Moda
Desde que pusiera el primer pie en la Gran Manzana, Taylor Swift ha hecho saber al mundo que Nueva York, la ciudad a la que decidió mudarse antes de lanzar 1989, es el lugar más mágico del planeta. Le dedicó una canción y un cambio radical de estilo, tanto musical como de armario, y se hizo con un penthouse en el barrio de TriBeCa que fácilmente puede ser del mismo tamaño que un hotel rural en Valladolid.
Sin embargo, en los últimos meses apenas la hemos visto salir por su escalerona/pasear por Nueva York/ir de compras o al gimnasio con Karlie Kloss; ya sabes, esas cositas idílicas que la cantante solía hacer en la gran ciudad ante el atento flashazo de los paparazzi. Su relación con Calvin Harris le llevó a pasar más tiempo en Los Angeles mientras reformaba el piso que conocimos, fotos de inmobiliaria mediante, el año pasado. Pero, ahora que ha roto con el Dj y ha vuelto a NYC, se ha buscado un nuevo pisto de alquiler, por aquello de no ocupar una habitación durante unos días en las casas de sus amigas como haríamos cualquiera de nosotras mientras nuestro hogar está en obras.
El apartamento, de estilo industrial, se encuentra en el West Village y le cuesta la friolera de 40.000 dólares al mes. Porque por qué no. Y tiene piscina interna, precisamente, por el mismo motivo. En fin, que para qué te lo vamos a describir cuando lo puedes ver por ti misma…
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