Ahora que los días y los árboles son amarillos y marrones y que los abrigos salen por fin de los armarios, no se nos ocurre mejor noticia para acompañar el estado de ánimo que estas señales otoñales nos inspiran. ¿O acaso hay un director de cine que represente mejor lo que esta estación significa que Wes Anderson? Por eso nos hemos emocionado al leer que el realizador tiene pensado hacer realidad un nuevo sueño: construir un parque temático basado en su particular y único universo.

Eso es al menos lo que asegura el realizador en el prólogo de Mark Mothersbaugh: Myopia, un libro recién editado que reúne en un solo volumen una completa colección de dibujos, diseños e ilustraciones del músico y compositor de Devo, habitual colaborador en sus filmes y responsable de gran parte de su imaginario fílmico.

“Espero que muy pronto pueda impulsar la construcción de un parque temático grande e importante diseñado enteramente por Mark”, escribe Anderson. “Durante 40 años ha creado una obra que le ha servido para crear su propio Reino Mágico, un lugar donde el visitante puede divertirse y asustarse al mismo tiempo”.

No es casualidad que el director utilice el término Reino Mágico, hasta ahora, exclusivamente asociado al gran gigante de los parque temáticos Walt Disney. La idea sería, como hizo en su momento el gran genio de la animación, aprovechar sus filmes para construir atracciones que permitan al público sentirse dentro de una de sus películas.

¿Imaginas cómo sería entrar en El gran hotel Budapest? ¿O montar en una atracción acuática inspirada en Life Aquatic o en una simétrica montaña rusa decorada al estilo Fantástico Sr. Fox? ¿Quién no querría poder entrar en una tienda de merchandising para comprar réplicas del magnífico vestuario de Los Tenenbaums en lugar de gorras con las orejas de Mickey Mouse?

Por eso, mientras esperamos a que el sueño de Wes Anderson se cumpla, teniendo en cuenta que no nos hace especial ilusión que James Cameron esté a punto de inaugurar el suyo sobre Avatar (en 2017); y sobre todo ahora que el universo de Harry Potter es una realidad en los parques Universal de California y Florida, se nos ha ocurrido que no estaría mal lanzar aquí ideas para construir cinco parques temáticos que no nos importaría visitar. Porque de eso se trata en estos sitios, de soñar, ¿verdad?

Lagerfeld Park

Un cabeza gigante de Choupette con la boca abierta serviría de puerta de entrada para los visitantes que hayan pasado un control de seguridad en el que los vigilantes no buscarían comida en las mochilas, sino que comprobarían que todos siguen el riguroso dresscode blanco y negro. ¿Lo ves o no lo ves? Si todo en esta vida tiene una versión de gran lujo, no entendemos por qué no un parque de atracciones. Las entradas no serían asequibles, cierto, pero tampoco lo son las de casi ninguno y nadie pone el grito en el cielo.

La atraccion que no te podrías perder: Delevingne Amazing Carrousel, un tiovivo en el que podrás sentirte como ella cerrando un desfile.

En la tienda de regalos tendrías que comprar: pelucas blancas con gafas de sol negras.

Cibeles Fashion Park

Los parques temáticos vintage siempre tienen su punto, por eso este, inspirado en la semana de la moda madrileña conservaría su antiguo nombre. Lo mejor sería la diversidad de tierras mágicas que podríamos visitar diseñadas por nombres míticos de la moda española acostumbrado a licenciar su marca: la tierra de la diversión de Agatha Ruiz de la Prada, el soleado mundo de Victorio & Lucchino, el loco laberinto de Francis Montesinos… Y por supuesto, todo bajo la supervisión de Joaquín Reyes y demás genios de Muchachada Nui, que con sus testimonios demostraron que se puede hacer reir con la moda.

La atracción que no te podrías perder: El pasaje del bloguero del terror, un lugar oscuro y aterrador en el que jóvenes con muchas ganas de fama harán lo que sea por salir en tus fotos o quitarte el sitio reservado en el front row.

En la tienda de regalos tendrías que comprar: el pase VIP para evitar colas, necesario para visitar la zona backstage y colarte en el kissing room.

 

 Los juegos del hambre Wild Park

Los fanáticos de los parques temáticos intentan visitar todos los que hay en el mundo para después clasificarlos según la cantidad de adrenalina que se suelta en sus atracciones. Por eso, los hay aptos para todas las familias, más tranquilitos y relajados y donde todo es bonito; y luego están en los que, como este basado en la famosa saga, sería imprescindible tener una gran fuerza física para comprar la entrada. La idea sería que copiara la diversión de las peleas de paintball o de láser clásicas pero con la iconografía que hemos visto en las películas. Pruebas de resistencia, lucha y estrategia en la que tendrías que ir eliminando a tus oponentes para que abandonen el recinto. Y quien gane cada día, una entrada gratis para otra jornada.

La atracción que no te podrías perder: La Katniss Everdeen Wateride, una montaña rusa acuática en la que tendrás que cazar al vuelo tus armas para la pelea.

En la tienda de regalos tendrías que comprar: el broche de Sinsajo. Bueno, bonito y barato.

 

Pop Park

Tan evidente que no entendemos cómo no se le ha ocurrido a nadie explotar la idea. Si las princesas Disney mueven a las masas… ¿cómo no van a hacerlo las del pop? Y no es que la música no sea compatible con los parques de atracciones, de hecho, bandas como Aerosmith o Dj’s como Martin Solveig tienen las suyas en Disneyland Paris y Futuroscope.  Y si ellos pueden, qué alegrías no nos darían algunas inspiradas en el imaginario de estrellas como Katy Perry, Lady Gaga, Nicky Minaj, Rihanna… Eso por no hablar de lo rentable que sería volver a rescatar visitantes expectantes por probar las nuevas atracciones cada vez que cambien de look, es decir, casi cada semana. ¿Mola o no mola la idea?

La atracción que no te podrías perder: Britney Spears Autotune Studio, una visita guiada a las bambalinas del pop. Podrías grabar tu canción y, aunque cantaras mal, comprobar cómo se convierte en un hit afinado gracias a la magia de estas máquinas.

En la tienda de regalos tendrías que comprar: pelucas de colores, de todos los posibles, para estar a la par con el último estilismo de tu ídolo.

 

Ryan Gosling Love Park

Podría ser cualquier feria de pueblo, incluso la más destartalada… Porque hasta lo más hortera y básico se convierte en un paraíso si se decora con fotos del marido de Eva Mendes. ¿Los coches de choque? Con pegatinas de Ryan en Drive. ¿La casa de la risa? Con caricaturas de Ryan sin camiseta en Crazy, Stupid, Love. ¿Las tómbolas? Regalando peluches de Ryan caracterizado de su personaje en El diario de Noah. ¿Las nubes de azúcar? Las renombramos como Besos de Ryan y nadie se preocupará por ingerir demasiadas calorías… Todo Ryan.

La atracción que no te podrías perder: descuida, no te perderías ninguna.

En la tienda de regalos tendrías que comprar: ¿Hola? ¡Todo!