Manuela Velasco
El negro fue su elección para el preestreno de REC 4 en Madrid. © Cordon Press

Manuela Velasco es de esas actrices con las que puedes estar hablando de cualquier cosa en una entrevista, yendo de compras o tomando una caña. Habla igual de Ángela Vidal, la reportera-heroína (a su pesar) en el mundo de infectados de REC 4 como de la cándida Cristina Otegui en el universo de pestaña y vestidazos de Velvet: con absoluto desparpajo.

Se sabe privilegiada pero, utilizando un símil de ese mar que ella adora, desde la cresta de la ola interpretativa en la que se encuentra no pierde, en ningún momento, la visión de la orilla. No hay nada mejor que tomar distancia para analizar con tranquilidad lo que le apasiona.

 

Menudo momento para estrenar REC 4: Apocalipsis, un mundo de infectados por un virus altamente contagioso…

¡Ja, ja! Sí, ¿verdad? Pero esto ocurre desde hace siete años, cuando estrenamos la primera parte de REC [en 2007]. En realidad, aquella película se podía parecer más a los momentos que hemos vivido en el último mes con todo el asunto del ébola. Es cierto que en la primera parte se habla del famoso ‘protocolo NBQ’ [acrónimo de Nuclear, Biológico y Químico], y es ahora, en las noticias, cuando he vuelto a escuchar eso… Sí, es un momentazo.

Manuela Velasco
© REC

Siete años desde que se estrenó el primer REC y en los que no has parado de trabajar. Incluso has roto la maldición que dice que, una vez que se recibe el Goya a la Mejor actriz revelación, como fue tu caso en 2007, los papeles caen en picado.

Con REC 4 sucede algo muy raro: es una bienvenida y una despedida al mismo tiempo, porque estamos lanzando al mundo un producto nuevo, pero para nosotros es el final de un viaje. Ahora que paso tanto tiempo con Jaume [Balagueró, el director], muchas veces le digo que esta saga me cambió la vida, y tanto él como Paco Plaza, el otro director, me dicen que en realidad ha cambiado la vida de todos.

El éxito ha sido sorprendente, he vivido cosas que solo había soñado o imaginado de niña y que, ahora, están sucediendo. Un ejemplo: yo no tenía ni idea de la repercusión de estas películas en el extranjero y, cuando estrenamos la cuarta parte en Toronto (Canadá), toda la sala, llena, empezó a gritar: “¡Ángela [Vidal, su personaje], te queremos!”. Decía buenas noches y la gente enloquecía… A mi familia y a mis amigos les comentaba que me sentía como si viviera la vida de otra persona durante un día, y me sorprende que me pase a mí. Algo que has hecho se ha convertido en un fenómeno de masas…

Manuela Velasco
Manuela en dos momentos de la promoción de REC 4. © Cordon Press

¿Y cómo lo vives?

Si lo veo con perspectiva, realmente me siento súper privilegiada de haber formado parte de la creación de ese universo y, más allá de lo que es mi carrera, que es ir paso a paso y proyecto a proyecto, lo de REC sigue siendo una experiencia alucinante que no es normal que te pase. Ojalá me encuentre en mi vida con otros personajes o películas que tengan mucho éxito, pero sé que esto de REC no va a volver a pasar.

Tu personaje de Ángela Vidal es opuesto al de Cristina Otegui en Velvet en muchas cosas, pero llama la atención verte en la peli con camiseta de tirantes y pantalón y, en la serie, vestida tan elegante y lujosamente. ¿A qué estilo te acercas más?

Al de Ángela Vidal, sin duda. De hecho, gran parte de la película la hice compaginando el rodaje con Velvet, y era marciano. Rodaba la serie en Madrid por la mañana con la onda, la pestaña postiza, con esos vestidos maravillosos y, al terminar, me montaba en el AVE para ir a Barcelona y me rebozaba en sangre. Iba cansada, claro, pero desprenderme de todas esas sofisticaciones y estar más de andar por casa, sucia, sin necesidad de estar impecable, era un descanso en sí mismo.

