Moda
En realidad nunca se ha ido, solo ha sabido estar tranquilita, casi en silencio, para hacer de su retorno al punto de mira, algo grande. Fue allá por 2004 cuando, a raíz de su explosivo papel en Alfie junto a Jude Law (quien pasó por su corazón con drama final incluido), cuando Miller tuvo su gran momento de auge, dentro y fuera de la pantalla. El mundo de la moda la adoptó como propia, haciendo de su boho chic y su melena rubia de -envidiable- onda amplia, todo un referente.
Sin embargo, a partir de ahí todo fue cuesta abajo: dejamos de verla tanto como nos gustaría, se alejó de los focos y acabó de muy mala guisa con la prensa amarillista británica, donde se traspasaron las barreras de la intimidad de la actriz. Por suerte, no ha querido ser drástica y desde hace ya unos años ha ido preparando su vuelta con pequeñas dosis de presencia, looks susceptibles de copia por las calles neoyorquinas, alguna aparición en alfombra roja (el MET del año pasado nos devolvió la ilusión) y una relación nada oculta con el también actor Tom Sturridge, con quien tuvo a su hija Marlowe hace ya dos años.
Ahora, por fin, Sienna se lanza con fuerza a por su segunda parte y promete, sin duda, superar la primera y cualquier expectativa que pudiéramos tener. ¿Su última aparición? Anoche en Nueva York, en la premiere de American Sniper (su próxima cinta, después de Foxcatcher), donde comparte protagonismo con Bradley Cooper bajo las órdenes del mismísimo Clint Eastwood.
Para la ocasión, eligió un diseño blanco de Alexander Wang para Balenciaga. Su escote amplio dejó a la vista hombros, cuello (gracias a la melena Bob que luce ahora) y un brillantísimo collar de Harry Winston que sirvió como complemento bling frente a las sandalias de tiras blancas que terminaban el look a ras del suelo. En el terreno beauty, una piel perfecta con cierto tono melocotón a la altura de las mejillas, labios rosas y un eyeliner grueso.
¡Qué bueno volver a verte, Miller!
