Moda
A mi llegada, Cara Delevingne come casi a hurtadillas puré de patatas. “Es mi segundo desayuno”, dice en un tono que roza lo travieso llevándose a la boca una pequeña cuchara desbordada, dejando ver sus uñas en color turquesa. Todo esto no sin antes disculparse por saciar el hambre pasadas las 11 y media de la mañana. Y es que ser ella no parecer ser una tarea tan fácil. Por eso a esta chica, coronada durante varias temporadas como la reina del desparpajo (y la princesa de las portadas y campañas publicitarias a lo largo y ancho del globo), se le puede perdonar saltarse una norma de etiqueta.
Pero hablemos de cine, que es para lo que la pequeña de las Delevingne nos ha recibido en pleno segundo desayuno. Después de una breve participación en la Anna Karenina de Joe Wright (en 2012) junto a Keira Knigtley, Cara decidió estar dispuesta a ser actriz. Su nombre ya aparece en cintas como The Face Of An Angel y este año estrenará su primer papel protagonista en Ciudades de papel (Paper Towns), junto a Nat Wolff.
Se deshace en halagos hacia Angelina Jolie y Judi Dench y cuenta que, para acercarse aún más a su propósito, ha estado leyendo varios guiones y dejándose caer (cuando su agenda lo permite) por audiciones, donde prueba suerte. “Hago lo que puedo”, dice con su voz ronca y una enorme sonrisa obviando mencionar que en su currículum cinematográfico figuran próximos grandes estrenos como Pan (2015) o Suicide Squad (2016). Todo esto con el rumor merodeando de fondo y apuntando a que la británica habría abandonado Storm Models (su agencia, la misma que lanzó a Kate Moss) para dedicarse de lleno a la actuación…
En The Face of an Angel tuviste tu primer papel importante, ¿cómo te enfrentaste a él?
Fue una experiencia bastante loca que me encantó. Cuando Michael [Winterbottom, el director] me llamó, me dijo que sería algo natural. Estaba muy nerviosa, ¡aterrada! (ríe), pero no te imaginas todo lo que aprendí de ello. Michael es muy bueno sacando la naturalidad necesaria para el personaje. Aprendí a enfrentarme a un rol, a hacerme preguntas para darle forma al personaje que estoy interpretando. Fue maravilloso.
¿De dónde te vienen las ganas de actuar?
Es algo que siempre he querido hacer, desde los cuatro años. A esa edad fue la primera vez que me subí a un escenario; era una pieza musical navideña y tenía un solo considerablemente largo. Me encantó esa sensación de estar allí, de ver la reacción del público riendo, llorando, sonriendo… En aquel momento fue cuando decidí que lo mío era entretener a la gente.
Entonces… ¿actuar era tu Plan A, no desfilar?
¡Así es! (risas). Y en ese Plan A también estaba la música.
Te ponemos a prueba: ¿qué diferencia encuentras entre posar ante una cámara y actuar ante ella?
Son dos cosas totalmente diferentes, aunque ambas son muy interesantes. Se trata de momentos específicos, se puede decir mucho con tan sólo una foto, pero muchísimo más con una película.
¿A través de la actuación descubriste nuevas inseguridades?
No tanto inseguridades, pero sí diferencias de estilo. Creo que, cuando empecé como modelo, nunca fui muy consciente de la presencia de la cámara. Sin embargo, cuando actúas tienes que estar muy pendiente de dónde está en todo momento. Es una de las principales dificultades de esto…
Se puede decir que estás como en una transición entre la moda y la actuación…
(Sonríe) Eso creo… No me gusta que mi trabajo defina lo que soy, pero sí, ahora mismo estoy entre dos campos.
Pues vayamos a la moda, ¿le das mucha importancia a ser una de las tops más relevantes del momento?
Es increíble estar en ese punto, poder expresar prácticamente todos los días lo que pienso. Sin embargo, hay muchas otras cosas que quiero hacer. Desde mi posición actual espero influenciar a los más jóvenes de forma positiva; creo en el ser individual y no en aspirar a ser otra persona que no soy yo, así que espero servirles de algo bueno.
¿Qué percepción tienes de ti misma?
No me veo como nada en especial. Soy como soy. Puedo dedicarme a lo que quiero, y por eso me siento muy afortunada. Trabajo duro, soy muy ambiciosa, y quiero hacer mucho, mucho más.
Instagram es tu red social favorita. Cada día subes alguna foto, tus seguidores saben qué haces y dónde estás en cada momento… ¿Te pones algún límite en este sentido?
Es que en realidad no tengo límites. Para mí tener límites es una pérdida de tiempo. Yo soy mi propio límite.
¿Qué piensas de la intromisión de ciertas personas en la vida privada de celebrities, como pasó en el caso del hackeo de las fotos íntimas?
Me enfurece, me parece un hecho asqueroso. Todas las personas tienen derecho a preservar su privacidad, y aquí sí que se deben establecer los límites.
Viajando de un continente a otro, ¿aún hay algo a lo que llamas “hogar”?
No hay mejor sensación que sentir que estás en casa, pero el estar fuera tanto tiempo a veces hace que te sientas muy sola. Lo más bonito de todo esto es que entablas buenas amistades, de esas que son muy cercanas y bonitas. ¡No está mal!
En alguna ocasión has dicho que también te gustaría dirigir. ¿A qué le prestas especial atención cuando trabajas con directores?
Cuando estoy actuando, me concentro en mi papel, pero también aprovecho para aprender otras cosas que me ayuden a crecer. Además, me gusta mucho escribir; existen muchas cosas de la vida diaria que me inspiran.
¿Cómo te ves en 10 años?
No lo sé… ¡Quiero estar viva! (risas).
Y en cuanto a tu profesión…
Ni eso lo sé… Es que no sé lo que pueda pasar. ¡No tengo ni idea!
Por último, y pura curiosidad… ¿qué significado tiene tu tatuaje del león en el dedo?
Fue el primero que me hice (se lo mira). Yo soy Leo y crecí sin tenerle miedo a nada. Recuerdo que trepaba por todas partes. Esa actitud la perdí un poco cuando tuve una gran sobrecarga de trabajo. Cuando trabajas mucho y no sabes exactamente lo que quieres, como que pierdes un poco el norte… Así que este tatuaje me ayuda a recordar esa actitud tan característica en mí que quiero mantener siempre.
Y además… 10 cosas que (quizá) aún no sabías de Cara Delevingne.
[galeria]
