Son pocos los actores que se ven tocados por la gracia de un momento concreto, de un instante en el que dar un “sí, quiero” a un rol determinado pueda cambiarles la vida. Nikolaj Coster-Waldau (Rudkøbing, Dinamarca. 1970), cuyo nombre ya figuraba en el panorama cinematográfico escandinavo desde los años 90, experimentó esa situación –digamos, mágica- cuando llegó a su vida Juegos de Tronos. Lo que pasó después, ya se sabe, sumando un éxito añadido que ya ha traspasado con creces las fronteras de su Dinamarca natal.

Nikolaj en la premiere de la quinta temporada de Juego de Tronos en Los Angeles. © Cordon Press
Nikolaj en la premiere de la quinta temporada de Juego de Tronos en California. © Cordon Press

Ahora, cuando su Jaime Lannister le permite, Coster-Waldau se mete en otros proyectos lejos de esas intrigas y batallas por el poder que suman ya cinco temporadas en la HBO. Bien sea junto a Cameron Díaz en una comedia romántica, o bajo la dirección de su compatriota Susanne Bier (que ganó el Oscar a la Mejor Película de habla no inglesa en el 2010 con En un mundo mejor), en el drama A Second Chance.

Definitivamente: Nikolaj no es de los que se acomoda y se deja querer (únicamente) por el éxito de una serie televisiva.

Quien de niño ansiaba con llegar a ser futbolista, cambiaría de parecer en plena adolescencia a favor de la actuación. Desde aquel entonces, empezó a soñar con trabajar en Estados Unidos, “el lugar ideal para actuar en una película de vaqueros”, como él mismo lo define.

Su buen humor es un valor añadido para este intérprete que, al otro lado de la mesa de este encuentro, derrocha encanto. Nos reunimos con él en la pasada edición del Festival de Toronto, donde A Second Chance tuvo su estreno mundial. ¿Nuestro objetivo? Pasar unos minutos con él hablando de su última cinta y de lo que está por venir en Juego de Tronos, cuya quinta temporada se estrena este mismo domingo.

 

Tras todo el revuelo de Juego de Tronos, ¿cómo fue volver a trabajar en tu propio idioma y en tu país?
Fue maravilloso, y no por el hecho de que fuera una producción danesa, sino porque se trataba de un proyecto fantástico, con una gran directora, un buen guión y buenos actores, así que lo tenía todo para sentirme emocionado por participar en ella. Cuando Susanne me llamó, yo estaba en Nueva York rodando No hay dos sin tres, una cinta muy diferente a esta, pero con la que me divertí mucho.

El equipo de A Second Chance presentó el film en la última edición del Festival de San Sebastián (septiembre 2014). © Cordon Press
El equipo de A Second Chance presentó el film en la última edición del Festival de San Sebastián (septiembre 2014). © Cordon Press

¿Crees que este tipo de películas con un tema tan profundo [A Second Chance es un drama sobre gente real forzada a replantearse su visión del bien y el mal en circunstancias límites] te acaban haciendo mejor persona?
Gran pregunta… (reflexiona). La verdad es que no lo sé, pero estoy seguro de que todo lo que consiga que te formules preguntas sobre ti mismo y sobre lo que te rodea, siempre es bueno.

¿Te llevas a casa las preocupaciones de tus personajes?
Es mi profesión y adoro lo que hago, así que no tengo problemas de ese tipo; puedo terminar hoy un trabajo y comenzar mañana con el próximo. Cuando te enfrentas a un rol muy dramático, es en cierta forma liberador y, como actor, esperas siempre tener papeles profundos. Una cosa que he aprendido con los años es que no merece la pena malgastar el tiempo en estar nervioso o preocupado por un personaje, porque eso lo único que hace es obstaculizar el proceso creativo.

¿Liberador? ¿En qué sentido?
En cuanto a que te usas creativamente a ti mismo y, como actor, eso es lo que siempre deseas que te haga sentir un personaje.

© Fotograma de 'A Second Chance'.
© Fotograma de ‘A Second Chance’.

Siendo padre de dos niñas, ¿has interpretado algún rol que te haya hecho reflexionar como padre?
Todos los papeles de una u otra forma te hacen pensar. Cuando interpreto a un padre, echo mano de mi experiencia, pero también uso mi imaginación. Todo lo que hace un actor termina afectándole, pero este es mi trabajo y me pasa como a cualquier otra persona, que a veces vuelves a casa hablando del trabajo… En eso no hay ninguna diferencia con otra profesión. Sin embargo, sinceramente, nunca hablo de mi trabajo con mi mujer, ¡pero esa es otra historia…!

¿Qué recuerdos tienes de tu infancia en Dinamarca?
Crecí en un pequeño pueblo [Tybjerg] de 40 habitantes en el medio de la nada. Teníamos un solo canal de televisión que empezaba a emitir por la tarde, así que eso de la cultura popular contemporánea no ha sido un elemento importante en mi vida… Recuerdo que la primera película que vi en el cine fue Poltersgeist. Fue muy emocionante. ¡Ah! Y todos los domingos por la tarde veíamos películas de vaqueros [¡quizá de aquí venga su obsesión por cruzar el charco!].

Nikolaj Coster-Waldau


Vayamos a los Lannister: cuando aceptaste el papel de Jaime, ¿imaginaste por un momento que iba a tener tanto éxito?
¡Por supuesto que no! No tenía ni la menor idea. Sabía que era un buen guión y un gran rol, por lo que la historia sería interesante, pero nada más.

Ahora empieza la quinta temporada y necesitamos algún adelanto… ¿sobrevivirás para la siguiente?
(Ríe). Uy, ¡nunca se sabe…!