Moda
Si eres Beyoncé todo tu mundo gira en otra dimensión y, por supuesto, las cifras que manejas son –por lo menos- de otra galaxia. Así que, partiendo de esto a nadie le extraña (¡¡¡¿a nadie?!!!) el último capricho de la diva: unos zapatos.
Hasta aquí todo bien, porque (redoble de tambores) en esto sí nos parecemos a Beyoncé, nosotras también nos damos caprichos con varios centímetros de tacón. Aunque en este punto termine la similitud, porque si por aquí ahorramos un par de meses para unos zapatos con una etiqueta de tres cifras, Beyoncé (que se mueve en otra liga) desembolsa casi 50 millones de las antiguas pesetas ahora estoy sonando como mi abuela en un par de sandalias. ¡Además en unas que tienen pinta de romperse con mirarlas!
Y que… em, bueno, no se van a llevar el premio al diseño minimalista del año:
Concretamente 284.000 euros en un par creado a mano en Birmingham por la firma The House of Borgezie, especializada en el arte de engarzar piedras preciosas a ras del suelo. Los de Beyoncé son exactamente 1.290 diamantes que se reparten por el tacón y las tiras que sujetan al pie el modelo porque vaya disgusto si, como Cenicienta, ¡pierde uno por el camino! 1.290 piedras preciosas incrustadas una a una a mano a lo largo y ancho de las sandalias (no nos queremos ni imaginar lo que se tiene que clavar eso, ¡rozadura al canto!).
Esas sandalias no se pueden llevar con cualquier cosa, así que para completar el conjunto bling-bling, Beyoncé se ha comprado también un cinturón a juego por valor de casi 80.000 euros que ya que sacaba la cartera…
¿Y qué va a hacer con todo esto? Porque desde luego a por el pan no se lo va a llevar si Beyoncé se encargara de tareas tan prosaicas como comprar el pan. Lucirá ambas creaciones en su próximo videoclip.
«Puntualmente en la vida de un diseñador o de un artista llega el momento de echar la vista atrás y darse cuenta de que has creado tu mejor trabajo hasta la fecha. Creo que este es mi momento», confesaba Chris Shellis, mente pensante detrás del brillante en el sentido más literal diseño, al Birmingham Mail. «Como cualquier corona real, el Princess Constellation [el nombre con el que han bautizado al diseño] estará aquí por miles de años», continuaba el creador al que se aproximó la gente de Beyoncé tras descubrirle en un artículo.
Mucho brillo y mucho diamante, pero mira Beyoncé, te confesamos que nosotras nos quedamos con una cosa más sencillita con el sello de Zara.