«Puedes ser guapa, mona y sexy. Pero cuidado, no te está permitido ser lista, no puedes tener una opinión. Eso rompería el status quo imperante en esta sociedad». Así de cañera (y sincera) se mostró Madonna durante la gala Billboard Music Event el pasado sábado, donde recogió el premio a Mujer del Año.

Madonna en la gala Billboard Women in Music en la que recogió el premio a Mujer del Año © Cordon Press
Madonna en la gala Billboard Women in Music en la que recogió el premio a Mujer del Año. © Cordon Press

Muy implicada en la denuncia y eliminación de las desigualdades entre mujeres y hombres en pleno siglo XXI que manda narices tener que seguir así a estas alturas de la historia, la cantante no desperdició la oportunidad de sacarle los colores a muchos de los allí presentes: «Puedes ser cosificada por los hombres y vestir como una fulana, pero no eres dueña de tu sexualidad y no puedes compartir tus propias fantasías sexuales con el mundo. Asumidlo, hay normas y reglas para las niñas, pero no para los niños. Es un hecho».

Más razón que un santo, oye.
Más razón que un santo, oye.

Sin embargo, Madonna dejó lo mejor para el final: «Envejecer es un pecado para las mujeres. Serás criticada, vilipendiada y, en mi caso, tus canciones no sonarán en la radio. Así que, si eres feminista, los hombres interpretan que no tienes sexualidad, que la niegas. Pues dejadme deciros que yo soy feminista y no me siento culpable por ello».

Hasta a Mariah se le saltan las lágrimas.
Hasta a Mariah se le saltan las lágrimas.

«Recuerdo que una vez la prensa me llamó Satán por mi vestuario poco apropiado. Entonces fue cuando vi la doble moral de esta sociedad. ¿Puede Prince pasearse con el culo fuera, tacones de infarto y los labios pintados y yo no? Ah, espera. Él es un hombre», sentenció.

Un discurso rompedor

«Michael Jackson, Tupac, Prince, Whitney Houston, Amy Winehouse, David Bowie… Todos ellos se fueron, pero yo sigo en pie. Soy una de los afortunados». Tras tres intensos minutos sobre el escenario, el auditorio estalló en aplausos. Y ella, emocionada, sonrió. God saves Madonna, una vez más.

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