo desparecer cualquier rictus de tensión en nuestra cara –entrecejo, mandíbula, alrededor de los ojos– e impulsando la desaparición de arrugas y una mayor luminosidad en nuestro rostro.

2. ¿Cómo actúa a nivel celular?

Mediante una respiración consciente y completa, el yoga proporciona oxígeno suficiente para el funcionamiento correcto y eficiente de todas las células del cuerpo.  A modo de ejemplo, sin suficiente oxígeno, las células no pueden metabolizar los alimentos adecuadamente. Los nutrientes, incluyendo las vitaminas y minerales, se desperdician. Una práctica regular de yoga activa todos los sistemas –circulatorio, inmunológico, digestivo, etc– lo que permite depurar nuestro organismo y eliminar todo lo que no necesita, fomentando el brillo tanto de nuestra piel como de nuestro cabello.

© Victoria's Secret Sport
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3. ¿Favorece el adelgazamiento y la tonificación de los músculos?

La práctica del yoga fomenta la oxigenación de los músculos del cuerpo al mismo tiempo que los tonifica y esculpe de manera natural puesto que únicamente se utiliza el peso del propio cuerpo. Además, aparte de ponernos en forma físicamente, disminuye mucho los niveles de ansiedad que son, muchas veces, los que nos impulsan a comer de forma compulsiva. Una práctica continuada de yoga nos enseña a escucharnos para entender qué es lo que nos hace sentir bien en todos los aspectos, incluida nuestra alimentación. Por lo tanto, sí, ayuda a adelgazar pero de manera natural y como consecuencia de nuestro propio autoconocimiento y bienestar.

© Instagram @beachyogagirl
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4. El yoga equilibra la mente. ¿Cómo repercute esto en nuestra apariencia física?

Respirar es el acto que nos permite oxigenarnos y llenarnos de vida. Si lo hacemos de manera limitada, así es como nos sentiremos física, mental y anímicamente, y eso se traducirá en nuestro aspecto externo. Una respiración consciente y profunda permite el buen funcionamiento de órganos, glándulas, sistemas y cerebro. Vivimos a un ritmo acelerado; con prisa y deprisa, y así respiramos. Utilizamos únicamente un tercio de nuestra capacidad y lo hacemos de manera inconsciente. Este automatismo, junto a la escasez de oxígeno, tienen efectos negativos tanto en las células, como el organismo, la mente y el ánimo. A través de una respiración consciente, mejora la fuerza física, la resistencia contra enfermedades y cansancio, los estados de ánimo decaídos, así como las mentes dispersas y aceleradas. Y todo esto se refleja en nuestro exterior.

5. Practicar yoga nos ancla en el presente. ¿Eso es positivo en clave beauty? 

¡Desde luego! Cuando vivimos agitados, tensos, crispados o sentimos miedo, generalmente es porque vamos oscilando entre la nostalgia del pasado y la incertidumbre del futuro, algo que únicamente existe en nuestra mente. Si hacemos una prueba, en cualquiera de esos estados, seguramente nuestra respiración sea entrecortada y poco profunda. Si, por el contrario, tratamos de vivir en el presente al cien por cien, nos encontraremos más serenos y enraizados, y probablemente nuestra respiración sea más sosegada y profunda. Eso se traduce en cómo nos relacionamos, lo que transmitimos, en cómo somos y vivimos.

© Instagram @sjanaelise
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6. ¿Cómo sería la sesión de yoga antiaging perfecta?

La sesión de yoga antiaging perfecta sería cualquiera que incluyera posturas físicas que activaran la circulación sanguínea, tonificaran los músculos y ayudaran a eliminar toxinas, todo esto acompañado de una respiración profunda y consciente. Precisamente, este último punto es el que diferencia el yoga de cualquier gimnasia o técnica. Es a través de la respiración que se consigue la oxigenación de las células y serenar la mente. En cuanto al escenario ideal, puede ser cualquier lugar. Es verdad que, si se puede practicar de vez en cuando en lugares donde el aire sea puro y estemos rodeados de naturaleza, es un auténtico lujo, pero nuestra habitación, estudio de yoga o lugar de trabajo también son excelentes lugares para hacerlo.

7. ¿Qué posturas concretas podrían (casi) sustituir a una crema?

Existen infinidad de posturas que ayudan a conseguir todos los beneficios de la práctica de yoga que nos ayudarán a ser más bellas; entre ellas, recomendaría estas:

Gato/Vaca: Colócate a gatas, con las manos debajo de los hombros y las rodillas debajo de las caderas. Al inhalar, abre el pecho y mira hacia el entrecejo, al exhalar, empuja el suelo con las manos y relaja el cuello, llevando la mirada hacia el ombligo. Repite cada postura diez veces llevando la atención a tu respiración.

Al inhalar, abre el pecho; al exhalar, redondea la espalda.
En cuatro apoyos, al inhalar, abre el pecho; al exhalar, redondea la espalda. Hazlo a un ritmo relajado.

El perro boca abajo: a gatas, con las rodillas debajo de las caderas y las manos debajo de los hombros, eleva las rodillas y lleva poco a poco los isquiones y nalgas hacia el techo. Empuja desde las manos, alejando los hombros de las orejas, estirando la espalda. Puedes mantener las rodillas ligeramente dobladas o estirarlas. Lleva todo el peso de tu cuerpo hacia los talones, tratando de que estos toquen el suelo. Relaja la cabeza y abre los hombros. Mantén 10 respiraciones largas y profundas. Para salir de la postura, vuelve a apoyar las rodillas en el suelo con una exhalación.

El perro boca abajo., por © Cortesía de Free Yoga
El perro boca abajo, perfecta postura de (beauty) yoga. © Cortesía de Freeyoga

El próximo sábado 4 de junio la Plaza Mayor de Madrid se llenará de yoguis gracias a Freeyoga. ¡Apúntate aquí!

© Cortesía de Freeyoga
© Cortesía de Freeyoga