75 personas entonaron el #metoo en los últimos meses. Harvey Weinstein ha pasado de ser el productor más exitoso de Hollywood al más detestado de la industria. Por su parte, la respuesta ante las acusaciones de abusos y agresiones sexuales son claras: «No culpable».

El último episodio de esta historia interminable pasa por una sentencia de libertad vigilada tras declararse, una vez más, «no culpable», después de ser imputado de tres nuevos cargos presentados por agredir sexualmente a otra mujer. Por dos de ellos, el productor podría ser condenado a prisión para siempre. Pese a los esfuerzos de su abogado por mantener limpio su nombre, lo cierto es que el futuro de Weinstein no pinta demasiado bien ya que se enfrenta en Nueva York a un total de seis cargos penales. Premisa que no fue suficiente para que el juez le condenara al arresto domiciliario solicitado por el fiscal del caso, por lo que se mantienen las condiciones que le permiten seguir en libertad vigilada, después de que el pasado mayo pagara una fianza millonaria.

El abogado del productor, Ben Brafman, insiste en que las acusaciones son “falsas” y sostiene que “todas” las relaciones sexuales fueron consentidas. “Cuanto más investigo este caso más tengo claro al ver las pruebas que puede defenderse”, declaró Brafman, quien mantiene firme su postura de que Weinstein no es un depredador sexual ni un violador. “Seguiremos luchando”, añadió. También aprovechó la atención pública para hacer alusión al daño que está haciendo la cobertura mediática a su cliente. “Este caso no puede ser juzgado por la prensa”, apuntó.

¿Qué nos enseña la historia de Harvey Weinstein? Lo que muchos otros casos similares tristemente reflejan; que los culpables (asumiendo la veracidad de las acusaciones hacia el productor) no siempre obtienen su merecido. Y aquí nos permitimos hacer la comparativa (salvando las diferencias evidentes entre el que es un caso real y el que, aunque represente historias de la vida real, es una historia de ficción) con la trama de la revolucionaria serie de Netflix 13 Reasons Why.

Dejando a un lado la trama principal del suicidio de Hannah Baker, en la segunda temporada, coincidiendo con el juicio posterior de los padres de la joven quienes demandan al colegio por no haber impedido que la protagonista acabase con su vida, sale a la luz el caso de un compañero de la difunda que no solo la viola (supuestamente) a ella, sino también a varias de sus compañeras de colegio. (Atención spoilers) Tristemente, el desenlace del caso no es favorable para las víctimas sino para el acusado.

Y ahí es donde nos preguntamos, ¿qué le enseña esta serie a las jóvenes en la vida real, cuando la protagonista de la serie se arma de valor para denunciar a su violador y después ve como este sale en libertad tras pagar una irrisoria fianza? ¿Qué nos enseña a las mujeres de la vida real el caso de Harvey Weinstein? ¿Qué significado adquiere la justicia en un mundo en el que la línea entre inocente y culpable se dibuja cada vez más borrosa?

Ahí os dejamos la reflexión…

Foto: Getty Images