La excusa de los diez años del final de The O.C. nos sirve como pretexto (como otro cualquiera, queremos decir) para rememorar a la serie que hizo que todos quisiéramos celebrar una Naviduka con un Seth Cohen al lado.

Pero la preparación y el rodaje de las cuatro temporadas no fueron tan idílicas. De hecho aquello fue un drama (uno detrás de otro) de proporciones épicas. Porque la realidad siempre supera a la ficción y porque las tragedias que Marissa Cooper vivía en la pequeña pantalla nada tenían que envidiar a lo que pasaba cuando se apagaban las cámaras…

Se ve que el momento de amor lo reservaban solo para las fotos. © Cordon Press
  • Los productores odiaban al personaje de Seth Cohen

¿¿¡¡Qué clase de persona puede odiar a Seth Cohen!!?? Pues la misma que es capaz de matar a Marissa Cooper impasiblemente y también los productores de esta serie, personas crueles y despiadadas: “La idea de que nuestro segundo protagonista masculino fuera a ser un nerd judío amante de los comics daba un poco de miedo”, contaba el creador de la serie, Josh Schwartz, a TV Guide. Pero, a diferencia del mundo entero (que se enamoró del adorable Seth), los directivos de Fox no cayeron rendidos a sus encantos: “Me dijeron que no les gustaba el personaje y la manera en la que me lo comunicaron fue con una nota que decía: ‘¿No podrían haber tenido un aborto los Cohen?’”, revelaba Schwartz.

¿Cómo podía alguien odiar a Seth Cohen? © Cordon Press
  • Y el creador odiaba al actor que le daba vida, Adam Brody

La relación entre Josh Schwartz y Adam Brody tampoco empezó con muy buen pie. De hecho, todo fue mal: “Cuando [Adam] vino a las audiciones por primera vez era temporada de pilotos, así que estaba haciendo docenas de castings y no se molestó ni en aprenderse los guiones”, explicó años después el propio Schwartz en The Daily Beast. Según salió por la puerta el actor, el creador soltó un “no quiero volver a ver a ese niño nunca más”. Pero las semanas pasaron y los productores no eran capaces de encontrar a nadie que se adaptara al perfil de Seth Cohen, así que en el último momento tuvieron que recurrir a Adam Brody. ¡Y menos mal!

En serio, ¡¡¡¿C-Ó-M-O?!!! © Cordon Press
  • A Mischa Barton no le gustaba Marissa Cooper

La actriz no se sentía nada apegada al personaje que le tocó interpretar, según rememoraba en una entrevista hace un par de años: “No me sentía muy identificada, por decirlo finamente. Ella era una chica rica, pija y mimada de Orange County. Yo era una neoyorquina de colegio público, que me había abierto un camino en la interpretación para pagarme una buena educación superior […]. Yo era la típica neoyorquina, corriendo por ahí en mis Converse y vaqueros rotos (ya sabes el típico estilo cool de Nueva York)”.

Ya sabes, lo normal, la típica neoyorquina ‘cool’. © Cordon Press
  • Marissa y Summer no se podían ni ver cuando se apagaban las cámaras

De hecho, la relación entre las dos actrices principales fue de lo más tensa durante todo el rodaje. Para empezar, Rachel Bilson había firmado un papel de secundaria (ni siquiera sale en los créditos de los primeros capítulos), pero al público le encantó su personaje, que se fue haciendo más y más fundamental en la trama… para disgusto de Mischa Barton.

La rubia se pasó toda la temporada de promociones ninguneando a su compañera de reparto: “Ella es más sexual que yo. Es muy bajita, mientras que yo soy más alta y larguirucha. Pero creo que me daría miedo tener su voluptuosidad. Me gusta ser sexy más discretamente”, dejaba caer en una entrevista en Elle, con la misma mala baba con la que esa ami-enemiga te dice: «Estás muy guapa, ¡no te había conocido». Ejem.

Eso sí, el tiempo todo lo cura (o casi), hace cuatro años el representante de Rachel Bilson se encargó de comunicar al mundo que la actriz “no le deseaba ningún mal” a Barton.

Las escenitas de peleas se les daban muy bien. © Cordon Press
  • La fama no le sentó bien a nadie

Básicamente los actores principales se transformaron en niñatos a medida que la fama les atracaba y no eran capaces de digerirla: “Los chicos desarrollaron una mala actitud. No querían trabajar y fue muy duro; fue muy duro lidiar con ellos”, recordaba en Vulture Tate Donovan, el actor que daba vida al padre de Marissa, Jimmy Cooper. “Los adultos eran fantásticos, verdaderos profesionales. Pero ya sabes lo que pasa con los actores jóvenes (y lo sé porque yo fui uno una vez). Cuando alcanzas cierto nivel de éxito quieres estar haciendo otra cosa”.

Tate Donovan recuerda aquello como una pesadilla. © Cordon Press
  • Y todos percibían que la serie les estaba robando oportunidades

“Uno de ellos vino a mí y me dijo: ‘Este show está arruinando mi carrera cinematográfica’, cuando ni siquiera tenía carrera en el cine antes de la serie”, rememoraba Tate Donovan.

