Tras años y años entrando y saliendo de clínicas de rehabilitación y enfrentándose a más de un problemita con la justicia Lindsay Lohan es una mujer nueva (y no porque haya pasado de nuevo por quirófano). O al menos eso deja entrever en la entrevista que ha dado a Vanity Fair.

Estoy divina.
¡Holi! © Cordon Press

Entre muchas otras cosas, la ex niña Disney ha confesado a la publicación: «Estoy en proceso de escribir un libro, muy emocionada por compartir mis experiencias personales y cómo superar obstáculos». Atrás quedaron sus días de desenfreno y malas costumbres; según se comenta, gracias a su prometido Egor Tarabasov, un hombre o mejor dicho, yogurín de negocios de 22 años y origen ruso, que ha tenido mucho que ver en el asunto.

It’s a sunny day! Yay!! #tgif ✌🏼️🙏🏻✌🏼

Una foto publicada por Lindsay Lohan (@lindsaylohan) el

A punto de cumplir la treintena (2 de julio), Lindsay deja atrás una juventud llena de excesos para abrir paso a una nueva época en la que quiere, como ella misma ha confesado, “hacer más películas, escribir mi libro, iniciar un proyecto solidario, trabajar mucho con niños y tal vez tener los míos pronto –después de rodar algunas películas, claro”. Pues menudo cambio, chata.

Estás estupenda, querida.
Estás estupenda, querida.

Pero como tampoco podemos olvidar a la Lohan más rebelde de la noche a la mañana, recuperamos los 10 momentos en los que le hubiera venido bien (muy, muy bien) contar con su libro de autoayuda. Y es que si de algo puede presumir Lindsay es de experiencia… y no precisamente laboral.

1. Cuando decidió que Charlie Sheen era una magnífica compañía.

Seguro que mamá y papá se quedan tranquilos cuando les diga que me voy con Charlie.
Seguro que mamá y papá se quedan tranquilos cuando les diga que me voy con Charlie.

2. Cuando le pidió a su abogado no entrar en rehabilitación hasta después de Coachella.

Y se lo pasó así de bien...
Y se lo pasó así de bien…

3. Cuando empezó a beber…

Su primera vez...
Su primera vez…

Y a beber…

Pero no la última.
Pero no la última.

Y de ahí pasó a otros vicios.

Por ejemplo.
Por ejemplo.

4. Cuando la condenaron a prisión y servicios sociales.

Bien Lindsay, dando ejemplo a tu ejército de fans adolescentes…
Bien Lindsay, dando ejemplo a tu ejército de fans adolescentes…

5. Cuando la acusaron de comportarse como una diva, de llegar tarde al rodaje y de no haberse preparado su papel en Glee donde se interpretaba a sí misma (jo, tía eso es súper difícil y sacrificado).

¿Diva o capo?
¿Diva o capo?

6. Cuando se le fue la mano con el bótox…

¿Eres tú, Lindsay? © Cordon Press

7. Cuando decidió que ponerse extensiones era una grandísima idea y que sería mejor aún si se teñía de platino. No te lo tomes a mal pero deberías cambiar de estilista ya Lindsay, el platino no está hecho para ti, por mucho que sea el tono del verano).

No te pongas así...
No te pongas así…

8. Cuando se le fue la mano con photoshop y su herramienta de ‘licuar’… ¿De verdad te parecía que había quedado bien?

Igual deberías ir al oftalmólogo Lindsay…
Igual deberías ir al oftalmólogo Lindsay…

9. Cuando tras pasar por rehab (por enésima vez) decidió volver al mundo de la interpretación protagonizando la «tan alabada” Labor Pains.

Así era el 'cartelazo' de la peli.
Así era el ‘cartelazo’ de la peli.

10. Cuando rechazó a Harry Styles. ¡¡¡¿¿¿CÓMOOOOORRRR???!!!

¡Os lo dejo a vosotras, amiguis!
Os lo dejo a vosotras. ¡Un beso amiguis!