Moda
¿Qué mejor manera de celebrar el cumpleaños de monsieur Gaultier que recordando aquella icónica prenda, el conical corset, que, aún hoy en día, sigue siendo la mejor prueba del encuentro entre la moda y el showbiz.
Esta pieza –creada originalmente para usarse debajo de la ropa– detonó la fiebre exhibicionista luego de que en el pico más alto de la carrera, el francés lo convirtiera en pieza clave del guardarropa de Madonna.
En la década de los 80, el golden boy de la industria dio otro significado a la silueta femenina, vista más como una escultura libre de tabúes e, incluso, exponiéndola como objeto de culto.
De entre ellos, fueron el Enfant Terrible y su concepto undergarment on top que fascinaron a la masas y, naturalmente, a la reina del Pop.
Jean Paul introdujo la pieza a mediados de la década con un vestido en terciopelo naranja, mismo que fue replicado en 2006 en color púrpura.
Empoderar a la mujer de forma escandalosa fue el motor de su discurso.
Madonna, como una figura pública que representaba el rechazo a lo “correcto”, encontró en él a su mejor aliado para crear los atuendos de su gira Blond Ambition.
Este controvertido dúo dinámico dio pie a una serie de atuendos escandalosos que cuestionaban los principios del “buen vestir”, impuestos antes de la segunda guerra mundial.
El conical corset fue de las prendas que definieron el comienzo de una nueva era y la que puso al creativo en la mira de quienes, hasta entonces, no se consideraban aficionados de la moda.
En 1992, en Los Ángeles, Madonna hizo su famosa aparición junto al couturier durante su desfile en beneficio a la lucha contra el SIDA, en colaboración con la amFAR.
Mientras que Billy Idol y Raquel Welch fueron parte de las celebridades que tomaron el catwalk, Madonna lo acompañó en el finale “vestida conservadora”, según lo narró CNN.
20 años después, el francés replicó sus creaciones para el MDNA Tour y después, dos de los originales fueron subastados en Londres por la impactante cantidad de $42,000 y $77,000 dólares, respectivamente.
El recuerdo de la rubia contenida por la sexy confección quedó tatuado en la historia.
Jean Paul y Madonna liberaron a la moda, desafiaron las costumbres y demostraron que las celebridades son el medio perfecto para vender.
