Moda
Por Clemente Corona.
DE COMPRAS POR AMBERES
La ciudad flamenca es una de las capitales mundiales del shopping, la moda y el diseño. Claro, por algo vio nacer a los llamados Seis de Amberes –esos titanes del universo fashion que son Dries Van Noten, Ann Demeulemeester, Dirk Bikkembergs, Marina Yee, Dirk Van Saene y Walter Van Beirendonck–. Basta con pasearse por las calles del Distrito de la Moda –Lombardenvest, Kammenstraat, Sint-Andriesstraat, Drukkerijstraat y la más importante de todas, la Nationalstraat– para comprobarlo. O recorrer las salas del Museo de la Moda (Modemuseum, Nationalestraat 28) y disfrutar de su impresionante exposición permanente formada por más de 25.000 piezas.
Si además de ver moda quieres comprarla, estas son las direcciones imprescindibles para llenar la maleta de excelentes prendas y complementos: Het Modepaleis (Nationalstraat, 16), la tienda insignia de Van Noten; Hospital (De Burburestraat, 4), una exquisita boutique multimarca en los antiguos establos del hipódromo de la ciudad, y la zapatería Coccodrilo (Schuttershofstraat, 9).
MANCHESTER, NO SOLO FÚTBOL
Si reducimos esta ciudad a sus equipos de fútbol, por fuerte que sea la pasión que desata el deporte rey, corremos un grave riesgo: no prestar la atención debida al lugar más cool del norte de Inglaterra. Manchester, que ha limpiado de su paisaje urbano –literalmente- las huellas de su pasado industrial, ha transformado las moles abandonadas del centro de la ciudad en modernos centros culturales y comerciales, y los que hace unas décadas eran barrios poco recomendables se han convertido en zonas donde todos quieren vivir y disfrutar como viajeros.
Es el caso del Northern Quarter, repleto de restaurantes de comida orgánica como el TNQ (108 High Street), de Deansgate, la calle más antigua de la ciudad y en la que al Instituto Cervantes le da sombra la icónica Beetham Tower. O Spinningfields, el nuevo barrio de moda de Manchester, donde nos aguardan locales de copas y restaurantes en los que las pintas de cerveza después del trabajo se transforman en cenas y cócteles: The Alchemist (3 Hardman St.) y Brannigans (27, Peter Street) resultan perfectos ejemplos de ello.
OPORTO ‘HIPSTER’
En algún punto de los últimos años, Oporto le dio portazo a su fama merecida de ciudad decadente y entrañable para convertirse, como el patito del cuento tradicional, en una urbe entrañable, sí… pero con sobredosis de belleza hipster. Las multitudes siguen llenando a rebosar las aceras de Santa Catarina, la librería Lello e Irmão, las terrazas de la Ribeira y las bodegas de Gaia, al otro lado del Duero. Sin embargo, la atención –y la inversión– ha llegado a la Rua das Flores (imprescindible el restaurante Cantina 32), la Rua dos Caldeireiros o la Avenida de los Aliados. Las pastelerías tradicionales y las tiendas de recuerdos conviven con establecimientos de diseñadores locales, restaurantes de cocina orgánica y hoteles boutique.
Propuestas que han convertido Oporto en la meca para los cazatendencias de toda Europa, y que tienen su paraíso vintage en Casa Faría (Rua Mouzinho da Silveira, 237) donde, con paciencia, se encuentran auténticos tesoros. ¿Una barbería para hipsters de manual? La Barbearia Porto (Rua Dr. Artur Magalhães Basto, 6).
JORDANIA, OTRA HISTORIA
Tal vez no haya pensado jamás en ello pero, en ese oasis de paz que es el Reino Hachemita de Jordania, abundan lugares míticos de la historia del cristianismo –más de cien parajes–, cuyo disfrute supera las creencias religiosas. En el Monte Nebo dice la Biblia que Moisés divisó la Tierra Prometida y se cree que allí reposan sus restos. En la ribera del río Jordán es donde fue bautizado Jesús; en la iglesia ortodoxa griega de San Jorge, en Madaba, se encuentra el conocido mapa mosaico de Jerusalén y Tierra Santa, del siglo VI, y en el puerto de Áqaba (única salida que Jordania tiene al Mar Rojo) se han descubierto restos de la que se cree la iglesia más antigua del mundo hallada hasta la fecha. Por si fueran pocas razones, al sumarle a este itinerario histórico los clásicos jordanos –la maravilla de Petra, la ciudad romana de Jerash, el Mar Muerto o el desierto de Wadi Rum–, el resultado no podría ser otro que un gran viaje sencillamente perfecto.
