El próximo 23 de septiembre vuelve a Madrid Cabaret (al Teatro Rialto), la versión del musical de Broadway que más premios ha cosechado desde que se estrenara en Nueva York en 1966. Pero la cita teatral es solo una más en la amplia agenda cabaretera, que cuenta ya con direcciones por toda España.

Y es que los cabarets, que nacieron para la evasión, para el aislamiento momentáneo y la inmersión, durante unas horas, en un ambiente de luces, lentejuelas y picardías, son cada vez más demandada por todos aquellos que saben (y reivindican) que la noche puede ser un ensueño también con los ojos abiertos.

Los garitos que dedican parte o toda su programación a espectáculos de cabaret (término francés) o buslesque (más usado en el mundo anglosajón) vuelven a estar de moda. Algunos resurgen de sus cenizas (que se lo digan, si no, a El Molino barcelonés); otros nacen como alternativa a noches ramplonas y vacías. Porque, si algo define a estos locales es, precisamente, el horror vacui: la monotonía ni está ni se la espera y, si alcanza a llegar, se la patea a base de números atrevidos, de pantomimas y remedos de grandes estrellas, de temáticas eróticas, provocaciones educadas y mucho, mucho brillo. Del cancán del siglo XIX a los corsés del XXI, esta forma de espectáculo rechaza la moralina mediante la reivindicación de plumas, turgencias, androginias, rouge, directos, copas y aplausos y, sobre todo, una falta de pudor que deja como mojigatas a las más modernas de tus amigas y a los más chuecófilos de tus amigos. ¡Aleluya!

Sensualidad, glamour, una estética bien definida y, sobre todo, diversión. © Getty Images
Sensualidad, glamour, una estética bien definida y, sobre todo, diversión. © Getty Images

El Molino (Barcelona): ¿nunca pensaste ir?

El juego de las asociaciones (hipsters, aquí; mayores de 40, allá; buscadoras de novio, al otro lado) se ha roto en el Paral·lel barcelonés, esa arteria que hace años bombeaba pluma, charol y neones y que, a pesar de todo, aún hoy mantiene los destellos de antaño. El más deslumbrante vuelve a ser El Molino, el local de espectáculos por antonomasia en toda España, gracias a dos hechos.

El primero, premeditado: una reforma integral inaugurada en 2010 que adecentó el local, lo mejoró en suministros y seguridad y, sobre todo, le devolvió la pátina de glamour a base de cabaret, revista y music-hall que siempre tuvo. El segundo, circunstancial, gracias a la cercanía de un barrio, el del Poble Sec, lugar de recalada de un heterogénea masa de gente que ha rejuvenecido el Paral·lel, que huye de otras zonas de precios solo aptos para el turisteo que todo lo paga y atraída, sobre todo, por un ambiente callejero de terrazas buenas y asequibles (las del carrer Blai son un ejemplo).

El Molino (Vila i Vilà, 99) presenta, este próximo 17 de septiembre y hasta el día de Nochevieja (idea para saber dónde pasar el Año Nuevo), Cabaret Experience, un espectáculo que, más que explicarlo, es mejor verlo:

Puedes pagar varias tarifas: desde 19,80 € hasta un pack de 50 € que incluye dos entradas + 2 cervezas marca Moritz o una botella de cava. Todos los jueves a las 21.30 y viernes y sábado, doble sesión: 18.30 y 21.30.

Cabaret en 'El Molino'.
Cabaret en ‘El Molino’, Barcelona, el mítico local que ha recuperado su esplendor.

El Plata (Zaragoza): cabaret ibérico

Copiamos, literalmente, de su página web: “Pasión carnal, lentejuelas, melodrama, tangos y strip-tease, exhibicionismo, copla, music-hall, fantasía y mucho humor. Un cabaret de aquí con vocación internacional como el aceite de oliva o el jamón de Jabugo. El Plata es hijo del cuplé y del marabú, del surrealismo y del destape: el encuentro de Freud y Liza Minelli en el Tubo de Zaragoza”.