Manuela Velasco
A la izquierda, Ángela Vidal; a la derecha, Cristina Otegui.

Ángela Vidal es una de las pocas heroínas del cine español, aunque lo es a su pesar. ¿Qué mujeres son las heroínas hoy en día en la sociedad?

Pues con el paso del tiempo y por la edad que tengo ahora, 39 años, me he dado cuenta de que, aunque la igualdad es mayor que antes, las verdaderas heroínas son las madres. Parir, tener hijos, sacarlos adelante y, además, ser capaces de desarrollar una vida profesional a la vez…

Yo lo veo en mis compañeras de Velvet. Por ejemplo, Paula Echevarría: se pega unas panzadas a trabajar tremendas, las mismas que yo, las dos acabamos cansadísimas pero la diferencia es que yo me voy a mi casa y ella en cambio, después de darlo todo en el rodaje, está pensando en su hija y todo lo que necesita, que si la tiene que llevar al cole, que si tiene que comprarle esto, que si tiene que hacer lo otro…

Y la pregunta es: “¿Cómo puedes educar a tu hija y tener energía además para ser buena en tu trabajo?”. Educar a los hijos y tener energía y ser buena en lo que haces… Desde aquí, mi homenaje y adoración hacia las madres.

Manuela Velasco
Manuela junto a su compañera y madre Paula Echevarría. Al fondo, Amaia Salamanca, uno de los últimos fichajes de la serie. © Velvet

Velvet es más tranquilo, pero en REC, las panzadas a correr son antológicas. ¿Qué haces para mantenerte en forma?

No hago mucho. Lo que más me gusta es el agua y nadar. En verano hago mucho ejercicio y estoy en la playa todo el día, pero ahora nadar es una necesidad porque no aguanto el gimnasio. Nadar me viene muy bien físicamente pero también mentalmente, me relaja mucho, combina perfectamente el ejercicio físico y la meditación, donde controlas la respiración.  Ahora no tengo mucho tiempo pero, en cuento disponga de un par de horas libres, vuelvo.

 

Has dicho que tu estilo es sencillo, pero seguro que tienes algún capricho con los complementos…

¡Los bolsos! Me encantan. Pero todos: desde un bolsazo de piel hasta una mochila. Como paso tanto tiempo fuera de casa, necesito llevar parte de mi universo conmigo, y eso lo consigue el bolso. Para mí es mi pequeña casa.

Manuela Velasco
© Velvet

Supongo que a tu casa te acercarán también las redes sociales.

No las utilizo frecuentemente: no tengo cuenta personal en Facebook ni Twitter, pero sí Instagram. Fue el único experimento que quise hacer porque me metí a producir una obra de teatro [Feelgood, ahora en gira], y pensé que como medio de difusión para contar que la estamos haciendo podría venir bien.

También me he dado cuenta de que Instagram es menos agresivo de lo que pensaba, aunque al principio me daba miedo. Realmente la gente que se acerca a mí desde esa red social es respetuosa; algún loco te encuentras, claro, que te pone verde porque sí, pero Instagram me está gustando, porque también me gusta saber quién está ahí detrás y contestar a cosas que me preguntan. También me ha posibilitado conocer a algunas personas que me apoyan, que me dan ánimos pero, sinceramente, de aquí no voy a pasar.

Manuela Velasco
© Instagram @manuelavelascooficial

Poco tiempo, pero seguro que sacarás algo para ir de conciertos.

Pues mira, yo voy a ir sí o sí a lo próximo que haga Mastretta o a alguno de los conciertos que hacen en el mítico Café Central de Madrid antes de que lo cierren, claro, lo que me parece una barbaridad.

 

Pero antes, si decides desconectar, ¿dónde lo harías?

En Cabo de Gata (Almería). Sin duda.