Emma Stone se ha alzado con el Oscar a Mejor actriz protagonista por La La Land y lo ha recibido con el discurso más tierno de la noche (vaaaaaaale, es posible que no seamos del todo objetivas con Emma, pero su discurso ha sido lo más. Como ella). En una gala en la que los agradecimientos han sido tirando a tediosos y fácilmente olvidables, el de Emma nos ha hecho quererla aún más.

Tranquila, que tampoco ha sido tan largo.
  • ¿El motivo?

Ha sabido transmitirnos emoción, sinceridad, nerviosismo, alegría y una chispa de humor en las cantidades justas para no hacerlo ni demasiado empalagoso, somnífero ni hilarante. Vaya, que aunque no sabemos si la actriz se lo había preparado en casa, la verdad es que lo ha bordado. La intérprete de La La Land ha demostrado que se puede ganar un Oscar y hablar correctamente sin echarse a llorar desconsoladamente, gritar, saltar, fingir que estás empezando a marearte… Lo que viene siendo que la clave de un buen discurso está en hacerlo rápido e intenso. Como el café.

Ojalá hubiésemos escuchado también a su compañero de reparto Ryan Gosling, pero le arrebató el premio Casey Affleck, el anteriormente conocido como hermano de Ben Affleck. Ahora ya no.

Todos los Oscar (con Grazia):