Viniendo de Jennifer Lawrence, la actriz que se tropezó y se cayó en las escaleras al subir a recoger su Oscar, esperábamos cualquier cosa. Esperábamos una nueva anécdota divertida y payasa de nuestra querida JLaw, la verdad. Pero no, la protagonista de Los Juegos del Hambre esta vez se ha puesto muy seria y ha decidido que hasta aquí.

Que la industria de Hollywood necesita sacar del armario las repugnantes prácticas que son el día a día para una actriz joven que está empezando. Y que #lodeWeinstein es solo la punta de un colosal iceberg en el que el acoso y el trato vejatorio están normalizados.

© Getty Images

“Cuando era mucho más joven y estaba empezando, los productores de una película me dijeron que debía perder casi siete kilos en dos semanas”, confesaba la noche del lunes en la conferencia Women in Hollywood que se celebró en el Four Seasons de Los Ángeles, “durante aquella época, una productora, una mujer, me hizo ponerme en fila al lado de otras cinco chicas, todas desnudas y todas mucho más delgadas que yo. Nos quedamos de pie, hombro con hombro, únicamente con unos trozos de cinta cubriendo nuestras partes íntimas. Después de una experiencia tan humillante y degradante, esa misma productora me dijo que debería usar mis fotografías como motivación para hacer dieta», recordó la mujer que ahora imagen de Dior.

Hubiésemos preferido que este artículo hablase sobre su enésima gamberrada. Pero hoy toca ponerse serios y denunciar.

Ahora Lawrence, una de las actrices mejor pagadas, está en posición de exigir y no someterse a estas humillaciones, pero los millones de mujeres jóvenes que vienen detrás no tienen esa suerte. Por eso, por ellas, ha decidido hablar y no parar de compartir situaciones vergonzosas: como cuando por fin reunió el valor para quejarse y una persona del equipo “me respondió que no comprendía por qué todo el mundo pensaba que estaba gorda, porque él consideraba que era perfectamente ‘follable’. Permití que me trataran de esa forma porque sentí que debía hacerlo por mi carrera”, recuerda, poniendo el foco en el tremendo desequilibrio de poder en las relaciones en esta industria.

“Me respondió que no comprendía por qué todo el mundo pensaba que estaba gorda, porque él consideraba que era perfectamente flotable». © Getty Images

“Todavía estoy aprendiendo que no debo sonreír cuando un hombre me hace sentir incómoda”, concluyó JLaw, que ha decidido hablar para que las mujeres que vienen detrás suyo no tengan que soportar este trato nunca más.