No hay nada menos digestivo que una cursilería sin gracia y manida. No lo digo yo: es la conclusión a la que he llegado después de que mis amigas de Facebook, que me proporcionan material que debería ser estudiado en las facultades de Sociología, me hayan cascado sin miramientos, recelos ni remordimientos –la promesa de anonimato es lo que tiene– cuáles han sido las frases más tontunas que han escuchado en “esta fecha señalada” que es San Valentín.

Así que, continuando con la labor social –podéis compartir esto en los muros de amantes, parejas u hombres en general (que cuando se ponen, son muchos más dados a caer en el exceso, seguramente por la malamente extendida creencia de que las mujeres quieren vivir en una telenovela)- aquí van varios testimonios reales y sinceros, de esos que salen no del corazón, sino de las vísceras.

Menos el de M.J.: “De San Valentín es ridículo hasta el nombre del Santo”, que excluyo por no responder a lo preguntado y porque, seguro, hiere sensibilidades onomásticas.

Amigas del Facebook: os quiero.

El amor mal entendido.
El amor mal entendido.

¡Que no quiero amar a nadie! ¡hombre, ya!

S. de L. es la más rebelde a distancia: “Lo que me puede provocar un cabreo supino es que me digan cosas como: ‘Mi amor hacia ti es eterno’ o ‘El que no ama, no vive; el que ama, vive eternamente’. ¡Dios santo! ¿Pero en serio hay gente que cree que eso se puede decir en voz alta? ¿No hay, no sé, un castigo para quien dice estas cosas? ¡A mí se me quitan las ganas de que me quieran con estas frases!”. Ante tanto enfado, respondí a S. con un mensaje: “Entonces, ¿no estás enamorada ni quieres enamorarte?”. A lo que contestó: “No lo estoy. Pero… ¿tienes algún amigo libre?”.

Cupido es un cincuentón en pañales, ¿es que nadie se ha dado cuenta?
Cupido es un cincuentón en pañales, ¿es que nadie se ha dado cuenta?

¿Qué es eso de quererme menos que mañana?

No todas mis amigas son tan ariscas. A P.R.E. lo que peor que se le puede decir es: “’Te quiero más que ayer pero menos que mañana’. ¿Cómo que me quieres menos que mañana? A mí me quieres hoy lo que me tienes que querer y ya veremos al día siguiente. ¿Eso qué significa, que si me quiere cada día más no me va a dejar nunca? ¡Qué tostón! ¿O significa que me dejará enamorado perdido? Porque esa es otra frase muy típica: ‘Te dejo aunque lo hago queriéndote, que duele aún más’. Como ves, no hay frase más tonta, en San Valentín o en cualquier momento”.

Esta cara ante lo de: "Te dejo aunque lo hago queriéndote, que duele aún más"
Esta cara ante lo de: «Te dejo aunque lo hago queriéndote, que duele aún más»

Me quiero

“Lo peor que te puede pasar es que el día San Valentín, tu novio te ponga un Whatsapp en el que se lee: ‘Me quiero’”, cuenta V.N.: “Eso me pasó el año pasado con mi novio, que todavía lo es, a pesar de todo, ¡y por muchos años! Me dijo que había sido una broma, luego que si el autocorrector del móvil… pero vamos, yo tengo claro que le dio un ataque de egocentrismo. No hay nada mejor que quererse a uno mismo”.

"Por San Valentín recibí un Whatsapp en el que se leía: ‘Me quiero’."
«Por San Valentín recibí un Whatsapp en el que se leía: ‘Me quiero’».

Eres un ángel

“Un año me mandaron un mensaje con una frase horripilante. No la recuerdo literalmente, pero decía algo así: ‘Los ángeles son las criaturas más bellas del mundo, y yo he encontrado a uno’. La verdad es que no me sentó ni mal ni bien, pero se notaba a la legua que era mentira. Todas las frases que se dicen en San Valentín son mentira pero por exageradas. Es más efectivo que me digas ‘Te quiero’ a que me compares con un ángel”, asegura A.D.

‘Los ángeles son las criaturas más bellas del mundo, y yo he encontrado a uno’.
«Los ángeles son las criaturas más bellas del mundo, y yo he encontrado a uno».

Eres demasiado para mí

A C.P.P. le dejó desconcertada una frase: “Un novio que tuve hace años me escribió un mensaje (fíjate, no había Whatsapp) diciéndome: ‘Te quiero. Eres demasiado para mí’. Y no supe cómo tomármelo. Estuve dándole vueltas, pensando que me iba a dejar, porque eso de ser demasiado para alguien es lo que se utiliza cuando te van a abandonar. Fue el peor San Valentín de mi vida. Después lo dejamos, pero por otras razones”.

"Eres demasiado para mí".
«Eres demasiado para mí».

Escucha a tu corazón

M.G. me asegura que tuvo clara desde el primer momento la frase por la que casi sufrió “un parraque” al leerla: “Y digo leerla porque estas cosas ni el más cursi del mundo las puede decir a la cara sin que se le caiga la suya de vergüenza. Era: ‘He escuchado mi corazón y me ha dicho que te diga que te amo’. Además, es de esas frases que valen para cualquiera, como las felicitaciones de Navidad que sabes que es un corta-pega, y que te la mandan a ti como al vecino. Me sentó fatal. Con ese chico apenas duré. Teníamos 20 años, pero yo ya estaba bastante espabilada para saber que hay cosas que no…”.

Amor en tiempos de emojis...
Amor en tiempos de emojis…

Te reconocería entre un millón

“Tuve un noviete cuya felicitación por San Valentín fue: ‘Si un día te perdiera, te buscaría en el mundo entero porque te reconocería entre un millón’. Supongo que estaba un poco tonta en esa época porque me acuerdo que sonreí. Un tiempo después le dejé yo y, aunque éramos del mismo barrio, cada vez que me lo cruzaba no me decía ni hola. No me reconocía, seguramente…”, cuenta M.M. con ironía.

megara
«Crees que una chica aprendería»…

 

Simbología maldita

A E.H., no son tanto las frases por San Valentín, sino la simbología que las acompaña, lo que le produce un rechazo cerval: “Te cuento tres: una vez recibí la famosa frase acompañada de una manzana mordida; el mordisco tenía forma de corazón. Otra vez, una felicitación animada: era un sobre del que salía una tarjeta ¡con brillantina! que salía disparada, llenaba la pantalla y, conforme iba desapareciendo, aparecía el ‘te quiero’ de marras. Y la última: por Whatsapp, una flecha y un arco hechos con todos los emojis imaginables. Un horror”.

¿Corazones y purpurinas porque estamos en San Valentín? No, gracias.
¿Corazones y purpurinas porque estamos en San Valentín? No, gracias.

¡Viva Camilo!

Y, para terminar, I.A. Os hago memoria: ella era la que, en el reportaje sobre los tipos de hombres más odiados, afirmaba que los peores eran los que se encontraba en locales gays porque acababa liada con ellos por ser los únicos heteros, sin criterio alguno. Y aquí vuelve a ser sincera hasta el desgarro: “A mí me encanta que me digan que me quieren, y cosas bonitas por San Valentín, ¡me derrito cuando recibo una felicitación! Y a mí me encantaría también decir a alguien que le quiero, y gritarlo como lo grita Camilo Sesto, y vivir así es morir de amor y por amor tener el alma herida, melancolía. Y ahora como me descubras en tu artículo poniendo mi nombre, te los corto”.

zoey
«Y vivir así es morir de amor y por amor tener el alma herida, melancolía…»

No hará falta que llegue la sangre al río.