Una nueva vida ha llegado al mundo y los padres de la criatura han decidido organizar una fiesta. Son padres, no tontos. ¡Yuju! Sí, amiga. Es motivo de alegría, pero de alegría contenida. ¿Por qué? Porque no olvidemos que un bautizo es un evento social organizado por y para celebrar el nacimiento de una personita fruto del amor entre dos individuos. Del amor o del alcohol, en eso no me meto. Oooooooh, qué bonito. Bueno, no tanto. Servidora, que puede presumir de haber ido a un solo bautizo en toda su vida (dos, si cuento el mío propio), está aquí para ayudarte a afrontar el que se puede convertir en un momento bastante embarazoso (toma broma fina) si no sabes cómo comportarte.

Y ya ni te cuento si te toca ser madrina de la criatura… © Cordon Press

Antes de comenzar esta guía rápida para ser la invitada perfecta en un bautizo, una advertencia: no hay nada tan importante como saber el motivo por el que estás un domingo por la mañana en una Iglesia en vez de agonizar de resaca en casa. Es muy diferente acudir a un bautizo familiar, que a uno con el que no te unen lazos de sangre. Piensa que, en este sentido, las bodas y los bautizos no se diferencian tanto.

Lo sé, Kate. Gracias por darte cuenta.

Sea como fuere, te han invitado a esta celebración y tienes que ir. Familiar o no, vas a salir por la puerta grande de este evento (siempre y cuando sigas mis consejos). ¿Lista? Allá vamos.

Sé que es muy fácil volverse loca y aprovechar la ocasión para comprar ese vestidazo que llevas meses fichando y que ahora está rebajado. Sin embargo, vuelve a meter la tarjeta de crédito en el bolso y recapacita. ¿Acaso te vas a encontrar a Anna Wintour? Si la respuesta es sí, olvida todo lo que he dicho.

En caso de que el bautizo sea familiar, te bastará con buscar un diseño cuqui para salir bien en las fotografías que tu madre colocará por todo el salón (piensa que estarán allí años y años). Si el que recibe el bautismo es tu sobrino, primo, tío (no me mires así, Enrique Iglesias tiene tíos 20 años más jóvenes que él), tu presupuesto puede debe ser mayor. Primo segundo, tío segundo, hijo de unos amigos o si no eres la madrina del bebé, Zara podrá solucionar este pequeño marrón fashionista. ¿Ideas? Aquí van algunas antes de seguir:

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Dicho esto. La razón principal por la que aconsejo no gastarse un dineral en el modelito es porque, en algún momento, ese bebé monísimo pasará por tus brazos aunque no quieras. ¿Y qué les pasa a los niños tan pequeños? Pues que babean, no controlan ninguno de sus movimientos, tienen mocos que salen disparados cuando menos te lo esperas, vomitan… ¿De verdad quieres llorar tú más que él?

¿Quieres que te pase algo parecido a lo de Charlotte en ‘Sexo en Nueva York? © Warner Bros.

En cualquier caso, lo que debes tener claro es que los protagonistas de ese día son: el bebé, sus padres y sus padrinos. Tú ya tuviste el tuyo, aunque no te acuerdes.

  • Que NO se besen los padrinos

En los bautizos no hay ‘cánticos’ en la posterior comida o ágape. Del ‘alabaré, alabaré’ de la Iglesia, se pasa a los Cantajuegos y a Dora La Exploradora. Así que ni se te ocurra coger la servilleta y comenzar a jalear a los padrinos de la criatura para que unan sus labios.

Sigue comiendo y hablando de ‘Bob Esponja’ y todo irá bien.
  • No te acerques a la barra libre (básicamente porque no hay)

Exacto amiga. Quizá el punto más delicado y peliagudo de cualquier bautizo. ¿Banquete? Sí. ¿Barra libre? No. ¿Qué quiere decir esto? Pues que el fin último de los bautizos no es que llegues a casa borracha. No olvides que en este tipo de celebraciones hay muchísimos niños a tu alrededor. ¿En serio quieres que te recuerden como ‘aquella señora pegada a un vaso que le gritaba al camarero que se lo rellenara’?

No, Rachel, no hay más. Recomponte y tira de Coca-colas.
  • Te encantan los bebés (cruza los dedos si lo necesitas)

¿Acaso en alguna de las bodas a las que has ido, te has puesto a dar una charla sobre que tú no crees en el amor y que estás segura de que los novios acabarán divorciándose? Pues lo mismo con los bautizos. Si no te gustan los niños y crees que ser madre es muy duro, no tienes por qué comentarlo ese mismo día, ¿no crees?

Uuuuuf, pregúntale a tu madre mejor, tesoro.
  • De un bautizo no sale otro (o no debería)

La rancia expresión ‘de una boda sale otra’ no se debe extrapolar al mundo de los bautizos. Lo que me lleva al siguiente punto…

  • No ligues

O por lo menos, no de manera intencionada. Si en las bodas lo más normal del mundo es que la muchachada soltera se reúna en torno a la barra libre mientras los mayores los miran con envidia, en los bautizos no. Más que nada porque no hay barra en la que apoyarse.

Tú eres tu mejor cita en el bautizo. No lo olvides.

Y mi último (y mejor) consejo:

  • Disfruta

Da igual que no te gusten los niños, que no haya barra libre o que vuelvas sola a casa. Piensa que un bautizo (y sí, me voy a poner ñoña) es el momento de celebrar la vida. Y qué mejor que hacerlo disfrutando.

Brindemos por eso junto a Leo.