No voy a volver a ver 300. Que no es que sea yo una persona así, de guardar rencor y tal. No; pero me va a ser difícil asimilar la imagen de Gerard Butler brazo arriba gritando a sus espartanos y no pensar en el día que el escocés me hizo una cobra de campeonato.

Os pongo en situación: ayer Butler pasó el día en Madrid de la mano del perfume Boss Bottled de Hugo Boss del que es embajador. Sus 24 horas fueron de lo más productivas: el actor empezó el día con una sesión de fotos, siguió con un baño multitudinario en El Corte Inglés de Castellana (donde firmó las botellas del perfume para los fans que llevaban ahí desde primera hora de la mañana) y, para terminar, un cóctel por todo lo alto en el Hotel NH Eurobuilding. Claro, con un día movidito como ese, cualquiera hubiese rechazado mi propuesta…

Aquí, Gerard minutos después de rechazarme (no seáis impacientes, ahora os cuento por qué). © Getty Images
Aquí, Gerard minutos después de rechazarme (no seáis impacientes, ahora os cuento por qué). © Getty Images

Antes de la fiesta, algunos medios fuimos citados en una de las suites del hotel para conocer de cerca al actor. Tras una larga espera (porque es de bien el adaptarse a las costumbres del país que uno visita –y tampoco es que a ninguno de los que estábamos allí nos supusiese un drama, teniendo en cuenta que, eh, íbamos a ver a Gerard Butler); tras una larga espera, decía, Butler entró por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y pidiendo disculpas por el retraso mientras se colocaba en el centro de la habitación dispuesto a contestar a las preguntas que quisiéramos lanzarle.

No era la primera vez que estaba en la ciudad, pero en ninguna de sus visitas había conseguido ver mucho más allá de lo que la agenda de trabajo marcaba. Ayer no fue una excepción, pero sí que quiso destacar que estaba pletórico por haber conocido a Sergio Ramos. Lo dijo como si fuera un niño madridista de siete años, con la cara casi desfigurada por haber conocido a uno de sus ídolos. También nos contó que el aroma que le recordaba a su niñez era el de la madera quemada (cosas de nacer en Escocia, ya se sabe) y que aceptó la campaña de Hugo Boss hace dos años porque le enganchó la idea de masculinidad que había detrás de ese ‘Man Of Today’: un hombre fuerte y con determinación, pero también dinámico, abierto a cambiar a medida que las cosas pasan en su vida. ¿Necesitó algún consejo de Ryan Reynolds, del que es sucesor, para ocupar el cargo? “No… sé lo que hago”, contestó entre risas, porque a ver si nos vamos a creer que un hombretón como él no tiene los hilos del asunto bien cogidos. Y tanto que sabes, Gerardo, y tanto que sí.

© Instagram @Grazia_es
© Instagram @Grazia_es

Entonces llegó mi momento: siempre he sido un culo inquieto, pero también bastante tímida así que, cuando le comenté a mi jefa (hola, jefa) que molaría hacer algo distinto y divertido con él “como un Dubsmash, ¡¡¡¿NOOO?!!!!”, me di cuenta del gran error que había cometido. Después de crear semejante expectativa, me iba a tocar hacerlo quisiera o no. Maldita sea, Celia, por qué no te estarás calladita. Total, que armadísima de valor (y con la imagen de mi compañera de mesa desafiándome con un ‘No hay h****s’ en la cabeza) busqué ‘GerardButler’ en Dubsmash y localicé un audio en el que el actor grita desgañitao’ “This is Spartaaaaaaa!”. Qué sé yo: a mí, en el momento, me pareció gracioso. Pero se ve que a él no.

Total, que allá que fui yo, valiente, móvil en mano: “¿Puedo pedirte un favor?”, le dije. “Sí, claro”, me contestó (aham):

Yo: ¿Sabes lo que es Dubsmash?

Él: No.

Yo: Ah, vale, entonces nada. Vamos a hacernos una foto y ya… –Y aquí pensé, ingenua de mí, que debía darlo por perdido-. 

Él: ¡Pues qué favor tan fácil! –me puso en bandeja el lanzarme. Así que lo hice. A lo loco-. 

Yo: Uy, mira, te explico. Es una aplicación que emite sonidos y uno se graba como haciendo un playback. Por ejemplo, aquí tengo uno tuyo diciendo ‘This is Sparta!’ y tenemos que grabarlo, así. 

Y le di al play. Y, en cuanto consiguió enterarse de lo que iba el asunto, salió escopetado del encuadre de mi móvil a lo “This is SpaNIDECOÑA”. Haciéndome, en definitiva, la cobra castellana. Rechazándome por un maldito Dubsmash. Qué triste. 

2

 

La cosa es que no le culpo. Se ve que el hombre no tenía mucha idea de lo que era y, como una madre investigando aplicaciones, pensó que ese jueguecito mío podía destrozar su imagen (querido, en cuanto llegues a Hollywood, pregunta por ella. YA VERÁS COMO AHÍ LA USA HASTA EL APUNTADOR). Además, luego quiso compensármelo: mientras se cerraban las puertas de su ascensor, me miró, alzó el brazo y gritó ese “This is Sparta!” con el mismo tono de escocés profundo que había salido minutos antes del altavoz de mi teléfono. Insistí en lo divertida que era mi idea y no me lo negó: “Lo sé, pero esas cosas siempre acaban en Internet…”. Leónidas tuvo miedo a mi smartphone arma de matar y, claro, huyó a tiempo. Eso sí, tras dedicarme el gritito para mí sola.

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Después de eso me quedé tranquila. Gerard Butler me había rechazado pero había intentado arreglarlo a lo ‘no eres tú, soy yo que no entiendo qué aplicación es esa’. Y, además, mi jefa, al menos, está satisfecha (porque no daba un duro por mí en una situación así, reconozcámoslo). Así que todos contentos… ¿No?

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P.D. No consegui mi Dubsmash… pero sí que hay foto. A ver qué os habíais creído, ¡que la cosa no fue tan mal…!

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