Nunca pensé que diría esto, pero me encantaría ser la nueva best friend forever de Miley Cyrus. Y mira que siempre lo he querido ser de Britney Spears lo siento, amiga… El motivo es que me encuentro totalmente fascinada por los recientes discursos sentimentales de la cantante.

Ay, Miley, ¡cómo has madurado! © Getty Images.

Tras una etapa en la que el twerking, la marihuana y el alcohol casi terminan con su carrera profesional y con su relación con Liam Hemsworth (de hecho, lo dejaron por un tiempo), Miley es ahora la mejor amiga que nadie podría tener a su lado porque da en el clavo cuando se trata de asesorarnos sobre el amor (no nos engañemos, es lo que nos trae siempre de cabeza). Así pues, Miley se habría convertido en una suerte de Jesús Puente sentimental que nos guía por las carreteras del amor en su furgoneta. Y si no sabes de lo que estoy hablando es que eres muy joven.

Fue bajarse de la wrecking ball y ser otra, oye.

Al preguntarle en el show de Howard Stern sobre cómo llevaba el hecho de que Liam tuviese que besarse con otras mujeres en algunas de sus películas, Miley lo dejo clarinete: «Aún siento esa pequeña mariposa en mi estómago, me conozco, le conozco y sé dónde está nuestra relación. Así que no me preocupa».

Si es que sus palabras enganchan, ya os lo avisé.

He aquí una contestación propia de alguien que considera las relaciones un espacio de crecimiento personal individual aunque vaya de la mano con otra persona (esto… ¿Miley?). Por eso ella no quiso desaprovechar la ocasión para mandar un pequeño gran mensaje a muchas mujeres que viven enganchadas a relaciones tóxicas: «No me gusta cuando en una relación se intenta que las dos mitades formen un todo. Ese tipo de amor de ‘no puedo comer’, ‘no puedo dormir’… Si te está pasando eso es porque estás dependiendo demasiado de la otra persona. En mi caso, no tengo esa codependencia».

Hasta Nicole le aplaude aunque le rocen los anillos.

¿Quién nos iba a decir hace unos años que Miley Cyrus sería una de las celebrities más cuerdas y responsables en cuanto al amor? Yo ya os digo que habría perdido esa apuesta.

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar