Desde que se empezó a usar, allá por los años sesenta (esa época tan de moda esta temporada), este minúsculo trozo de tela no ha traído más que problemas. Para empezar, la diseñadora inglesa Mary Quant y el francés André Courrèges mantuvieron durante años una guerra abierta en la que los dos se autoproclamaban sus rotundos inventores. Jamás llegaron a ponerse de acuerdo en este aspecto, así que no seremos nosotros quienes volvamos a abrir la brecha, pero lo que sí que podemos afirmar es que se bautizó así por el coche, ya que el clásico Mini sirvió de inspiración para su diseño.

El resto de dramas surgieron cuando te tocó ser adolescente alla por los ’90: querías llevarlas a toda costa, a pesar de los constantes enfados de tus padres viéndote salir de casa hecha un cuadro. Porque sí, para que nos vamos a engañar, por aquella época todas parecíamos sacadas de un videoclip de Britney Spears (cuánto daño nos hiciste, querida). En ocasiones extremas, llegamos a ser algo así:

giphy-4
Recuerda: Esto es exactamente lo que no queremos conseguir.

Pero por suerte los años (y sobre todo, el martirio de nuestras fotos con brackets del 93) nos han hecho sabias y hemos dejado de encontrarle gracia a ir por el mundo enseñando el ombligo y el trasero con una falda tan corta. Que hayan vuelto a florecer en las pasarelas también ayuda bastante a que las dominemos: las hemos visto en Miu Miu acolchadas, en Isabel Marant de estilo pareo o con pailettes en Saint Laurent y todas tienen algo en común: hacerte sentir sexy y (dato importante) ayudar a alargar piernas.

mini-montaje
Para todas ellas llevar minifalda era lo más y a partir de ahora lo volverá a ser para ti.

Por si te queda alguna duda sobre cómo llevarlas aquí tienes un poco de inspiración en forma de looks de celebrities y unas cuantas ideas de shopping para que no pases ni un solo fin de semana más sin sacar tu ‘mini’ de casa. ¡Dentro galería!

[galeria]