Aunque se haya convertido en un referente a seguir ahora que hemos entrado en la era del culo, tener un pasado como estilista de Paris Hilton y Lindsay Lohan (entre otros) no podía traer nada bueno. La socialité, desde sus inicios como tal, se caracterizó por sus patinazos de estilo: moños tirantes, pendientes de aro, mini vestidos que poco lugar dejaban a la imaginación y pumps de tacón kilométrico que la coronaron como eso que todos, en nuestra maldad interior, entendemos como ‘choni’.

Eso sí, choni de lujo, a lo Jersey Shore, de escándalos varios y un reality en el que ella y toda su familia se plantaron delante de la cámara para gusto de los espectadores del canal E!. Se casó dos veces y, las dos, fueron intentos fallidos de convencernos de que podía tomarse la vida ligeramente en serio. Pero entonces, tras un segundo matrimonio de apenas 72 días, llegó Kanye.

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Kanye West, rapero entre raperos (y muchimillonario entre muchimillonarios) se enamoró de Kim y Kim, dispuesta ella, le devolvió amor. Mucho amor. Tanto que apenas unos meses después tuvieron una hija. se comprometieron en un campo de béisbol y se casaron en el castillo Forte Beleveder de Florencia. ¡Tan romántico todo!

Desde entonces, Kim Kardashian trata de agradar a Kanye, porque a Kanye le gusta la moda y no va a permitir un solo chonerío más. Solo faltaba. Así que se recató y se esforzó al máximo por hacerse amiga de sus amigos, amigos con Riccardo de nombre y Tisci de apellido que confiaron en ella y decidieron hacer de su armario un intento de templo fashionista llegando incluso a firmar el vestido de su boda. O Carinne Roitfeld, quien la eligió como chica de portada de su codiciada revista. ¿Algo está cambiando?

Ahora, cuando no posa desnuda, luce faldas tubo y maquillajes elaborados. Colores sobrios, siendo asidua a los looks negros o bicolor y a las formas elegantes y limpias. Salones delicados en lugar de peeptoes satinados que reflejan el flash de las cámaras. Ahora está distinta, y quiere a toda costa meterse al mundo de la moda en el bolsillo cosa que, hasta que no conquiste a Anna Wintour, le será difícil; y es que, hasta hoy, ha habido un largo camino difícil de borrar.

Repasamos los mejores-peores años de la celebrity, su infancia, adolescencia y primeras épocas en la televisión. Porque aunque la mona se vista de seda… ¿mona se queda?

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