¡¿Oportunidades de qué?! Si estabais grabando la serie más molona de la época… © Cordon Press
  • Los actores no querían aprender sus guiones

Cam Gigandet, el actor que encarnó al novio malote de Marissa en la tercera temporada, no lo pasó especialmente bien durante el rodaje: “Aprendí mucho. Pero de las cosas que recuerdo ahora, ninguna es buena. Esos niños eran jodidamente miserables. ¡No se aprendían sus guiones aposta! Eran muy jóvenes”, manifestaba en otra entrevista hace unos años.

«¡No se aprendían sus guiones aposta!», confesaba años después Cam Gigandet. © Cordon Press
  • Y convirtieron el set de rodaje en un patio de colegio

Además, el resto del elenco ‘los guays del insti’ no se lo hicieron pasar muy bien a Gigandet. Especialmente Ben McKenzie (Ryan) minuto de silencio: “En realidad Ben se portó muy mal conmigo. Yo no le había hecho nada entonces y él fue muy estúpido. Pero me gusta él. Creo que es un gran actor y me encantó Southland”, revela el actor en la misma conversación. Una reconciliación que, en el caso de Mischa Barton, su novia en la pequeña pantalla, nunca llegó: “¿Mischa? La verdad es que no sé… ¿Estuvo allí? Ni me acuerdo…”, elude elegantemente.

¡Ryan!, con la cara de majete que tenía (cuando no estaba dando puñetazos). © Cordon Press
  • Porque Mischa Barton quería que el mundo en general la odiase

Y la verdad es que hizo todo lo que estuvo en su mano para conseguirlo. Y es que lo de la promoción no fue el fuerte de la actriz que daba vida a la inestable Marissa Cooper. En la misma entrevista con Elle en la que arremetía contra Rachel Bilson podemos leer esta perla de párrafo:

Cuando le pregunto qué tipo de correos de fans recibe, Barton dice: “Es fascinante las historias que me llegan”. ¿Por ejemplo? Con una voz cansada y cantante dice: “Pues cosas como ‘estuve en la guerra, me han cortado una pierna y estoy en el hospital. No podré volver a andar, pero todo lo que puedo hacer es estar tumbado en la cama y ver tu serie’, ese es el tipo de cosas que recibo”. Se encoge de hombros y toma otro bocado de su plato. Le pregunto si la carta vino de un soldado de Irak y me dice: “No me acuerdo. Pero esa está en lo alto de historias desgarradoras. Pero es como ¿estás de broma? ¿The O.C.? Seguro que hay cosas en la vida mucho más interesantes que mi estúpida serie. Pero venga, vale, si es lo que quieres”, pone los ojos en blanco, “bien”.

En defensa de Mischa diremos que tenía solo 18 años y la fama le había llegado como una bofetada (una que necesitaba en la vida real, todo sea dicho de paso).

Ajá, soltó aquello y se quedó así de tranquilita. © Cordon Press
  • El vestuario, otra fuente de problemas

Entre la sarta de comentarios viperinos que Mischa Barton fue compartiendo con el mundo, también se encargó de dejar bien clarito que si nos gustó su vestuario, se lo agradezcamos a ella: “Viniendo de Nueva York, era amiga de muchos diseñadores. Crecí en un mundo rodeada de modelos y supermodelos y diseñadores y moda. En Los Ángeles eran de: ‘¿Qué es eso?’”, relataba en otra entrevista con Elle (se ve que se quedó con ganas) en el 2014. “La diseñadora de vestuario se fue por ahí y trajo muchas cosas, pero fue definitivamente algo que yo pedí”, prosigue la actriz, que de modesta se ve que no tiene un pelo (y se ve que de amiga con los encargados de vestuario, tampoco). “Empecé a hacer que desde Chanel nos mandaran cosas […]. Era muy interesante: si yo tenía esas conexiones con el mundo de la moda, ¿por qué no? El departamento de vestuario se hubiera conformado con que fuésemos vestidos como adolescentes normales, la verdad”.

Los modelitos eran cosa de Mischa. © Cordon Press
  • El GRAN spoiler de la muerte de Marissa lo soltó la propia Mischa

Para el final de la tercera temporada, cuando el personaje de Marissa muere, los ánimos estaban muy caldeaditos en el set y las tensiones eran prácticamente insoportables.

Para mantener la emoción hasta el último momento, los productores se encargaron de propagar el rumor de que alguien moría en el capítulo final, pero que habían rodado cinco posibles escenas, con cinco posibles muertes.

No era cierto, la que moría era Marissa Cooper, y Mischa Barton se encargó de revelárselo al mundo unas horas antes de que se emitiera el episodio: “Es verdad, es verdad. Mi personaje muere”, confesaba a Access Hollywood. “Creo que el show se está moviendo en otra dirección y esto es una gran oportunidad para todos. Estaba realmente emocionada de poder darles a todos un buen final”, continuaba la actriz arruinando la sorpresa y nuestra adolescencia.

Sí, ya te vale… © Cordon Press
  • Y también mintió sobre los motivos de su salida

Pero lo que no contó Mischa Barton fue que la echaron. Ella se encargó de hacer ver que estaba deseando dejar el vecindario de Orange County para dedicarse a otros proyectos, pero lo cierto es que fueron los productores los que decidieron terminar con su personaje: “Ella no quería dejar la serie, al menos no más que el resto. Es cierto que había una química complicada entre el elenco… pero ella no estaba buscando activamente salir del show”, revelaba Josh Schwartz muchos años después.