Moda
Existen muchos tipos de eyeliner, casi tantos como líneas puedas atreverte a trazar. Más tímidos, más descarados, más anchos, más esbeltos, más arty etc. ¿Nuestros favoritos? Los grandes clásicos: un eyeliner XL, a lo Elizabeth Taylor en Cleopatra para la noche; y uno más discreto a lo Audrey Hepburn, para el día.
Aun así, las opciones son infinitas; siempre y cuando no te salgas de los límites de la cordura beauty. Las reglas del juego son las siguientes: el rabillo no puede subir más arriba del final de la ceja y la línea no debe desbordar el párpado móvil. Todo en su justa medida. Conclusión: no te pases de la raya.
1. Principiantes
Si todavía no tienes pulso y maña, lo mejor es empezar por un trazo sencillo al ras de las pestañas, fino y con rotulador. Si no te atreves, puedes atreverte con un ligero rabillo final, si no tienes dominado el movimiento de muñeca, nadie te lo reprochará.
Primer paso: cierra el ojo. Empieza a trazar la raya desde la parte exterior del párpado hacia dentro. Al ser esta parte más ancha (de la mitad hacia fuera), puedes trazar la primera línea sin miedo de equivocarte.
Segundo paso: una vez hecho el primer trazo, continúa el camino hacia el interior del ojo con pequeñas rayitas, esta vez más pegadas a las pestañas. Contrariamente a lo que muchos piensan, el eyeliner no se hace de una sola vez.
Tercer paso: con el ojo abierto, aplica los últimos toques de negro en la parte interior, sin acercarte demasiado al lagrimal. Al tener el ojo abierto verás el efecto final del eyeliner. Para terminar, un poco de rímel. Y lista.
2. Master en eyeliner
Una vez vayas adquiriendo destreza, puedes pasarte al pincel biselado y gel para hacer un trazo más preciso y conseguir un perfecto rabito final.
Primer paso: sigue los pasos presentados arriba.
Segundo paso: una vez hayas marcado el ras de las pestañas, toca darle forma a la «coma final». En esta ocasión, también se trazaran varias pequeñas rayas que se irán uniendo poco a poco para conseguir el resultado esperado. De la esquina del ojo traza una pequeña línea en dirección hacia el final de la ceja. No subas demasiado. El eyeliner nunca tiene que tocar la ceja.
Tercer paso: una vez dibujada la parte inferior del rabillo toca unirlo con el resto del ojo. Colorea el interior con el pincel. Si vez que el trazo es un poco fino, repásalo varias veces (pero poco a poco) hasta conseguir el grosor que quieras.
Recomendación de experto: si tu párpado móvil es muy pequeño, evita los eyeliner a lo Amy Winehouse. Le quitarás todo el protagonismo a tu mirada. Apuesta entonces por algo más fino y discreto. Para un look más de noche, aplica un poco de sombra negra mate sobre el eyeliner para acentuar la profundidad de tu mirada.
3. Doctoras Honoris Causa
Si eres una pro del eyeliner y eres capaz de rasgarte el ojo en un abrir y cerrar de ojos, es hora de dar un paso más e imitar los looks de pasarela para la próxima temporada.
– colores pastel: no todo es negro en materia de eyeliners. Enamórate de un tono pastel y aplícalo en tu párpado al igual que han hecho Dior, Delpozo o Fendi (aunque este último lo hiciera con pegatinas). A la hora de terminar el maquillaje, usa una sombra beige y un pintalabios nude para no restar protagonismo al trazo de color.
– el mundo al revés: atrévete con el eyeliner invertido. Arriesgado, pero genial para un look de noche.
– neón: apuesta por el cat eyes en ojo-anaranjado en XXL. Usa una base 100 por 100 mate, una capa muy fina de rimel y una boca natural.
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