Reconócelo, empezaste a ver Suits porque te enteraste de que una de sus protagonistas es la novia del príncipe Harry, y ahora ya no puedes vivir sin Harvey Specter (pero ese ya es otro tema). El caso es que Meghan Markle (o Rachel Zane para los fans de la serie) ha despertado una gran expectación, para qué engañarnos, en el mundo entero al convertirse en la futura esposa del príncipe inglés más deseado. La actriz, que esta mañana se convertía en prometida oficial (comunicado de Clarence House mediante, claro), no cumple ninguno de los requisitos que imaginábamos que buscaría el quinto en la línea de sucesión al trono británico en una mujer: por sus venas no corre sangre real, tan si quiera es aristocrática, ni es rubia (sus exnovias lo son), ni ha estudiado en una de las mejores universidades del mundo, y tampoco es de origen inglés.

Y puede que precisamente por eso nos encante, por romper todos los tópicos establecidos sobre la pareja de un Windsor. ¡Hasta la reina Isabel le ha dado su visto bueno! Meghan, que pasará por el altar la próxima primavera, es de origen afroamericano y holandés, nació en California, ya ha estado casada (se divorció en 2014) y ha rodado escenas de sexo (nada que ver con el polémico desfile en ropa interior de Kate Middleton). Por eso y mucho mas, ¡nos declaramos fans de Meghan!

Buckingham necesita a Meghan. Harry necesita a Meghan… ¡y nosotras necesitamos a Meghan como mejor amiga! © Cordon Press
  1. Por cuestiones raciales

Cuando Harry y Meghan se den el ‘sí quiero’, ella se convertirá en la primera persona con ascendientes africanos en pasar a formar parte de una casa real europea. Buckingham gana muchos puntos en popularidad, especialmente Felipe de Edimburgo, un asiduo a los comentarios racistas en público. En una ocasión llegó incluso a afirmar que los nativos de Nueva Guinea era caníbales y los caribeños, piratas.

Y por supuesto (¡POR SUPUESTO!) a muchos les pareció mal que la novia del príncipe tuviese ascendencia africana.
  1. Porque viene de Hollywood

Y la fórmula actriz procedente de Los Ángeles que se muda a Europa para convertirse en princesa funciona de maravilla. ¿Acaso hay alguna “plebeya” en la corte que haya dado más que hablar (para bien) que Grace Kelly?

En un fotograma de la serie ‘Suits’. © Cordon Press
  1. Para saltarse el protocolo

Antes incluso de pasar a formar parte de manera oficial de la familia real, el Palacio de Kensington emitió un comunicado pidiendo a la prensa que respetase la vida privada de la actriz, un hecho sin precedentes. Además, ha conseguido ser presentada a todos los miembros del ‘clan’ en un tiempo récord, algo que a Kate le costó años. Parece que Harry está dispuesto a agilizar el protocolo y a seguir las normas de una forma mucho más relajada. ¿Veremos esta nueva manera de hacer las cosas reflejada en la boda?

 

  1. Para poder entrar en las celebraciones que le de la gana.

Dicen las malas lenguas que el no ring, no bring impuesto por la pequeña de los Middleton en su boda se debió al hecho de que no quería que Meghan acudiese a la ceremonia para robarle el protagonismo. Cuando la californiana entre en Buckingham se cumplirá el dicho de que quien ríe el último, ríe mejor.

Meghan y el príncipe Harry en una boda en Jamaica el pasado mes de marzo. © Cordon Press
  1. Porque es una foodie declarada

¡Y cocina fenomenal! Aunque no dudamos de que en Buckingham Palace se coma de maravilla (que para eso tendrán a los mejores cocineros), hay vida más allá del roast beef.

Meghan es una foodie declarada. © Cordon Press
  1. Escribe mejor que nadie

Meghan trabajó como calígrafa freelance (ha trabajado para Dolce & Gabbana y fue la encargada de las invitaciones de boda de Robin Thicke y Paula Patton), así que nadie puede ganarla con la pluma y el estilo inglés. Lo mejor de todo es que suele aprovechar esta cualidad para mandar notas de agradecimiento, como le enseñó su padre. Una costumbre que seguramente le encantará a la tan educada reina de Inglaterra.

  1. Adopta a sus perros

Se acabó el auténtico pedrigí y las mascotas de competición, la actriz prefiere rescatar animales abandonados que necesitan un hogar. Otra muestra más de la ‘frescura’ que aportaría Meghan a la rectitud de la familia inglesa. Actualmente tienes dos canes: Guy y Bogart, que no sabemos si se llevará a Londres cuando se instale de manera definitiva en el Palacio de Kensington.

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  1. Introducirá el yoga

Meghan es una yogui, pero de las de verdad. Aunque ahora esté de moda pasearse por la calle en mallas y con una mat bajo el brazo, la actriz practica esta disciplina casi desde que era una niña. ¡Y es que su madre se gana la vida como instructora de yoga!

Meghan es fan del yoga desde que era niña. © Cordon Press
  1. Su estilo

Ya es hora de modernizar el armario de Buckingham. Aunque la Duqesa de Cambridge es un icono de estilo y todo lo que se pone se agota, parece que en su armario se detuvo el tiempo. No viene mal una chica de este siglo que llegue los vaqueros rotos del resto de las mortales.

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  1. Una mujer de su tiempo

Cuando una plebeya entra en el palacio puede aportar un sinfín de cosas de la calle (Kate no cuenta porque aunque por sus venas no corre sangre real, no parece haber tenido un tipo de vida ‘del pueblo’). Ha pasado con la Reina Letizia (impulsora de algunos cambios en la monarquía española) y podría ocurrir con Meghan. Además de haberse criado en California (un lugar que nada tiene que ver con palacios y princesas), tiene blog y cuentas de Twitter e Instagram (ahora inactivas).

 

  1. Su faceta solidaria

Si hay algo que William y Harry han heredado de su madre es su interés por los proyectos sociales. Así que quien entra en Buckingham tiene que estar dispuesto a sacar su cara más solidaria. Meghan no necesita forzarlo, lo lleva dentro, mucho antes de conocer a Harry. Así que no sería extraño que decidiese seguir los pasos de Lady Di, de hecho Meghan es embajadora de World Vision, una organización de ayuda a la infancia con la que ya colaboró Diana.