Moda
La coleta es a la melena lo que el vestido negro al armario: un básico. Pero, pese a su aparente sencillez (o precisamente por ello), puede convertirse en un cimiento ideal sobre el que construir una historia de tocados y diademas, perfecta de cara a la temporada de bodas, bautizos, comuniones y demás eventos de tiros largos.
Así lo hemos visto en el desfile de Ana Torres, en la Pasarela Gaudí Novias de Barcelona, donde la coleta sirve de base para todo tipo de tocados.
Para conseguirla nos colamos en el backstage del desfile, para asistir atentas a las lecciones de los maestros en el asunto que comparten sus trucos:
Fundamental para empezar, porque será garantía de éxito, comenzar desde una melena lisa y sin encrespamiento. El primer paso, como aprendemos de Crisanto Blanco y el equipo artístico de Redken, pasa por marcar la raya (en este caso, en medio).
A continuación, para crear un efecto más pulido en la parte frontal, aplicar un poco de fijador Quick Tease 15, de Redken, para afianzar el cabello y conseguir el efecto tirante final.
Con mucho cuidado, recoger todo el cabello en una coleta baja, por debajo del occipital, y sujetarla con una goma (preferiblemente de gancho).
El último paso será esconder esa goma. Para ello, tomar un pequeño mechón de la parte baja de la coleta para envolver el coletero y crear un efecto nudo con el cabello.
Para dar brillo y textura a la coleta, finalizar con unas gotas de Argan 6 Oil, de Redken, antes de pasar la plancha por última vez por la cola de caballo. Este último paso, ya con el pelo recogido, logrará pulir el cabello y conseguir un efecto liso extremo.
Como decíamos, la coleta se convierte en la base para varios acabados. Por ejemplo, compañera perfecta de muchos tocados, pamelas o broches para el pelo que supusieron el broche final en el desfile de la creadora cordobesa. Porque el nivel más difícil para pasarse el juego de los tocados suele ser el «¿cómo me lo pongo?», algo que se facilita con el comodín de la coleta perfecta. Palabrita.