Las fanáticas de la belleza suelen ser compradoras compulsivas. Tienen que tenerlo todo porque necesitan probar todo y por eso, precisamente con ellas, suele resultar difícil sorprenderlas al regalar belleza. Grazia se pone en tu piel y te echa un cable para que este año o se caiga redonda de la impresión (eso sí, prepara al bolsillo para ello) o se derrita de la emoción.