PARÍS A BOCADOS
Cualquier viajero se maravilla ante los placeres de la buena mesa que asoman en prácticamente cualquier esquina de la Ciudad de la Luz. Del bistrot más modesto al restaurante más exclusivo, la garantía de que la comida satisfará cualquier expectativa es algo que no falla en París. Pero la cuna de la alta cocina sabe de los caprichos cambiantes de los foodies y de las necesidades de los viajeros de a pie.
Hoy, Pigalle es una sucesión de exquisitos colmados gourmet donde, además, se dan clases de cocina: el bio-comercio Causses (55 rue Notre Dame de Lorette), la tienda de productos italianos Rap Paris (4, rue Flechier) o la exquisita cava De Vinis Illustribus (48 rue de la Montagne-Sainte Geneviève) son direcciones que satisfarán cualquier paladar. Ademas, París presume de más de 80 estrellas Michelin en las cocinas de sus restaurantes. Por escoger, que sean las que adornan 144 Faubeaurg, la brasserie del hotel Le Bristol Paris, cuyos steak tartare con ostras y crema de yuzu y su milhojas son míticos. O las de Rech, el restaurante de pescados y mariscos de Alain Ducasse, donde amén de exquisitos productos de mar, se sirve probablemente el mejor eclair de París.
LEIPZIG, LA NUEVA BOHEMIA
Agazapada durante décadas, Leipzig (donde nació Wagner y Bach o Mendelssohn crearon obras maestras) nos espera con una seductora mezcla de nuevo y viejo, con mil y un propuestas culturales en fábricas reconvertidas –el Spinnerei, en Spinnereistraße 7–, en antiguos almacenes –Kaufhaus Held, en Merseburgerstraße 84–, o en la Gwendahus, una de las mejores salas de ópera del mundo. La bohemia 2.0 hace suyos locales clásicos y nuevas propuestas: Café Telegraph (una maravilla art-déco en Dittrichring 18), el Café Fleischerei (Jahnallee 23), Nu R (un restaurante vegano en Mariannenstraße 89), Dr. Seltsam (Merseburger Straße 25), un destartalado local donde coexisten bicis con cócteles y, desde luego, el muy célebre Riquet (Schuhmachergäßchen 1), que presume de servir uno de los mejores cafés del planeta.
LA COSTA BLANCA, REVISITADA
Millones de viajeros extranjeros marcan en sus mapas de viaje un destino que nosotros tenemos a un paso, la Costa Blanca. Redescubrirla con mirada foránea resulta un plan muy apetecible. Sobre todo, si seguimos las siguientes propuestas. ¿Que eres un gourmand? Pues ya sabes que en Denia, además de reinar Quique Dacosta y la gamba roja –el orden lo pones tú–, en la Carrer de les Monges hay tentaciones culinarias para no querer salir de la calle en días: espencat, llandeta, suquet de peix… En La Seu (en el nº 59) te convencerán de ello.
¿Amante de la naturaleza? Entre el parque natural del Montgó, el Puig de la Llorença y el cabo de la Nao, en Jávea, tendrá Mediterráneo para añadir a Instagram. ¿Prefieres ir de compras? Pasea sin prisa por las callejuelas de Altea y llena tus bolsas de diseños locales y sostenibles. ¿En busca del equilibrio físico? Encuéntralo en el impresionante SHA Wellness Clinic (El Albir), considerado el mejor SPA médico del mundo. Y cuando acabe, vuelta a empezar.
Este artículo se publicó originalmente en el número de marzo 2016 de ‘Shopping&Style’, el suplemento del último jueves del mes de ‘El País’.
