Hola. Mi nombre es Carmen Raya y me masturbo. Vaya, que practico la masturbación femenina y creo que no hay forma más honrada y sincera de comenzar este artículo. Sobre todo porque no puedo pretender romper una lanza a favor de la normalización y aceptación social de la masturbación femenina, si yo misma niego la mayor.

© Olga Laris
  • Masturbarse, ¿solo cosa de chicos?

Recuerdo cuando aún estaba en el colegio. Tenía como unos 13 años y veía a los chicos cuchichear entre sí y señalarse sus partes. ¿De qué estaban hablando? Pronto lo descubrí. No porque me metiera en Internet a buscarlo (el señor banda ancha aún no había llegado a mi casa), sino porque ellos se encargaron de decirles a todas las chicas de la clase lo que acababan de descubrir.

Exacto. Y estaban deseando contarlo.

Se masturbaban y se contaban cómo y cada cuánto tiempo lo hacían. Se pedían consejos e incluso recuerdo que nos miraban y nos decían: «¿Qué pasa que vosotras no lo hacéis?«. Bingo. He aquí la pregunta del millón.

Silencio. Ni una palabra salía de mi boca ni de la de mis amigas cuando nos ‘chinchaban’ con eso. Algunas chicas hasta se ponían rojas y se iban corriendo. ¿Por qué nos avergonzábamos de confirmar algo que ellos mismos estaban haciendo y de lo que se sentían orgullosos?

Hay que salir de la caja de la vergüenza.
  • Sí, las mujeres nos masturbamos

«La masturbación femenina y la masculina son algo totalmente natural, puro instinto. Pero es cierto que en todos los estudios al respecto, el porcentaje de hombres que confiesa hacerlo es mucho más alto que el de mujeres», explica la sexóloga Carolina Martínez. Interesante. «Hay una importante carga de vergüenza social sobre la mujer en este aspecto. Hay chicas que nunca dirán en voz alta que se dan placer, pero lo hacen», añade mientras yo me do cuenta de que estos datos, en el fondo, son como las películas de Multicine de Antena3: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

Vaya, que lo mismo las mujeres nos masturbamos más, pero como no lo decimos pues sigue siendo tabú. Comparto este pensamiento con Martínez, pero ella me advierte de que no solo nosotras somos el problema: «Que las mujeres no hablemos de ello no significa que por eso sea tabú. Tiene mucho que ver con la sociedad en la que vivimos y el enfoque machista del sexo», reflexiona la sexóloga.

Pedro Almodóvar coló el tema de la masturbación femenina en la película ‘Átame’, con la escena de Victoria Abril y el submarinista en la bañera.
  • El placer femenino, entendido como una cosa de hombres

El motivo por el que está mal visto que una mujer se toque (hablando en plata) tiene que ver, a grandes rasgos, con lo de siempre: con ellos, los hombres. Orgullosos machos cabríos que no conciben que una mujer pueda darse placer ella sola sin un pene que la ayude.

No todo tiene que ver con vuestros penes, cansinos.

Llamo a Carolina en cuanto cruza esta idea por mi mente, ¿estaré siendo injusta? «Hay hombres a los que no les gusta la idea de que su novia, pareja o mujer se den placer solas. Les hace sentir menos hombres. Y esto es algo que tiene que ver también con el sexo en general y la posición inferior en la que se ha colocado a las féminas con estudios [muy asentados todavía hoy!] como los de Sigmund Freud, que aseguraba que las mujeres clitorianas eran inferiores a las vaginianas al no alcanzar el orgasmo mediante la penetración», me explica.

  • Pero tampoco hablamos de ello entre nosotras

Si mis amigas me están leyendo, sabrán que en alguna ocasión he soltado un «pues el otro día me toqué y me quedé tan a gusto. Lo necesitaba». Una confesión a la que la mayoría contestan mirando para otro lado y diciendo: «¡Hay que ver cómo eres!».

¿Qué hay de malo en mí por decir esto?

¿Tanto nos cuesta decir que nosotras también lo hacemos? ¿Por qué a ninguna mujer le da vergüenza decir que se ha acostado con un hombre, pero sí que se da placer de forma individual? Es más. ¿Acaso le da vergüenza a una mujer decir que está embarazada? Es decir, todo el mundo sabe que si estás esperando un hijo es porque has tenido sexo. Obvio. Y digo más. Ninguna mujer se avergüenza de decir que está intentando quedarse embarazada. Vaya, que me estás diciendo a la cara que estás manteniendo relaciones sexuales día sí y día no sin protección con tu pareja. No lo entiendo. En serio.

  • ¿Cuestión de biología?

Pasada esta nube negra mental, Carolina intenta que salga el sol: «También es cierto que hay un factor biológico que juega en nuestra contra como mujeres. Los hombres descubren sus genitales en el vientre materno y desde pequeños juegan con su pene. Nosotras, al tenerlos ocultos, no los exploramos y, si lo hacemos, nos dicen que no nos toquemos».

La firma Monki, propiedad del grupo H&M, lanzó una campaña para normalizar la masturbación femenina (no sin recibir abundantes quejas en redes sociales).

Todo esto me lleva a pensar que lo tenemos bastante crudo. Ya no solo los factores biológicos juegan en nuestra contra, sino que los hombres tampoco están por la labor de escuchar que podemos apañarnos solitas sin ellos. «No te engañes Carmen. Hay muchas mujeres a las que tampoco les gusta saber que sus parejas se masturban porque creen que ellas no les dan el suficiente placer», me dice Carolina.

Qué lío de verdad. ¿Por qué algo tan sencillo puede haberse convertido en un tema tan escabroso? Quizá la clave está en la frase que pronunció una vez Richard Michod, profesor del departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Arizona (EE.UU): «Tener sexo es natural. Hablar de ello no. Es un problema evolutivo».

Pues a digievolucionar, queridas y queridos.