Nadie dijo que comenzar una carrera profesional fuera fácil. Sin embargo, la juventud es un valor al alza para luchar por los sueños y superar obstáculos. Cuatro mujeres triunfadoras, que ya han cumplido los 40, te cuentan cómo recuerdan sus inicios… y te animan a ser la working girl que quieres ser. Porque aunque el panorama ahora sea un tanto oscuro, hay luz al final del túnel; y es que si en algo coinciden las cuatro es que cuando echan la vista atrás, no se arrepienten de todo el camino aprendido que les ha permitido llegar donde están.

© Cordon Press
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VIRGINIA YAGÜE: Guionista y presidenta de la Asociación de Mujeres Cineastas.

Ha hecho de la ficción su vida; eso sí, ¡con los pies en la tierra! Como guionista, Virginia Yagüe está detrás de éxitos televisivos como La señora o Amar en tiempos revueltos. Su capacidad para imaginar ha saltado de la pantalla a las páginas de libros como La última princesa del Pacífico (Editorial Planeta), su obra más reciente. Y en una pirueta contrarreloj, saca tiempo para presidir la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales y ser vicepresidenta de DAMA (Gestión de Derechos de Autor de Medios Audiovisuales). Su pasión por contar historias le llevó a estudiar Imagen; antes de terminar, sacó plaza en la Escuela de Cine de Madrid, donde se había graduado.

Pero hubo un momento en el que el éxito era incierto: “A los 25, vivía con mi madre, pero ella estaba enferma y yo era cabeza de familia. De hecho, yo era independiente porque ya trabajaba como guionista para una productora de televisión”, recuerda. A sus 42 años, reconoce que entonces no pensaba demasiado en el futuro: “Estaba concentrada en progresar con ganas y esfuerzo. Quería comerme el mundo”.

"A los 25 solo pensaba que quería comerme el mundo".
«A los 25 solo pensaba que quería comerme el mundo».

Virginia cree que hoy resulta complicado entrar en el sector audiovisual. Sin embargo, hay que canalizar toda esa energía de juventud. Y tomar la iniciativa. “Porque si una puerta se cierra, se vuelve a intentar y quizás se inventa una nueva forma de lograrlo”, afirma. “Me encuentro con casos heroicos: compañeras tratando de montar su primer largo mientras sobreviven con un sueldo de 600 euros o gastando sus pocos ahorros en un corto. No pierden la ilusión y siguen peleando”.

Entiende las quejas y miedos de las chicas que empiezan. “Me reconozco en ellas”. Sin embargo, no se cambiaría por aquella Virginia de 25 años. “Aunque ahora tengo otros recursos y otras habilidades, en un trabajo tan vocacional como este, si se pierde la ilusión, falla el motor y el mío sigue estando en perfecto estado”.

Su consejo para los que están empezando: No tirar la toalla. Reinventarse siempre y ser una esponja. Humildad. Actitud. Compromiso con una misma. Y no perder la capacidad para fascinarte con lo que haces.

 

PATRICIA ARRIBÁLZAGA: Creadora y directora del taller de repostería ‘Cakes Haute Couture.

Si cuando tenía 25 años, le hubieran dicho a Patricia Arribálzaga que sería una de las reposteras más famosas del planeta, no se lo habría creído. Es cierto que ya le gustaba hacer cupcakes y tartas, pero entonces se acababa de independizar y vivía en un apartamento en Buenos Aires que pagaba gracias a su trabajo como programadora informática, “aunque estaba segura de que no iba dedicarme a eso toda la vida”, confiesa la autora de Pasteles de Alta Costura (Lunwerg). “Siempre fui muy optimista, pero la verdad es que como era tan joven, no tenía metas claras, era de vivir mucho en el presente”.

De aquellos trabajos iniciales, recuerda algunos bastante tediosos y otros estimulantes “porque me dieron la oportunidad de aprender a interactuar con las personas y a gestionar el tiempo y los recursos de forma inteligente. Cuando eres muy joven es lógico que vayas ensayando, equivocándote, acertando… y si prestas un poco de atención a lo que sucede en tu vida, aprendes de tus errores y empiezas a conocerte bien. Si además estás dispuesto a cambiar tu forma de pensar, mejorar lo que debes y respetarte por lo que vas logrando, aunque no sea mucho, cada vez avanzas más”.

"Las crisis son u
«Las crisis son una oportunidad de transformación».

Hoy, con 48 años, al frente de Cakes Haute Couture –el taller de repostería que tiene en Sitges, Barcelona, desde el que también imparte clases presenciales y on line–, Patricia anima a las mujeres que inician su carrera profesional: “Las crisis son grandes períodos de aprendizaje y se presentan como una oportunidad de transformación. Si no quieres quedar atrapada por los escombros, tienes que intentar hacer algo distinto porque, como decía Einstein, en el universo nada cambia hasta que algo se mueve. De una situación limitante, solo puedes salir si eliges verte no como una víctima, sino como una persona con muchos recursos internos para salir adelante”.

Su consejo para los que están empezando: Fíjate una meta concreta y sé flexible para explorar nuevos caminos, si esa meta no funciona. Puede que tardes más de lo que planeabas en llegar, pero si no te das por vencida, es imposible que no llegues. Confía en ti.

