El esoterismo es de repente trending topic entre las celebrities o, al menos, el uso de minerales por sus presuntas propiedades energéticas: Adele asegura que calman su ansiedad durante sus conciertos; Katy Perry que son su amuleto en cuestiones amorosas, y Victoria Beckham y Kate Hudson no conciben su hogar sin el equilibrio aportado por piedras como el cuarzo, la malaquita o la amatista. Y es que si bien no hay evidencia científica que avale estas propiedades, cada vez más mujeres jóvenes y con formación recurren a ellas.

Obviamente, Gwyneth tampoco se ha resistido… © Instagram / StyleRituals

Paralelamente, en Nueva York y Los Ángeles, se está viviendo un verdadero auge de las escuelas y consultas de chamanismo y, más concretamente, de “chamanes” estéticos, es decir, profesionales que fusionan sus ‘capacidades’ de curación y guía con su formación como estilistas, peluqueros o decoradores.

La cara más visible del fenómeno es la compañía Style Rituals de Colleen McCann, una estilista de moda que asegura poseer dones adivinatorios innatos, dones que ha desarrollado con numerosos cursos y retiros espirituales de diversa índole. Cuando una redactora de la edición americana de Vogue contó los cambios que trajo a su vida el ritual de limpieza energética que McCann había ejecutado en su armario, se hizo patente la fiebre chamánica-estilística que ha cambiado a mejor a centenares de mujeres jóvenes, con estudios y carreras de éxito.

Son amiguis y fans de los minerales. © Getty Images

McCann no es la única. La decoradora Sarah Rigano (que se describe como diseñadora vibracional), las peluqueras Lauren E. Hack y Vanessa Ungaro, y Andi Scarbrough también ofrecen en el mismo pack belleza+sabiduría ancestral.

Cualquier peluquero te contará que sus clientes tienden a confundirlos con un psicólogo: muchos acuden a cambiar de peinado, pero también a ser escuchados. Y eso es algo que la consulta del terapeuta y el salón de belleza tienen en común. Como asegura Scarbrough, “la sanación comienza por ser escuchado y no juzgado”.

Así comienza el ritual en la consulta de Sarah Rigano. © Instagram / Sarah Rigano

Sus clientas solicitan sus servicios para transformar sus peinados, cuerpos, relaciones y carreras profesionales. Muchas de ellas quieren profundizar y es entonces cuando entran en las escuelas de chamanismo como Energy Medicine, The Four Winds o la Pampamesayok Shaman School de la propia Colleen McCann. Se puede rastrear la tradición chamánica en muchas civilizaciones ancestrales desde Hawaii a Indonesia, prácticas que estas escuelas adaptan a entornos y aprendices urbanos.

En España, la valenciana Epopteia (especialista en coaching, terapia y chamanismo) lleva la delantera en lo que a desvincularse del sectarismo se refiere. “Gente normal haciendo cosas” es su lema. Porque la mayoría de estos chamanes millennials no pretenden serlo a tiempo completo, simplemente enriquecer sus vidas con estas habilidades. Nancy Lee, una ejecutiva de Wall Street reconvertida en chamán que está rodando un documental sobre el fenómeno concluye: “Muchos tienen trabajos (de médicos a abogados), pueden ser hombres, mujeres e incluso niños, los chamanes ya no están al margen de la sociedad”.

¿Te apuntas?

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar

GuardarGuardar