Una de mis amigas nunca bebe mientras come porque asegura que le sienta mal. Mi compañera de trabajo tampoco lo hace, pero sí se bebe un buen vaso de agua antes de la hora de la comida: “Tiene efecto saciante”, cuenta convencida. Mi madre lleva años tomándose un vaso de agua tibia al levantarse. Y mi abuela jura que el agua del grifo, aunque sea potable, es mala para todo.

Estamos seguras de que durante toda tu vida has oído historias como estas sobre el agua. Y, últimamente, también sobre lo que no es el agua. A saber: refrescos ‘zero calorías’, bebidas energéticas, tés détox, e incluso alcoholes. Ninguno de los líquidos que consumimos a diario se libra de ser objeto de especulaciones y falsos mitos en torno a sus efectos sobre la salud. Pero… ¿qué hay de verdad en todos ellos? ¿Debemos dejar de beber agua durante las comidas? ¿Es bueno tomar un par de vasos de vino al día? ¿Qué deberíamos ingerir después de hacer deporte?

«El agua no tiene valor calórico alguno, independientemente de si es consumida antes, durante o después de las comidas. Y tampoco provoca  retención de líquidos, de hecho es recomendable beber uno o dos vasos mientras comemos porque facilita la digestión». Así de contundente se muestra la doctora Tamara Tovar, nutricionista de Clínicas Ceta cuando habla sobre estos falsos mitos. Ella y otros expertos nos ayudan a derribarlos y a responder todas tus preguntas:

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1. «Beber agua durante las comidas es malo» – FALSO

Como puntualizaba Tamara Tovar, “nos encontramos ante uno de tantos mitos falsos sobre alimentación”. El agua no solo no engorda ni perjudica en ningún caso, sino que además favorece la digestión. “Para que esto ocurriese -añade Myriam Belmar, endocrinóloga y nutricionista del Hospital Vithas Nisa Pardo de Aravaca– habría que beber cantidades industriales de agua en cada comida. Todo es bueno con moderación, también beber un par de vasos de agua mientras comemos”. Por su parte, Mª Julia López Andrés, directora del IEEA, recomienda: «Mejor aún si el agua se bebe a temperatura ambiente, para que la digestión aún sea más sencilla».

2. «Es muy bueno tomar un vaso de agua en ayunas» – VERDADERO

Rotundamente sí. “Durante las horas de sueño, el cuerpo experimenta pérdidas hídricas que no se reponen, por eso beber agua vendrá bien para restablecer el balance de líquido y activar los órganos digestivos y circulatorios”, nos explica la doctora Tovar. Además, indica la doctora Belmar: “Hacerlo favorece la eliminación de sustancias de deshecho y nos prepara para hacer frente a la contaminación que nos encontraremos durante el día”.

3. «Beber antes de las comidas sacia el apetito» – VERDADERO

La respuesta de nuevo vuelve a ser afirmativa. Y existe un por qué muy claro: “Cuando comemos, las paredes del estómago se distienden y producimos una hormona que avisa al órgano que controla el apetito de que ya estamos comiendo, lo que estimula la sensación de saciedad. Por eso, si bebemos un par de vasos de agua antes de la comida, comenzaremos a crear esta sensación de saciedad mucho antes y podremos controlar más fácilmente lo que comemos”, aclara Myriam Belmar.

No hagas tonterías y bebe más agua…

4. «Hay que beber dos litros de agua al día» – PUES MIRA, DEPENDE…

Lo que es cierto es que ya estamos concienciadas con este hábito y que, desde entonces, nos va mucho mejor… Pero, atención, porque según la doctora Belmar, es solo un valor estándar: “Esta cantidad se puede incrementar hasta en un litro y medio más si tienes fiebre, sudas mucho, eres muy corpulento o vas a hacer mucho ejercicio físico… todo depende de cada persona y sus circunstancias. Los dos litros son simbólicos y la base para el correcto funcionamiento de las funciones vitales básicas”.

Además, es importante tener en cuenta todas las bebidas y alimentos que ingerimos que pueden formar parte de esta cantidad recomendada de agua: “Frutas y verduras tienen un alto porcentaje de agua también, así como zumos, caldos o infusiones. Pero no cuenta ninguna otra bebida azucarada o alcohólica”, advierte la doctora Tovar.

5. «El agua mineral, mejor que la del grifo» – FALSO

He aquí otra de las grandes leyendas urbanas en torno al agua: “El agua del grifo está sometida a unos controles de calidad y seguridad muy estrictos que garantizan que está libre de patógenos y sustancias tóxicas. No es peor que la que compramos en botellas. El único aporte extra que el agua embotellada puede tener es un plus de minerales beneficiosos para el organismo”, asegura Myriam Belmar.

“Y con ella no solo evitamos la ingesta de trazas de sustancias contaminantes presentes en los envases de plástico, sino que además su consumo es más ecológico por las claras consecuencias en el medioambiente del embotellamiento de agua”, apunta Tamara Tovar. En torno a esto llega la siguiente pregunta, muy repetida en los últimos años…

6. «Es malo reutilizar las botellas de plástico» – FALSO

Aunque llevamos años oyendo que es aconsejable no reutilizarlas demasiado, lo cierto es que “el bisfenol que se libera del uso continuado del plástico es tan mínimo que no es tóxico. A día de hoy no es considerado como un problema de seguridad alimentaria”, afirma la doctora López Andrés.

Es que os lo creéis todo.

7. «Beber agua nos hace parecer más jóvenes» – VERDADERO

Es de primero de belleza (con permiso de las ocho horas de sueño): la hidratación es el componente protagonista de una piel bonita y joven. Por eso nos encanta la explicación de la doctora Belmar: “Entre el 15% y el 20% del agua de nuestro organismo se localiza en la piel… pero este porcentaje va disminuyendo con la edad porque perdemos la capacidad de retenerla. Así que nuestras cremas no serán suficiente, el hidratarnos desde dentro bebiendo es fundamental para mantenerla firme y elástica”.

8. «Una cerveza después del running es muy buena para rehidratarse» – FALSO

Los hay fieles de las bebidas energéticas e incluso quienes son fans de la combinación running + cerveza (no es broma). Pero hay opciones mucho más naturales y sanas que son óptimas para fusionar con nuestro momento deportivo del día.

«Para sesiones de menos de una hora y de intensidad moderada, será suficiente con las sales y minerales que aporta el agua. Si se trata de deportes de alta intensidad y de más de una hora de duración, el extra de azúcares de una bebida isotónica o un zumo natural será lo más adecuado. Si el ejercicio realizado es anaeróbico (como pesas, sentadillas o flexiones), un vaso de leche desnatada puede hidratar a la vez que aporta proteína para la recuperación muscular», recomienda Myriam Belmar.

Y fuera mitos.