Algunas de las creaciones de Patricia Arribálzaga para su firma Cakes Haute
Algunas de las creaciones de Patricia Arribálzaga para su firma Cakes Haute Couture.

VALÉRIE DE BAECQUE: Creadora y directora de la agencia de comunicación ‘Press & PR Consultant‘.

A pesar de estar casada y tener una hija, cuando Valérie de Baecque cumplió 25 tenía la sensación de poder con todo. ¡Incluso con dejar París para emprender una aventura profesional en la Embajada de Francia en Madrid! “Nada me daba miedo. Aceptaba cada experiencia, fuera buena o mala, para aprender y madurar en mi papel de madre y joven profesional. El futuro lo miraba con optimismo, aunque en absoluto hubiera imaginado que, después de los escalones que subí gradualmente, llegaría a montar mi empresa”, nos explica desde Press & PR Consultant, su agencia de prensa y comunicación.

Al tomar distancia, Valérie ve aquellos comienzos como una época entrañable donde todavía estaba muy “verde” profesionalmente: “Durante mi juventud sufrí mis primeras presiones, desengaños y obstáculos, pero me curtí. Al final, mirando atrás, uno se enorgullece de lo que se puede conseguir con motivación y tenacidad. Es fundamental ser capaz de evolucionar y construirse como persona a través del esfuerzo. Casi siempre las primeras experiencias laborales son duras y no muy bien pagadas, pero resultan un buen aprendizaje”.

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La»Al final, mirando atrás, uno se enorgullece de lo que es capaz de conseguir con motivación».

A sus 45 años, le parece importante seguir rodeandose de jóvenes “porque aprendemos tanto como enseñamos. Por nuestra experiencia y madurez, aportamos serenidad ante la presión, visión y reflexión; mientras, los jóvenes nos dan esa pizca de energía y rapidez”. ¿Cómo ve a las profesionales que empiezan? “Me parecen bastante más espabiladas, impulsivas, dinámicas, algo impacientes y caprichosas que las de antes. Además, parten con una gran ventaja: la nueva forma de consumir información les ha hecho ser mucho más ágiles con la tecnología que las profesionales de mi generación”. A pesar de todo, tampoco se cambiaría por la Valérie de entonces. Ahora sabe que todos los pequeños o grandes éxitos en la vida dependen de una actitud de la que he hecho su lema: “En el movimiento surge el movimiento; si te mantienes activa, siempre consigues resultados”.

Su consejo para los que están empezando: Sin trabajo no hay ni éxito ni sabiduría. No alejarse de sus sueños, aunque no sea fácil conseguirlos. Y estar abiertas a oportunidades y personas que se presenten, ya que la vida no deja de ser una sorpresa positiva.

 

LOLA CASTEJÓNIlustradora, diseñadora de joyas y creadora de ‘Thilopía‘.

Iba para bióloga, pero su pasión por el dibujo hizo que cambiara microscopios y laboratorios por las Bellas Artes. Tras acabar la carrera, surgió la posibilidad de irse a Nueva York por un año para especializarse en diseño… ¡y se quedó cuatro!

No nos extraña cuando Lola Castejón, ilustradora, diseñadora de joyas y de papelería, creadora de la firma Thilopía, nos cuenta que en la ciudad de los rascacielos la vida la cruzó en el camino de grandes como Annie Leibovitz y Sarah Oliphant: “Ambas me introdujeron en el mundo de la fotografía, la publicidad y en importantes editoriales de moda. Junto a ellas tuve la oportunidad de aprender. A menudo, tenía la sensación de no creerme lo que estaba viviendo. Mis años en NY trabajando con gente a la que siempre había admirado fueron un regalo”.

"Siempre estás a tiempo de cambiar el rumbo de tu carrera profesional".
«Siempre estás a tiempo de cambiar el rumbo de tu carrera profesional».

Lola reconoce que, a los 25 años, no imaginaba un futuro muy concreto, “pero tenía claro que el esfuerzo y las ganas son la clave”, asegura. “Siempre me he considerado afortunada, y también valiente. Un profesor de dibujo nos repetía en la facultad que hay que estar dispuesto a perderlo todo y a equivocarse muchas veces para poder ganar alguna vez”. Con 41 años, asume que es preciso saber dar un giro cuando la vida te lo pide, porque “al final todos y todas queremos sentirnos realizados con nuestro trabajo y encontrar el equilibrio entre la vida profesional y personal.

Alguien a quien quiero mucho me recordó un poema de León Felipe que dice “Ser en la vida romero, romero…, solo romero… Sensibles a todo viento y bajo todos los cielos”. Y es cierto, hay que estar dispuesto a probar, a ser solo romero… Yo he elegido cambiar y empezar de nuevo más de una vez, algunas cosas han funcionado y otras no. Sin embargo, no volvería a mis 25… Me quiero mucho más ahora. ¡Es cuestión de aprendizaje!”

Su consejo para los que están empezando: Siempre estás a tiempo de cambiar el rumbo de tu carrera profesional. El esfuerzo que pongas en lo que haces es básico para alcanzar tus objetivos. Sigue el ejemplo de aquellos a quienes admiras. Y recuerda que nunca dejas de aprender.

En sus creaciones, Lola Castejón combina
En sus creaciones, Lola Castejón combina el diseño de joyas con sus ilustraciones.