Decía Coco Chanel que «una mujer que se corta el pelo, está a punto de cambiar su vida». De hecho, en nuestra cultura, pocos actos hay más simbólicos de un cambio de etapa, una ruptura con lo anterior y el comienzo de un nuevo ritmo que el de cortarse la melena y disfrutar de un look radicalmente diferente.

El subidón de alguien que entra en la peluquería dispuesto a vivir ‘el cambio de su vida’ puede ser bastante fuertecito. Es un hecho: pegarse un buen corte (un poco a lo loco) sienta muy bien (y no es necesario convertirse en Britney Spears). Entonces, ¿por qué suele provocar tanto miedo dar ese paso?

Del 1 al 10, ¿cómo de identificada te sientes con esta imagen? © Getty Images

Un corte de melena, por lo general, trae consigo satisfacción y una carga de energía y autocomplacencia importante. Ayuda a mejorar el ánimo y a llenarse de buenas vibraciones. Genera autoconfianza y un poder para enfrentarse al mundo que no es exclusivo de las mujeres. Numerosos estudios a lo largo de los años concluyen que, tanto para ellos como para ellas, el cabello influye directamente en el carácter y el estado anímico y es un factor decisivo para alcanzar el éxito profesional, personal y sentimental.

Eso sí, todo esto solo funcionará si el corte es satisfactorio y no te hacen una ‘chapuza’ que te mande directamente a ‘la casilla de salida’ con un cargamento de pañuelos para llorar por los mechones perdidos. Es vital contar con un buen peluquero que, más que arte con las tijeras, lo tenga a la hora de entender qué quieres hacerte.

Un nuevo corte puede ser también todo un descubrimiento… © Getty Images

«El pavor de muchas mujeres al cortarse la melena está, por un lado, directamente relacionado con la confianza o la falta de ella, que tengan en su peluquero. Y, por otro, con el apego que tengan a su imagen, a la que creen que es la que más les favorece», explica Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez. Le secunda la estilista Diana Daureo: «En nuestra sociedad siempre se ha pensado que la feminidad va ligada a la longitud del cabello, y el hecho de cortarlo crea inseguridad», añade.

Diana es de la opinión de que un corte de melena no tiene por qué implicar un cambio de look. Del blanco al negro hay toda una gama de grises rica y variada. «El cambio se puede y se debe adaptar a las necesidades de cada persona, a su estilo, personalidad… y no por ello este debe ser radical. De hecho, es posible optar por uno que no sea demasiado obvio», explica desde su salón madrileño. «Mientras no haya un cambio de color, es sencillo mantener el estilo a pesar del corte. No podemos olvidar que un corte de cabello es casi también un cambio en la actitud gestual y en la manera de moverse», añade Eduardo Sánchez.

Y si te queda tan bien como a él… ya no te digo nada.

Para el afamado peluquero, «el mejor momento para hacer un cambio de imagen radical es cuando una está serena, tranquila y más a gusto consigo misma, porque no hay peligro de que el cambio vaya a afectarte de manera negativa si el resultado no es el esperado». Y nada de cambiar por cambiar, sino «porque verdaderamente nos apetezca una nueva imagen y estemos dispuestos a cambiar el juego», recomienda el experto.

Y si no estamos del todo convencidos, mejor pecar de tímidos e ir despacio. «Si tenemos miedo al corte, es mejor ir haciéndolo poco a poco para perder reticencias y ver que realmente el cambio nos permitirá lucir más favorecidas», explica Diana Daureo. «Si el rostro es fino y se quiere un cambio total, lo idóneo es optar por un corte pixie o boyish. En cambio, si se tiene un perfil más conservador y unas facciones más redondas o cuadradas, la mejor opción es decantarse por la media melena, tan favorecedora», prosigue la estilista.

Rostro fino ✔️ , ser una preciosidad ✔️, cambio radical ✅

No hay peluquero que se precie al que no le guste un corte que le permita demostrar su habilidad. Sin embargo, hay solo una ocasión en la que Eduardo lo desaconseja: «No hay que cortarse nunca el cabello pensando ya de manera anticipada en cuándo te va a crecer. Ese es el primer síntoma de que no estás haciéndolo convencido». Y no solo eso. Según Daureo, «cuando nos encontramos en una etapa de cambios o en un proceso duro en nuestras vidas es mejor no tomar este tipo de decisiones, ya que luego podemos arrepentirnos y no disfrutar de todo lo que nos aporta cortarnos la melena», aconseja.

Bien por necesitar un cambio de look, por sanear el cabello o, simplemente, porque nos apetece, este otoño hay cuatro cortes predominantes, según el estilista Daniele Sigiliano, director creativo de Blow Dry Bar Madrid: por un lado, la melena media (un largo máximo de 4 centímetros bajo el hombro), la cabeza rapada para las más atrevidas, el corte bob capeado y el carré, un corte cuadrado como el que lució Sarah Jessica Parker en los últimos meses.

Tras ellos puede estar todo un descubrimiento: el de que no solo estarás preciosa con la melena de siempre… ¿Te animas al tijeretazo?