Aprender a desenvolvernos con seguridad en el agua no entiende de edad. De hecho, ni siquiera hace falta tener un año de vida para adquirir algunas habilidades como flotar o desplazarse, un aprendizaje que cada vez más padres quieren para sus bebés y que, como suele ocurrir en estos casos, se convierte en moda gracias a famosos que no dudan en probar estas dinámicas diferentes e innovadoras. Los últimos, Sara Carbonero e Iker Casillas, que ya trabajan con su pequeño Martín en la piscina.

“Con la matronatación se consiguen niños más estables incluso en el suelo, ya que empiezan a andar antes. No se caen porque se desplazan de un modo más seguro. Además, en el plano psicológico, suelen ser niños más espabilados, con mucha confianza en sí mismos, fruto de que desde muy pequeños aprenden a dominar dos medios: el acuático y el terrestre”, explica Juan Carlos Méndez, uno de los introductores de la matronatación en España y asesor de Chapoteos, el centro de Pozuelo de Alarcón (Madrid) al que precisamente acuden Sara, Iker y su hijo, que cumplió un año el pasado enero y camina desde prácticamente su aniversario.

Martín Carbonero paseando por el parque. © Instagram @IreneCarbonero
Martín Carbonero paseando por el parque. © Instagram @IreneCarbonero

Las clases allí duran media hora y se realizan diferentes actividades psicomotrices en las que el bebé está en compañía de uno de los dos padres. Aunque haya siempre un monitor dirigiendo la sesión, el que manda es el bebé. “Al pequeño no se le puede obligar a nada, ni siquiera a meterse en la piscina. Se le estimula igual que a andar, sin presionarlo y con propuestas que le diviertan y acepte por sí mismo hacer los ejercicios”, prosigue Méndez.

"Al pequeño no se le puede obligar a nada", nos dice Juan Carlos Méndez.
«Al pequeño no se le puede obligar a nada», nos dice Juan Carlos Méndez.

Pero las ventajas no se quedan ahí. “Además de aprender habilidades de superviviencia, se fortalece la relación afectiva entre padres e hijo, y aumenta la capacidad de relajación del bebé, que se traduce en que duerme más horas seguidas”, añade Soraya Arranz. Ella es la directora del centro Be Water de Madrid, entre cuyas innovaciones se encuentra el uso de agua salada en la piscina de matronatación. “Evita dermatitis y permite ganar flotabilidad por la densidad de la sal, lo que facilita el aprendizaje de los movimientos. Además, como el suero fisiológico, limpia la mucosidad del bebé y evita posible infecciones”.

Un truco para que los bebés se encuentren siempre a gusto es llegar a la piscina sin sueño o hambre. “Si cubrimos estas necesidades previamente, nos aseguramos que la clase se va a desarrollar satisfactoriamente”, explica Francisco Sánchez, autor de ¡Mi bebé flota! Inicio a la matronatación (Ebook). Luego, hay algunas reglas, como no entrar en la piscina con el bebé en brazos o no meterlo de golpe en el agua, sino mojándole poco a poco. “Un buen truco es llevarse un juguete que se pueda mojar y que juegue con él al principio. No hay que olvidar que la matronatación es, ante todo, juego y disfrute con nuestro hijo”, añade Sánchez.

'¡Mi bebé flota', uno de los libros para mamás que se quieran iniciar en la matronatación.
‘¡Mi bebé flota!’, uno de los libros para mamás que se quieran iniciar en la matronatación.

Algunos bebés comienzan en Chapoteos con cinco meses de vida. “Al año y medio ya pueden llegar a ser autónomos en el agua”, dice Juan Carlos Méndez. De hecho, no conocen el miedo. “Generalmente, quienes lo tienen son los padres, sobre todo porque no entienden bien qué es la matronatación”, explica Francisco Sánchez. “De ahí que sea muy importante la comunicación activa entre los monitores y los padres, ya que, sin quererlo, podemos transmitir ese miedo al bebé y que se muestre intranquilo”, prosigue.

'Underwater Babies' es un libro lleno de fotografías de bebés bajo el agua en el que se pretende concienciar a los padres de la importancia de que sus hijos aprendan a nadar (pues esta es una de las causas de muerte más comunes en bebés de hasta 5 años en EE.UU.) © Seth Casteel
Underwater Babies‘ es un libro lleno de fotografías de bebés bajo el agua en el que se pretende concienciar a los padres de la importancia de que sus hijos aprendan a nadar (pues esta es una de las causas de muerte más comunes en niños de hasta 5 años en EE.UU.) © Seth Casteel

Los ejercicios nunca son los mismos, varían en función de la edad y del tono muscular, pero suelen agruparse en cuatro tipos: flotaciones, manipulaciones, inmersiones y ejercicios lúdicos combinados. El resultado, “el niño nada antes que camina, y aprende a coordinar y a desplazarse en una piscina antes que en la calle”, aseguran en la Escuela de Educación Física Integral Lenoarmi de Barcelona. De hecho, en la Ciudad Condal, las actividades acuáticas para bebés están incluidas en 25 centros deportivos municipales.

© Seth Casteel
© Seth Casteel

Para los expertos, la causa de que no se haya desarrollado apenas la matronatación en España, además de en la falta de instalaciones adaptadas, es el desconocimiento. “No saben en qué consiste pero, en cuanto lo prueban y ven los beneficios, se convencen”, dice Arranz. Además, ni siquiera es necesario que los padres sean grandes nadadores, ya que el aprendizaje del bebé es autónomo.

En España, el precio de las sesiones ronda los 25 €, siendo lo normal apuntarse a cursos de entre cuatro y doce sesiones. Además, existe la posibilidad de combinarlo con cursos de pricomotricidad acuática durante el embarazo, por lo que la actividad en la piscina empieza incluso antes de que nazca el bebé. Fue lo que hizo, por ejemplo, Natalie Portman. La actriz aseguró que fue gracias a ello por lo que no engordó durante la gestación y se mantuvo posteriormente.

Y si lo dice Natalie Portman... ¡malo no será!
Y si lo dice Natalie Portman… ¡malo no será!

De una tacada, el niño aprende y acelera su desarrollo y los padres ahondan en su relación con el bebé y entre ellos. En la piscina, todo son ventajas.