YouTube es ese extraño mundo aparte donde chavales con pelos de colores se graban jugando a videojuegos y triunfan los sketches sobre volverse gay tocando el pene de una estatua, ¿no? Donde parece que ganan las opiniones incendiarias clamando contra la dictadura de los políticamente correcto y normalizando diferentes violencias. Sus canales tienen millones de seguidores y generalmente su público es jovencísimo. Las marcas pierden la cabeza por fichar a los nuevos ídolos de la adolescencia, hasta aquí la programación habitual.

Últimamente sentarse a navegar por YouTube es como viajar varias décadas atrás en el tiempo. © Getty Images

Pero hace ya tiempo que algunas voces vienen señalando que las nuevas generaciones son cada vez más machistas, ¿tendrá algo que ver con todo esto? Ya a principios de año, Yolanda Domínguez señalaba que varios de los creadores de contenido más conocidos de España hacen alarde de insultar, despreciar y acosar a las mujeres en la red: Álvaro Reyes, Jorge Cremades, Auronplay, Zorman o DalasReview eran algunos ejemplos. Hombres adultos, muchos ya en la treintena, que rechazan el feminismo y utilizan sin miramientos calificativos como «putas» o «zorras» para referirse a las mujeres. Muchos además promueven la cultura de la violación con chistes de altísimo nivel: «RT si quieres que te haga una violasionsita«. Mucho más divertido todavía si tenemos en cuenta que el aludido tiene en su haber unas cuantas denuncias por violencia de género y abusos a menores.

Eso sí, por supuesto, él ha tirado de mito de la exnovia loca y… ¡a correr! Siempre ha asegurado que las denuncias tanto de sus dos ex, como las de las otras tres menores que le acusaban de acoso, son parte de una conspiración para acabar con su carrera. No faltaba más. Incluso ha afirmado que algunos mensajes de móvil presentados como prueba, cotejados ante notario, han sido manipulados. Claro que sí.

Sus cinco millones de fans se creen cualquier cosa que él les cuente y se lanzan al acoso organizado, que es la parte más preocupante. Cinco millones de chavales que, amparados por el anonimato de Internet, consiguen tirar páginas y hasta hackear cuentas de redes sociales, ¿qué está pasando con YouTube?

https://www.youtube.com/watch?v=dKb2VyJ2quU&list=RDdKb2VyJ2quU#t=7

  • YouTube, ¿un mundo de hombres?

Entre los 30 youtubers más seguidos de España, no nos encontramos con mujeres hasta el número 24, donde Patry Jordan y su canal con tres millones de seguidores Secretos de chicas, nos dan consejos de belleza. En el 30, Sarinha, una joven viguesa que tiene un canal sobre videojuegos. El resto, 28 hombres. Por supuesto que hay muchísimas mujeres muy talentosas creando todo tipo de contenidos estupendos en YouTube, pero no lo tienen nada fácil.

“Como mujer, (¡o como niña!) al subir vídeos a YouTube, te enfrentas a comentarios objetivizadores o sexualizándote brutalmente”, explica Xuri Fenton, creadora de un canal con más de 200.000 suscriptores donde sube contenido propio. “Hay incluso gente que te dice que se acaba de masturbar con tu vídeo, y te detallan cómo te han puesto en mute y en qué frame EXACTO lo han parado”. ¿Qué tienen en la cabeza las personas que hacen esto? Machismo y misoginia, desde luego y para empezar. Ellas se enfrentan cada día a estas situaciones tan desagradables mientras la red social hace muy poco por combatirlo.

“Como mujer, al subir vídeos a YouTube, te enfrentas a comentarios sexualizándote brutalmente”.

Hace algunas semanas, Xuri publicaba un vídeo sobre defensa personal femenina y uno de los primeros comentarios en sus redes sociales, le decía que “ahora se lo pensaría 43 veces antes de intentar violarla”. Interesante que hasta ese momento no se lo pensase ninguna, al parecer.

Interesante que hasta ese momento no se lo pensase ninguna…

“Tienes que aguantar que juzguen si enseñas mucho, si enseñas poco, si lo haces para tener más visitas, si te has maquillado mal, si te has maquillado poco, cómo se te ocurre grabar con un grano…”, continúa contando. La experiencia de atreverse a ser creadora de contenido se paga cara. Lo que en otros youtubers (que son hombres heterosexuales) se premia, en ellas se censura: “Si hablas de sexo como mujer en YouTube es que eres una guarra. Si intentas hacer humor como cualquier canal de hombres, te copias de esos hombres. Parece que solo se te respeta si tienes un canal de moda o de maquillaje, que es el nicho en el que tienes que estar. Si dices tacos como cualquier tío, cómo se te ocurre hablar así, las señoritas no hacen estas cosas, te dejo de seguir porque eres un mal ejemplo. Que te vean hombres en persona y te agarren de la cintura para sacarse una foto contigo, o te den besos sin tu permiso, o que otros compañeros de YouTube solo te alaben por tu aspecto físico y no por lo que creas y un largo etcétera”.

