Dejando a un lado todos los productos y tratamientos que aplicas para cuidar y/o peinar tu cabello, hubo una forma bien definida en la que te enseñaron a lavarte el pelo desde niña. A ti, a mí, y a todo hijo de vecino: primero lo mojas, lo enjabonas con champú, aclaras (si quieres, repites la jugada) y, una vez limpio y escurrido, aplicas la mascarilla o el acondicionador antes de volver a aclarar. Es y ha sido así desde siempre… hasta que hemos descubierto una nueva tendencia en una de nuestras webs de cabecera en lo que a belleza se refiere: Refinery29 tiene una teoría que, de ser cierta, demostraría que llevamos años haciéndolo todo mal. La web propone aplicar el acondicionador antes que el champú para nutrir el cabello fino sin añadir peso ni apelmazar. Además, afirman, este nuevo gesto ayudará a que el champú se distribuya de manera más uniforme por toda la melena y a que los peinados duren más.

Y no solo lo defiende el medio americano. Resulta que hay varias firmas de productos capilares que están lanzando líneas de cuidado para el cabello que proponen exactamente lo contrario de lo que venimos haciendo con nuestro pelo. Es decir: aplicar el tratamiento específico antes de llevar a cabo el propio lavado. Tresemmé, por ejemplo, es una de las últimas en apoyar este cambio con su línea Beauty-Full Volume, que especifica utilizar el acondicionador antes que el champú y promete conseguir un extra de volumen sin necesidad de aplicar productos en el pelo una vez limpio.

«Mmmm, no sé si me convence…»

A priori parece una locura, pero no lo es tanto si hacemos memoria y recordamos que hay quienes practican (e incluso llegaron a convertir en tendencia) el método no-poo, y se lavan el pelo solo con agua; o quienes eligen el co-wash, que implica sustituir el champú por acondicionador (y sí, ‘sustituir’ significa ‘no usar nunca champú’). Precisamente por ello, porque no es oro todo lo que reluce y porque estamos hartas de la sucesión de modas locas en lo que a cuidados capilares se refiere, hemos consultado a expertos de primer nivel sobre esta idea de darle la vuelta al asunto.

¿Es cierto que, como defienden algunos estilistas (y un sinfín de blogueras de belleza), invertir el proceso podría ser la clave para acabar con la pesadez del cabello? Atenta porque, ahora más que nunca, información es poder:

¿Y si lo hemos estado haciendo mal toda la vida? © Mondadori Photo
  • 1. El orden de los factores sí altera el producto. Aplicar primero el acondicionador, en orden inverso al habitual, es contraproducente, he aquí el quid de la cuestión. Nos lo cuenta Javier González Carpio, director artístico de Luis & Tachi: “Si aplicamos el acondicionador previamente, la fibra capilar no estará libre de impurezas y de polución -el principal enemigo de nuestro cuero cabelludo-, por lo que el tratamiento perderá su intensidad y, además, lejos de preparar el cabello, lo sellará impidiendo que el champú lo limpie en profundidad”.
  • 2. Si utilizas acondicionador para desenredar y aportar brillo a tu melena, hazlo tras el lavado. «El champú en segundo lugar eliminaría sus efectos», asegura Omar El Gharbawy, técnico de Maison Eduardo Sánchez, «el acondicionador es un buen aliado para conseguir resultados inmediatos pero su efecto es limitado en el tiempo; si lavamos a continuación, lo eliminaremos».
  • 3. Usa mascarilla como tratamiento pre-champú. En el caso de la mascarilla, invertir el orden sí es una buena opción. En Maison Eduardo Sánchez lo hacen con sus clientas: “Al contrario que el acondicionador, la mascarilla tiene un efecto de nutrición a largo plazo, por lo que se recomienda aplicarla una o dos horas antes del lavado para que actúe en profundidad”.
  • 4. Y consigue un plus de beneficios: “Es ideal para esas personas que no suelen utilizar mascarilla porque sienten que les deja el pelo muy pesado. Al aplicarla antes del champú, el cabello disfruta de sus beneficios pero sin dejar esa sensación de pesadez que desaparece precisamente al lavarla”, recomienda Omar.
«¡Así sí!»

Vamos, que cualquier beneficio que pueda aportar el acondicionador, se lo llevaría por delante el champú si hacemos caso de la última tendencia que circula por internet. Eso sí, algo diferente sucedería en el caso de las mascarillas, con efectos más a largo plazo.

Por supuesto, en cuestiones de belleza -de pieles, cabellos y gustos- no hay nada escrito. Los resultados y las técnicas a seguir son tan variadas y múltiples como personas las utilizan. Aunque en este caso los expertos lo tienen bastante claro: no, no te has estado lavando el pelo mal.