Existe una manera muy sencilla de distinguir en un avión a aquellos que vuelan por primera vez de los que están acostumbrados a hacerlo: esperar a que empiece la demostración de seguridad previa al despegue. Los primeros miran con atención al equipo de tripulación mientras les muestran las salidas de emergencia, les explican cómo ponerse el chaleco o la mascarilla de oxígeno y les advierten que no pueden levantarse con la señal de cinturón abrochado encendida. No lo entendeis, su vida depende de ello, ¿vale?

Los segundos, sin embargo, aprovechan para ponerse los cascos o abrir una revista nada más escuchar por megafonía aquello de “Buenos días, señoras y señores, en nombre de la compañía Iberia, el comandante González y toda la tripulación, les damos la bienvenida a bordo de este vuelo con destino a Nueva York”. No es que sean un público maleducado, sino que después de haber escuchado y visto mil veces las mismas instrucciones en todos los idiomas imaginados, el coreografiado movimiento de brazos y manos de azafatas y azafatos es algo así como un divertido baile para celebrar que, ahora sí por fin, despegamos.

El problema es que muchas veces confundimos ser veteranos con ser prepotentes, y a pesar de que la mayoría del pasaje se ríe de aquellos pasajeros que se quedan como hipnotizados con las demostraciones de seguridad, precisamente son esos pocos novatos los únicos que realmente cumplen con la ley. Por cierto, cada vez menos, ya que desde que se permitió utilizar los dispositivos electrónicos en modo avión también durante el despegue y el aterrizaje la tripulación de cabina empieza a sentirse como esos cómicos que hacen monólogos en bares donde nadie les mira ni les aplaude.

Tanto es así que en Estados Unidos ya son varias voces las que piden que vuelva a impedirse el uso de smartphones y tabletas para que todo el mundo permanezca atento al protocolo previo al despegue. No entienden que no es que pasemos de saber qué hacer en caso de emergencia en un avión, sino que, simplemente, ver siempre lo mismo nos aburre. Por fortuna algunas compañías sí han captado el mensaje produciendo vídeos de safety demostration originales y divertidos que llamarían la atención hasta de un pasajero con tantos puntos acumulados en su tarjeta de fidelización como para canjearlos por una vuelta al mundo.

Es el caso de Air NewZealand, que aprovechando que en los paisajes de su país base han servido de escenario para la trilogía de El Hobbit –la última parte se estrena este 17 de diciembre– ha contado con la colaboración de Peter Jackson y Elijah Wood para grabar este divertido vídeo que ya emiten en todos sus aviones.

Se trata de punto y seguido en la historia de una de las primeras compañías que apostaron por el humor para evitar posibles sustos a bordo, ya que antes de este  en sus aviones pudieron verse demostraciones por el estilo protagonizados por tripulaciones desnudas o por las modelos de portada del Sports Illustrated para celebrar el 50º Aniversario de la famosa publicación.

 

Claro que si tenemos que elegir nuestras ocurrencias preferidas de Air New Zealand, nos quedamos con estas dos que te mostramos a continuación. La primera, protagonizada por Betty White (Las chicas de oro) se vale de los tópicos de la tercera edad para sacarnos una sonrisa; mientras que en la segunda nos cuentan lo de siempre a ritmo de clase de fitness de los 70 rollo Xanadú.

 

 

Lo mejor es que la imaginación de la compañía nacional neozelandesa ha creado escuela, y desde entonces han sido varias las líneas aéreas que se han apuntado a esto de usar el humor como medida de prevención. Entre las más recordadas, Delta, que el año pasado consiguió hacerse viral con este vídeo de inspiración ochentera en el que aparecía el mismísimo Alf.

Al lado del anterior, la versión navideña de la compañía se antoja sosa. Pero si permitimos que la televisión se llene de anuncios clónicos y lacrimógenos durante esas fechas, ¿por qué vamos a enfadarnos si antes del vuelo nos entretienen con esta maravilla?

Virgin Atlantic, por su parte, ha subido la apuesta y eleva el género del vídeo de seguridad al de superproducción con esta propuesta cuyos protagonistas bailan y cantan como si de un capítulo de Glee se tratara.

Claro que no siempre es necesario tirar la casa por la ventana para dejar al viajero prendado. A falta de presupuesto, pon frente a la cámara a unos niños adorables y asunto arreglado, como demostró también el año pasado la compañía británica Thompson. ¿Para cuándo una versión con gatitos? ¿Es que nadie piensa en los gatitos?

No podíamos cerrar este repaso sin hacer una mención especial a Pan Amm, la ficticia compañía aérea de una humorista del mismo nombre que se ha convertido en la preferida de las tripulaciones de todo el mundo. Sus shows en directo siempre están llenos de azafatas y azafatos que acuden como abejas a la miel para ver cómo se ríe de los clichés de la profesión. Incluso British Airways contó con ella para una divertidísima campaña de publicidad. De momento sus vuelos son en teatros, pero si tienes la oportunidad de acudir a alguno, este es el políticamente incorrecto vídeo que verás antes del despegue. ¡Feliz vuelo!