Tomarse una Mahou Sin con Alaska supone embarcarse en una conversación donde las buenas maneras se codean con las walpurgis en tercera, La Pantoja comparte camarote con Juan Gabriel, en cada puerto sube una nueva marea de fans y La Cantudo divisa tierra del brazo de Doña Bárbara…

© Cortesía de Mahou
© Cortesía de Mahou

Sabíamos que a Mario le pirra la birra pero no a Alaska…
¡Claro qué me gusta! Yo soy de poco beber y lo más práctico es agarrar una cerveza. Además soy de botellín, todo me gusta beberlo en cristal, si me ofrecen una lata pido un vaso, pero si es un quinto, tercio o litrona no hace falta copa. En cristal todo sabe mejor. Los combinados no me gustan, ahora que si me ofreces un cóctel… lo más seguro es que me engañes y te diga que sí, el dulce… me pierde el dulce.

¿La caña tiene que venir emparejada con una tapa o soltera?
Acompañada. Yo soy de las que agradecen muchísimo la tapa. Vivo a dieta, pero me gusta que me la pongan. Prefiero renunciar a una segunda o una tercera cerveza por la tapa. Es otra razón por la que es bueno beber Mahou Sin, te puedes tomar el botellín con la tapa porque engorda un tercio menos que la normal. Hago equilibrios, como los que piden Coca-Cola light para luego tomar postre o piden el café con sacarina para no renunciar a la galleta. Yo ya he renunciado a la burger party del domingo. Mario lo ha hecho por mí, ahora nos pegamos un homenaje de ciento en viento. Él come poco pero de todo, yo no tengo esa capacidad y me toca compensar calorías pero digo sí a la tapa y si son patatas mejor, soy adicta, las prefiero a un mejillón o algo más elaborado, salvo si es tortilla de patata que al final es patata… vaya, la mejor amiga de la cerveza es la patata.

© Cortesía de Mahou
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Hablando de kilos ¿cuánto pesa el título de icono de La movida?
Nada. Tampoco puedo renunciar a ello, no quiero renegar de mi pasado, convivo con todo lo que he hecho. Me volvería loca si quisiese borrar partes de mi vida, para cada persona soy una cosa y para ellos eso que he sido y por lo que me reconocen es lo importante. Para unos soy la del reality Alaska y Mario; para otros, la cantante de Fangoria o de Alaska y los pegamoides. El otro día, por ejemplo, me dijeron: «¡Anda! ¡La tía del jurado de Lluvia de estrellas!». ¡Claro que has hecho más cosas pero para ellos eres eso! Y eso es lo que les importa y no te puede molestar. En parte me siento como un actor que ha interpretado papeles de éxito y de cuyos personajes se acuerda la gente. No es malo ni perjudicial; está en ti volver a ser lo que fuiste o desmarcarte, pero nunca hay que arrepentirse.

¿La Mahou Sin sabe igual que la Clásica?
Exactamente, no es un sucedáneo. No hay ninguna diferencia, yo no la advierto y Mario tampoco. Él es el experto. Acabamos de venir de Londres y no sabes lo que le ha costado encontrar una cerveza que le guste, tiene mucho paladar.

Es curioso, pero nunca te han sacado una sucesora, un sucedáneo, una sustituta con menos calorías…
No que yo sepa. Ten en cuenta que yo salí a la luz en unas circunstancias muy determinadas, concretísimas. Pero seguro que algún titular ha habido anunciando mi sucesión. Estas herencias las veo absurdas, nadie es igual a nadie. Además está muy feo, cada uno es como es. Sara y Penélope, ambas han conquistado Hollywood, sí, pero no son iguales. Comparar está mal. No me gustaría estar en la piel de alguien que amanece con un titular en el que la colocan como sucesora de nadie.

© Gettyimages
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El nuevo público de Fangoria, gracias a Alaska y Mario, es gente muy joven, chavales que siguen a Taylor Swift, Lana del Rey, Justin Bieber… y las lolitas de Hollywood –Lindsay Lohan, París, Britney…- desaparecidas.
¡No están desaparecidas, están en rehabilitación! Hay que darles tiempo y bueno, Paris está inaugurando discotecas por todo el mundo, un trabajo horrible, que para mí no quiero: hacerme fotos, salir… Y respecto a los otros, es que es probable que tengamos más que ver con Lana que con gente de nuestra generación. Eso no tiene nada que ver, en su día había mecaneras y pegamoideras, y gente que nos quería a los dos grupos, nada es excluyente. Vamos sumando públicos, ahora hemos renovado por el reality, es gente muy joven que, lógicamente, por edad no nos conocía ni a nosotros ni a nuestra música y nos ha descubierto como grupo por esa vía. Se han sumado a los de toda la vida, a los de Dinarama que ahora tendrán unos cuarenta años y a los que a finales de los 90 nos conocieron en los festivales.