  • Equidistancia con el machismo y el maltrato: ¿solo en YouTube?

Uno de los últimos episodios más comentados en los mentideros de las redes los últimos meses, fue el sonado caso del perro de Miare y el anteriormente mencionado DalasReview, ambos youtubers y cuya relación sentimental terminó con una denuncia por maltrato por parte de ella y muchos, muchos vídeos por parte de él.

María Rubio, creadora del canal Miare’s Project, cercano a los 800.000 suscriptores, rompió su silencio tras perder la custodia de su perro Argos por una demanda de su expareja. “Me quitan a mi perro por una sentencia injusta”, decía entre lágrimas en el vídeo en el que contaba el caso, que a estas alturas ya cuenta con más de 4 millones y medio de visualizaciones. Para algunos, solo era otro capítulo de una batalla seguida con afán por miles de fans y curiosos en las redes sociales. Para otros, un ejemplo más en el que vemos cómo una persona que alega haber sufrido maltrato es doblemente maltratada, siendo acusada de mentir para socavar la popularidad ajena.

Los tribunales no se mojaron, el perro estaba a nombre de Dalas debido a que Miare era menor de edad en el momento de la adopción del galgo, así que se lo devuelven. Ella presentó varios testigos de que Dalas nunca se interesó por el perro y que incluso llegó a pegarle y hasta la misma protectora que gestionó la adopción se posicionó a su favor reconociendo que había sido ella siempre la que había cuidado del animal, pero no sirvió de nada. “La ley española no reconoce a los animales como seres vivos sino como simples objetos, y por eso ha predominado el propietario del perro. Siento que el juicio ha sido una broma”, declaró el pasado es de julio en Interviú.

En las redes, los fans de unos y otros se llevaban las manos a la cabeza y no fueron pocos los casos de otras youtubers que alzaron la voz para decir que también habían sufrido experiencias traumáticas con el susodicho. Ellas mismas se refieren al ciberacoso que van a recibir al hablar sobre el asunto y plasman su miedo a perder sus canales.

Mel, creadora de Focusingsvlogs, con más de 200.000 suscriptores, fue una de ellas: “Te das cuenta de que no puedes meterte en ciertos temas porque enseguida te ningunean por ser mujer. En el vídeo en el que hablo de Dalas, por ejemplo, se puede ver el estilo de los comentarios. En cambio, un chico llamado Razvi subió un vídeo contando su mala experiencia con Dalas y la mayoría de los comentarios son de gente que le cree y tiene más likes que dislikes”, continúa.

Para ella, atreverse a hablar de su relación con el youtuber ha sido toda una odisea personal: “Tenía muchísimo miedo a hablar de él, porque sabía que un solo vídeo suyo podía joderme la vida. Pero cuando vi que le había quitado el perro a Miare solo por hacerle daño (como hacen los maltratadores con los hijos) y vi que otras chicas hablaban, me vi con el valor suficiente como para hacerlo y me dieron igual las consecuencias. Sentía que tenía que aportar mi granito de arena para concienciar a la gente de cómo actúa este tipo de personas. A raíz del vídeo, alguna que otra chica me ha escrito confesándome que han tenido malas experiencias con él y sé que dicen la verdad porque me contaban cosas que solo sabes si has conocido a Dalas, el modus operandi es siempre el mismo. Y todas tienen miedo de hablar”.

Se le acusa de muchas cosas (recordemos: 23 añitos y más de cinco y millones y medio de suscriptores que le escuchan a diario), pero su inmensa comunidad jamás ha dado pábulo a ninguna de estas acusaciones. Tampoco ninguno de los youtubers más influyentes del país se posicionó en el tema, más allá de quejarse “de lo pesados que estáis con el temita del perro”, lo cual también nos recuerda en qué mundo vivimos y cómo funcionan las cosas.

En YouTube y fuera, el mundo es machista. Igual que cuando se ataca al reggaeton por sus letras machistas sin revisar antes las letras de otros grupos de rock que todos cantamos a voz en grito sin preguntarnos más, no podemos lanzarnos a decir que YouTube es más machista que la sociedad en general. La equidistancia con el maltrato y la violencia machista no es solo una cosa de los jóvenes, es algo que podemos ver día a día en todos los medios tradicionales.

El problema y lo que da más miedo de todo es que YouTube solo es el nuevo medio, tan solo un reflejo, un recordatorio de que en cuanto ciertos personajes se ven con cierta impunidad, sacan a relucir sus pensamientos -y en ocasiones comportamientos- más oscuros.

YouTube es machista. Mucho. Tanto como la sociedad en la que vivimos.