Solventado ya el drama familiar de los Markle, parece que los novios se han centrado en el momento que están viviendo. Al fin y al cabo, no todos los días Londres se viste de gala para celebrar una boda real. Suponemos que, para calmar los nervios previos al gran día, la reina Isabel II invitó a Meghan Markle, el príncipe Harry y los duques de Cambridge a tomar el té.

Olvidarse de los acontecimientos no será fácil, más cuando el papá de la novia creó controversia tras controversia. Pero ya que las cosas fueron encaradas públicamente por la misma Meghan, el rumbo ha cambiado.

Los novios llegaron a Windsor con sonrisas de oreja a oreja y acompañados por príncipe Guillermo y Kate Middleton. Claro que cuando se trata de un evento tan mediático como es la boda de la década, los fotógrafos estaban preparados para recibir a los royal y a la royal-to-be.

De acuerdo a People, Meghan está compensando los tensos momentos que pasó hace unos días junto a su madre, quien “la está preparando para el día más mágico de su vida”.

*IMAGEN: Getty Images