Con quién te tomarías una caña en prisión, ¿con Isabel Pantoja o con Julián Muñoz alias Cachuli?
No conozco a Julián, está muy feo prejuzgar, pero creo que no tendría nada de lo que hablar con él, sin embargo a Isabel le preguntaría por Lola Flores, Rocío Jurado, su carrera, sus galas… ¡y por Juan Gabriel! Su amigo, mi ídolo. Una vez lo vi en Gran Vía. Mario y yo salíamos del cine, de ver una película de terror todavía con el miedo metido en el cuerpo y nos quedamos mirando el escaparate de Bershka, supongo que alguna cazadora de polipiel, cuando se acercó un señor. Era él, me saludó porque resulta que me reconoció. No me lo podía creer. Yo no lo había visto, fue un “hola y adiós” ¡qué educado! De haberlo advertido yo primero, jamás me hubiese acercado a saludarlo, soy muy vergonzosa.

¿Habrá nuevo disco para cuando la tonadillera esté fuera de prisión? Según la teoría que reza que Fangoria presenta nuevo trabajo cada dos años toca prontito…
No toca en 2015. Es cada dos años y medio por lo que habrá que esperar a 2016. Es el tiempo natural, nada de supersticiones; sacas disco, lo promocionas, lo tocas, lo retocas y te sientas a preparar y grabar el siguiente.

¿Qué hay de verdad en la afirmación de que el futuro de Fangoria está en China o Japón y no en los países americano-mediterráneos?
¡Eso es muy de Nacho! Seguro que lo dijo cuando volvimos de Japón. Él va a un sitio y se quiere quedar. Acabamos de venir de México y ya dice que tenemos que volver, que nuestro sitio es ese… Da igual dónde vayamos, él siente que ese es su lugar y que tiene que acabar allí.

México… la cerveza con tequila ¿cómo combina con la Sin alcohol?
No lo sé, igual, supongo. A mí no me gusta esa mezcla, sé que está de moda pero… bueno, se lo haré probar a Nacho que está más cervecero que nunca, él es muy de La michelada –cerveza, jugo de limón, sal y tabasco- y La Cubana –cerveza, limón, sal y chile-, le encanta. Va a ser mi conejillo de Indias.

Y dejando la imaginación a un lado, con quién tomas cañas ¿hay sitio para Las walpurgis?
No, a esas hay que cerrarles la puerta porque la conversación con ellas siempre es del tipo: no sé quién va diciendo no sé qué de ti, estás guapa pero más redondita… Prefiero irme con Topacio o Las Nancys, aunque a veces es muy pesado. Es cansado salir por ahí y que te estén pidiendo fotos para Instagram. Hay que ser educado y saludar a quien conoces y a quien te conoce. Además, está muy feo dejar a tus amigos con la palabra en la boca por hacerte una foto…

A los que dicen que Madrid está muerto, ¿dónde les llevamos a tomar cañas?
A cualquier sitio, al Fabuloso, al Coconut… tampoco hay que pensárselo mucho. No hay que buscar el local de moda. De hecho, una de las particularidades de Madrid es que está lleno de bares en los que se ha detenido el tiempo y cuya decoración no es nada pretenciosa. Son tascas donde todo el mundo se siente a gusto, donde siempre ocurre algo divertido y la música está bajita. No me gusta irme de cañas con ‘musicote’, para eso están las discotecas. Las cañas son para disfrutarlas a ellas y a la compañía, por eso este tipo de sitios son idóneos.

¿Alguna vez has bajado a tomarte algo con alguno de los fans que diariamente acuden a casa a llamar al timbre y de lo que te quejas en tu perfil de Instagram?
Al principio, si llamaban y estábamos en casa bajábamos a recibirlos, pero esto en Demografía de la Población se denomina ‘efecto llamada’. Venían unos, bajabas, les saludabas, les agradecías la visita y a los cinco minutos de su partida tenías a otro grupo, se habían llamado entre ellos. Agotador, los vecinos nos pidieron que dejásemos de bajar y así lo hemos hecho.



La Cantudo te ha ofrecido protagonizar una alta comedia coral que está escribiendo ¿has aceptado?

Lo hizo en directo, en el programa de Nacha la Macha y no he vuelto a saber más. Seguirá escribiendo supongo, es un proyecto, si llega a buen puerto y me lo ofrece me lo pensaré. Tantas cosas se quedan por el camino… aunque yo soy muy mala actriz.

Y de ser una gran intérprete ¿qué te gustaría interpretar?
Algo de mala aunque en La bola de cristal mi papel era de buena. Me apasionan todos los papeles de María Felix. Doña Bárbara, por ejemplo, modelos exagerados de feminidad, de demostración de poder, de exaltación de la fuerza de la mujer y lo haría con látigo incluido como la original por el morbo de dominar.

Y para terminar ¿por quién brindamos?
Por ti y por mí. Cada uno tiene que brindar por lo que tiene cerca y desearle lo mejor al de al lado, no hay que pedir cosas para países que están lejísimos. Hay que empezar por lo que tienes al lado, es la única manera de contagiar el espíritu y llegar más lejos.