Cuando las ex-chicas Disney hacen del sexo su mejor arma publicitaria y cadenas como HBO lo incluyen en sus argumentos como si de un personaje más se tratara, parece imposible que todavía existan trabas en el terreno sexual. Sin embargo, la eyaculación femenina, también conocida como squirt, sigue siendo un tabú que incluso ha llegado a modificar las reglas del porno.

© Getty Images
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Reino Unido cuenta con leyes que regulan el contenido del material audiovisual para adultos, y el British Board of Film Classification ha prohibido los vídeos que muestran eyaculaciones femeninas. ¿La razón? Se relaciona el squirt con la orina.

Pero, antes de echarnos las manos a la cabeza y entrar en el debate de cómo es posible que en pleno siglo XXI se considere a la eyaculación de la mujer (jamás la masculina, como era de esperar) un tabú, es necesario señalar que un estudio reciente podría dar la razón a las anticuadas leyes británicas.

La eyaculación femenina, prohibida en las películas inglesas.
«Seriously?».

Según esta investigación, publicada en The Journal of Sexual Medicine, el squirt no es otra cosa que «la emisión involuntaria de orina durante la actividad sexual». Sin embargo, dicho trabajo determina que en dos de las siete mujeres estudiadas, los químicos presentes en el fluido emitido eran los mismos que los existentes en la orina, pero en las otras cinco mujeres restantes, se encontró antígeno prostático específico (APS) en las muestras. Se trata de una enzima producida en las glándulas de Skene.

«El squirting existe», debato con un amigo tras hablarle del estudio que sentencia que en realidad es orina. A lo que mi buen amigo me sorprendió con sus propias confesiones (secretos que le advertí terminarían publicados, no creáis que soy una bocachancla): «Te puedo asegurar que no es orina. De hecho, el squirt no huele a nada. Me ha ocurrido en dos ocasiones con dos mujeres: una de ellas estaba muy avergonzada y quería parar precisamente porque tenía la sensación de que se iba a hacer pis, pero la otra estaba acostumbrada y te aseguro que tuvimos que dar la vuelta al colchón». En ese momento, una amiga regresa a la mesa con las bebidas mientras la ponemos al día en nuestra conversación: «A mí me pasó una vez, y ni siquiera fue un buen polvo. No está relacionado con el orgasmo, de repente pasó». «¿Y te gustó?», le preguntamos. «¿Cómo me va a gustar? Si empapé las sábanas y ni tuve un orgasmo», concluye.

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Soshanna alucina, claro. © D.R.

Jose Toirán, instructor de sexualidad taoísta más conocido como Ninja Squirt, nos da su visión sobre el polémico estudio: “Los datos son un engañabobos que tratan de hacernos creer que el placer es algo malo”. Pero las afirmaciones del Journal of Sexual Medicine molestan también a Deborah Sundance, que relaciona este tabú con aquellos que afirman que el punto G no existe. Deborah es educadora sexual y autora de Female ejaculation and the G Spot y del vídeo How to Female Ejaculate. Find Your G-Spot (1992): “El punto G es la próstata femenina, algo que todas las mujeres tenemos, al igual que los hombres. La eyaculación femenina es un fluído prismático, por lo que todas las mujeres pueden eyacular si quieren. Aprendí sobre el feminismo a comienzos de los 80, y creo que la historia de la próstata femenina está relacionada con las limitaciones que se imponen a las mujeres. Se trata de silenciar partes del cuerpo, de secretos, mentiras y silencios. De vivir la vida sexual a mitad de su capacidad”, añade la autora.

Toirán, por su parte, asegura que ha logrado que eyaculen entre 1.500 y 2.000 mujeres (“Hace tiempo que dejé de contar”, confiesa), y que solo le ha sido imposible lograrlo con tres. Incluso me habla del caso de una alumna de 65 años que había nacido con la vagina cerrada. A los 30, le introdujeron una prótesis, y ninguno de los dos sabía si iba a poder tener un orgasmo. Spoiler: la mujer eyaculó.

Seguro que Anastasia sabe de lo que hablamos…

 

 

Pero, ¿puede cualquier mujer eyacular?

“El 100% de las mujeres pueden, depende de su apertura. Y con apertura quiero decir que al tocar el punto G, en realidad tocamos una memoria sexual. Se activan las memorias y hay cinco emociones que traspasar: enfado, miedo, impaciencia, vergüenza y tristeza. Si una mujer vive esas cinco emociones, su cuerpo responde tensándose. Yo las enseño a que se den cuenta de qué emociones son las que les están afectando, les muestro cómo soltarlas con ejercicios de respiración y con una contraposición a esa tensión que ha ejercido el cuerpo al sentir la emoción. La clave para eyacular es la conexión de la mujer con su útero”, explica José Toirán.

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«¡Y yo sin enterarme de todo esto!»

Cytherea tiene nada más y nada menos que 46 películas con la palabra squirt en sus títulos. Como habréis adivinado, es una actriz porno, conocida en la industria como la reina de la eyaculación femenina. Ella ha sido una de las responsables de dar visibilidad al squirt. Mientras que el Kamasutra habla de «semen femenino», Aristóteles ha habló de un fluído que «procedía del útero durante el disfrute sexual».

Un momento, ¿acaso todas las mujeres han eyaculado alguna vez en su vida? ¿cómo podemos lograrlo? Hablo la psicoterapeuta y sexóloga Adriana Royo, que va a abrir una clínica en Barcelona,  en la que desarrollar un plan de entrenamiento para mujeres. ¿Podremos aprender ahí a conectar con nuestro útero, algo que jamás se me habría antojado necesario? “Hacemos un entrenamiento con el huevo de jade, la versión antigua de las bolas chinas. Se introduce en la vagina y hacemos ejercicios de contracción y de meditación con él dentro. Visualizamos la piedra dentro de la vagina, y la movemos inhalando y exhalando. La clave para conseguirlo es el tai chi del útero, activar la pulsación interna del útero. Hacemos respiración ovárica, ejercicios para subir la energía desde los genitales hasta la cabeza”, explica.

Tras meterme tan de lleno en el squirt, me pongo el capítulo 10 de la primera temporada de la serie Californication, en el que recuerdo que una de las protagonistas eyacula sobre la cara de su marido. Esta escena data de 2007, y pocas veces en televisión o en la industria del cine comercial se ha dado visibilidad al squirt. El último tabú del sexo. O no, porque quizá ha llegado el momento de conectar con nuestro útero.

¡JA!

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