«Te quiero»: dos simples palabras que tienen el poder  de cambiar el rumbo de tu relación sentimental en el momento en el que las pronuncies… o te las digan. Dos palabras que, no nos engañemos, asustan bastante tanto para el que las dice como para el que las escucha.

Tememos no ser correspondidos y ansiamos escuchar el mismo mensaje de vuelta. “¿Ya le has dicho ‘te quiero’?”, le preguntaba mi amiga María a Laura, quien llevaba seis meses con un chico. “Todavía no. Y no porque no lo sienta, pero es que no sé cómo decírselo”, contestó ella entre apurada y avergonzada. Cual perro que escucha un ladrido lejano alcé mis orejas maravillada ante tal confesión. ¿Qué significaba eso de “no sé cómo decírselo”? Entiendo que quizá no sepas cuándo, pero el cómo…. Aunque también es verdad que la educación emocional que recibimos desde pequeñas en este sentido brilla por su ausencia.

En ‘Master of None’ el amor de Francesca y Dev sí que es real… y sin ‘te quiero’ de por medio. © Cortesía de Netflix
  • Espera a que te lo diga él primero (te dirán)

Llamadme exagerada si queréis, pero en cuántos libros, obras de teatro, películas e incluso canciones, es la chica la que espera a que su amado le diga I love you para lanzarse a sus brazos y decirle ‘yo también’. Y tres cuartos de lo mismo pasa con pedir matrimonio o irse a vivir juntos. Nos han programado desde pequeñas para esperar(los). ¿Por qué debemos dejar que sean ellos los que den el primer paso?

“El hombre es la cabeza de la familia, pero la mujer es el cuello y puede girarla hacia donde quiera”, le dice la madre de Tula en Mi gran boda griega cuando esta quiere abandonar el restaurante para modernizar la agencia de viajes de su tía y deben convencer a su padre haciéndole creer que la idea ha sido suya.

Aiiiiiiiiiins.

Una comedia romántica apta para toda la familia lanzando un maravilloso mensaje. ¿Cómo que el hombre es la cabeza? ¿Cómo que nosotras somos el cuello y podemos manipularlos? 

Podréis pensar que me estoy desviando del tema, pero si aguantáis un poquito más os demostraré cómo todo esto tiene mucho que ver con el dichoso “te quiero”. Yo diría que es como una especie de tiranía sentimental. ¿Por qué no sabemos decir algo tan fácil? Primer error. Decir te quiero a una pareja no es fácil si eres mujer: no porque, entre otros, llevamos muchos años recibiendo mensajes subliminales (o no tanto) que dicen que si un hombre no nos corresponde por algo será, que si no nos corresponde nos quedaremos solas y rodeadas de gatos y que eso es lo peor que le puede pasar a una mujer (aunque, pensado fríamente, suena bastante bien). No porque la presión sobre la vida sentimental de un hombre y sobre la de la mujer no tienen punto de comparación (ellos, solteros de oro y todo eso, ¿os acordáis?).

Y claro, así a ver quién es la guapa que se la juega. ¿Nos pensamos tanto los ‘te quiero’ con nuestras amigas y amigos? No. Si sentimos la necesidad de decirles que les queremos lo hacemos y punto. Yo he querido a chicos, y se lo dije, que no me correspondieron. “Yo también te aprecio mucho”, respondió mi amado número 2. En ese momento me sentí como el pobre Ralph cuando Lisa Simpson lo rechaza en pleno directo televisivo. ¿Y sabéis qué pasó después? Que deje de perder el tiempo. Bueno perdón, MI tiempo.

La mejor escena de Los Sinpsons sin lugar a dudas.
  • La importancia de decir te quiero 

El rechazo de mi amado número 2 me hizo salir de una relación que no iba a ningún sitio. Yo le quería y él a mí me tenía cariño. ¿Blanco y en botella? Ruptura. Porque dejadme deciros que hay momentos de una relación en los que, si ya no te quiere, nunca lo hará. Y precisamente por eso un ‘te quiero’ puede ser el mejor termómetro de una relación. En mi caso, yo estaba en un exótico paraíso tropical pidiendo daikiris para dos, mientras que mi churri estaba en Groenlandia pasando más frío que los protagonistas del espectáculo Frozen sobre hielo. 

Y nunca mejor dicho: ‘Let it go’.

Permitidme de nuevo que retome el discurso de la cultura televisiva, cinematográfica y literaria de estas dos palabras. Series, películas y libros nos devuelven una imagen distorsionada de la realidad. Cierto es que cuando uno se enfrenta a Master of None, por poner un ejemplo, sabe que es ficción. Sin embargo, todos somos unos Mulder del amor. El agente del FBI quería creer en que existía vida extraterrestre y nosotros en que encontraremos una Francesca como la de Dev. Y no diré más por si no habéis visto la serie. 

Prefiero arrepentirme de los ‘te quiero’ con los que lancé un órdago al amor que quedarme observando la partida. 

Hemos convertido los te quiero ‘parejiles’ que me gusta a mí inventarme palabras, oye en un asunto de Estado. ¿Por qué tememos tanto el rechazo? ¿Tan horrible es no ser correspondido? Porque claro, la cultura del amor también nos ha enseñado que las chicas a las que no nos quieren nos pasamos meses y meses llorando deprimidas. Ellos no. Ellos salen de fiesta y encuentran otra novia a la primera de cambio.  

  • Cómo decir ‘te quiero’ 

Ahora sí que sí. Te has decidido y ya no hay quien te pare. Estás dispuesta a saltar sin paracaídas, pero ¿cuándo hacerlo? Amiga, mi consejo es que cuanto menos te lo pienses, mejor. Quizás mientras desayunáis, todavía con legañas en los ojos y en pijama, sea el momento de decirle: «Mira que preparas bien el café. Cómo te quiero». Algo informal que hará que la cafeína le suba de golpe. Además, si no contesta, siempre podrás hacer como que estabas tan dormida que no recuerdas que le hiciste semejante revelación.

Tal cual.

En mi opinión, cuantos menos te lo pienses, mejor que mejor. Y si quieres otro consejo, preferiblemente no lo hagas en un sitio público. Puede que esa cena en ese restaurante tan elegantón te parezca el mejor escenario, pero seguro que si la respuesta no es la que tú esperabas, me agradecerás estar en casa y poder escaquearte para llamar a tus amigas o decirle educadamente que se vaya por donde ha venido.

  • El mítico y temido «gracias»

Ojito porque esto puede pasar(te). Lo has visto mil veces en las películas y estás convencida de que no puede suceder, pero déjame decirte que conozco a más de una y de uno al que se lo han dicho. «Estábamos cenando después de ver una película y le dije que le quería. Se hizo el silencio y me dijo que gracias. No sabía dónde meterme. Fue la cena más larga y tensa de mi vida», me cuenta entre risas Paula, que recientemente se casó con un chico que sí le correspondía.

Resumiendo, decir te quiero es un acto que debe plantearse sin artificios, sin dobles sentidos, sin miedo, sin prejuicios, sin esperas y sin esperar nada a cambio. Porque querida, no te engañes. Decirle te quiero debe ser una decisión unilateral. Decir te quiero es lanzarse a un precipicio. Uno del que algunos salen victoriosos y otros no tanto. Pero dilo, nunca te quedes con un te quiero quemando en tus labios. 

Y sí, llamadme romanticona o cursi, pero prefiero arrepentirme de los ‘te quiero’ con los que lancé un órdago al amor que quedarme observando la partida.