Escribo este artículo con legañas en los ojos porque ayer me pasé la noche en vela siguiendo las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Ya quisiera yo que hubiese sido por un amante bandido. Y sí, algo va muy mal en el mundo para que Donald Trump, un hombre misógino, racista y homófobo, haya alcanzado la Casa Blanca. Sin embargo, en una de esas pausas para coger una Coca-cola (zero, por supuesto), me di cuenta de que íbamos a asistir a otro momento histórico. Melania (y no la de Gran Hermano 9) entrará en la Casa (y no la de Guadalix).

Poca ha sido la atención mediática que se le ha dirigido a Melania durante la campaña electoral. Quizás porque todos esperaban tener a Bill Clinton, un viejo conocido, como ¿primer damo? de Estados Unidos. Error. Ayer, cuando Donald Trump daba su discurso de la victoria, toda su familia estaba a su lado. Y como no, la nueva primera dama también. Con una sonrisa de anuncio, la cara de porcelana y un impecable mono blanco de Ralph Lauren, Melania se presentaba ante nosotros.

Melania Trump junto a su marido en la noche electoral. ©CordonPress
Melania Trump junto a su marido en la noche electoral. © Cordon Press

Problemas con la justicia

Miss Trump nació hace 46 años en Eslovenia (antes Yugoslavia). Gracias a su espectacular belleza sí, puede que algo retocada consiguió un contrato con una agencia de modelos que la llevó a recorrer París y Milán. Y no, no sabemos si fue la típica historia en la que un agente la paró por la calle. Lo que sí comentan las malas lenguas es que la próxima primera dama trabajó de forma ilegal en los Estados Unidos.

¡Sorpresa! Según las fuentes-Trump, se mudó a Nueva York en octubre de 1996, pero la agencia Associated Press descubrió que había cobrado 20.000 dólares por diez trabajos realizados entre los meses de agosto y septiembre, cuando solo tenía un visado de turista. Vamos, que fue, supuestamente, una inmigrante ilegal. Sin embargo, Donald Trump y su equipo de abogados siempre han negado dicha información. ¿Quién lleva razón? A estas alturas lo más probable es que nunca lo sabremos.

Melania Trump y su marido votando el día de las elecciones.©CordonPress.
Melania Trump y su marido votando el día de las elecciones. © Cordon Press

Ciudadana americana, gracias a Donald Trump

Aunque Melania obtuvo el permiso de trabajo a finales de 1996, no fue hasta 2001 cuando consiguió la green card, tres años después de comenzar su relación con el magnate inmobiliario. Y sí, se conocieron en una fiesta. Típico caso modelo conoce hombre de negocios y se enamoran. «Me di cuenta de que era el hombre de mi vida», recuerda ella. Pues quédatelo enterito para ti, amiga. Tras un noviazgo de siete años que se dice pronto, la pareja se dio el ‘sí, quiero’ en una fastuosa boda en la que, ¡Oh Dios Mio!, estuvo la mismísima Hillary Clinton y marido. Un año después del enlace, Melania era ya oficialmente una norteamericana más.

Los Clinton en la boda de los Trump. Ver para creer. ©Instagram
Los Clinton en la boda de los Trump. Ver para creer. © Instagram

¿Qué ha hecho con su vida?

Es más fácil que llegue a hackear la web del FBI a que consiga encontrar algún dato de su vida laboral en Google. Y es que tras convertirse en la señora de Trump, Melania se dedicó a sus labores como diría mi madre y a obras de caridad. Antes de que su marido tuviera la genial idea de presentarse como candidato a la Casa Blanca, los periódicos de su país se referían a ella como socialité.

¡Ah! Se me olvidaba, tuvo un hijo con Trump en 2006. Un niño llamado Barron que ayer no puedo aburrirse más durante el discurso de su padre.

Barron, a la derecha, quería irse a la cama. Pobrecillo.
Barron, a la derecha, quería irse a la cama.

Ausente durante la campaña

Aunque siempre se ha mostrado más pacífica y amable que su marido, el equipo de campaña de Trump no quiso que Melania tuviera un papel protagonista en su camino a la Casa Blanca. ¿El motivo? El 18 de julio de este año pronunció un discurso en la convención republicana que fue un plagio de uno realizado por Michelle Obama en la convención demócrata en 2008. Un error que subsanó el equipo de Donald diciendo que había sido culpa de su asistente.

El incidente, sumado a su nacionalidad, en una campaña tan racista, y las lagunas sobre su llegada a los Estados Unidos han hecho que el papel de Melania haya sido hasta ahora el de mujer en la sombra.

Durante toda la campaña solo ha concedido una entrevista, al canal Fox News, el pasado octubre. En ella trató de limpiar la imagen machista de su marido: «Mi esposo es generoso, es caballeroso, le importa la gente y las mujeres», dijo. Además, aclaró que ella tampoco había querido implicarse demasiado en la carrera hacia la Casa Blanca porque «mi prioridad es mi hijo. Quiero ser madre primero».

https://www.youtube.com/watch?v=7Xd67u2l1_k

¿Qué tipo de primera dama será?

«Tendré un rol tradicional», comentó en una charla informal con periodistas. Los medios de su país interpretaron sus palabras y creen que actuará de forma similar a Betty Ford (esposa de Gerald Ford, que precisamente también había trabajado como modelo antes de mudarse a la Casa Blanca). Esto es, centrada en los niños y en el diálogo entre Estados. «Tenemos que encontrar una forma mejor de hablarnos, de discrepar, de respetarnos”, afirmó durante un pequeño discurso en Berwyn, Pensilvania.

Aunque quién sabe, quizá ella sea la verdadera sorpresa. Quizá la blusa fucsia ‘pussy bow’, que lució tras hacerse públicas las polémicas declaraciones de su marido, fue en realidad toda una declaración de intenciones. Quizá esta exmodelo políglota (habla cinco idiomas: esloveno, alemán, francés, serbio e inglés) se convierta en el contrapunto necesario a su marido.

De momento, el que ya se ha pronunciado es Srecko Ocvirk, alcalde de Sevnica, lugar donde nació Melania: «Es muy importante para nosotros porque somos un pequeño país de Europa central y Sevnica una ciudad pequeña. Son sucesos como este los que contribuyen a nuestro reconocimiento internacional».

Una cosa está clara. Solo el tiempo dirá si Melania asume cierta responsabilidad en marcar el rumbo de su país o solo marca tendencia (de momento, se ha encargado de agotar cada una de las prendas que ha lucido en campaña). Esperemos que sepa encontrar el equilibrio.

Welcome, Melania.