Nadie mejor que sus dueños para explicar en qué consiste este localazo (permítasenos el aumentativo), situado en la calle Cuatro de Agosto, 23, que centrifuga en su interior todos los ingredientes patrios de una buena noche de lumpen escénico. Sus mesas están para comer, merendar, cenar (con buena y variada carta) y tomar copas. Sea el momento que sea, hay cabaret. Por ejemplo, a las 16.00, se presenta el espectáculo de sobremesa, para ir calentando motores. A las 23.00, la cena se adereza con boys y vedettes y, a la 01.00, la sesión más golfa. Es aquí donde puede pasar de todo… eso sí, solo los fines de semana.

El Plata.
Pasión carnal, lentejuelas, melodrama, tangos y strip-tease en ‘El Plata’.

Agrado Cabaret (Madrid): canalleo en el TriBall

La trasera de la Gran Vía madrileña se remozó hace unos años y empezaron a aflorar bares, restaurantes, ateliers y propuestas culturales y de ocio que permitieron por fin un puente digno entre Chueca y Malasaña. La zona, llamada TriBall (a grandes rasgos, el entramado de calles entre Corredera Baja de San Pablo, Desengaño y Valverde) vio nacer hace un tiempo el Agrado Cabaret (Loreto y Chicote, 3). El añadido de ‘cabaret’ procede, más que del espectáculo erótico-festivo implícito al nombre, de la variedad de números que puedes presenciar: teatro, monólogos, exposiciones, coloquios, grupos musicales y, por supuesto, de burlesque. Verás, seguro, caras famosas en un ambiente en el que el canalleo está presente pero medido. Otras cosas buenas: su carta de cócteles y sus cervezas. Desde las 19.00 hasta las 02.30, tienes tiempo de todo.

'Agrado', en el TriBall madrileño.
‘Agrado’, en el TriBall madrileño.

Sala Mogambo (Vigo): el burlesque gallego

En la ciudad musical y del callejeo nocturno gallego por excelencia nació este local hace cuatro años (en la calle Churruca, 12, en pleno centro). En un principio, sus dueños hicieron de él una sala de conciertos y ahora se asemeja más a una discoteca con sesiones de DJ en el que, mensualmente, se programan espectáculos de burlesque. La responsable es Miss Lacé, oriunda de la ciudad y dedicada a este tipo de espectáculos desde hace varios años y que ameniza algunos de sus shows apoyada en otras compañeras cabareteras de pro. Y como no hay burlesque que resista sin innovación, Miss Lacé mezcla lo más tradicional con nuevas tendencias, un maestro de ceremonias que atrapa desde que pone el pie en el escenario y una rotación de espectáculos y temáticas con el erotismo, la comedia y, sobre todo, la elegancia como bandera. El último: ‘Vegas Nights’. Apunte: fíjate bien, en su página de Facebook, en los carteles diseñados para los espectáculos del local. Una pasada.

Sala Mogambo.
En Vigo no te pierdas los espectáculos de ‘Sala Mogambo’.

Alegrías Flamenco Cabaret (Sevilla): mezclas sureñas

¿Una nueva reinvención del flamenco? No, los puretas pueden estar tranquilos. En este local sevillano (Salado, 24), sus creadores quieren que, ante todo, sea el flamenco el que se explaye en forma de toque, cante y baile. Eso sí, con una programación pensada por y para los sevillanos y por y para los que vienen de fuera pero quieren quedarse al margen de cualquier circuito turístico-flamenquil. Es decir: aquí se ve flamenco del bueno. Su particularidad es que a él se unen el humor, la copla, la interpretación… y, cómo no, el cabaret. ¿O acaso el abanico, la peineta, la bata de cola o la chaquetilla entallada no tienen ese no se qué de patibulario? Pues aquí, junto a alegrías, soleares y zambras, sabrás que un bata de lunares sirve para rematar Ojos verdes o para tapar unos sensuales ligueros.

alegrias
Alegrías, un cabaret flamenco en el que se mezclan las batas de cola con los ligueros.

Y, claro: The Hole

No mencionar el espectáculo que devolvió al burlesque y al cabaret a su lugar en este país sería dejar cojo este reportaje. Por tanto, un par de apuntes rápidos por si vives en las ciudades en las que puedes o podrás disfrutar sus dos versiones:

  • The Hole: en Salamanca, hasta el 13 de septiembre. Siguientes paradas de la gira: Tarragona, León, Oviedo, Lleida y Sant Cugat. Después se internacionaliza, con el estreno en Milán y París.
  • The Hole 2: en Bilbao hasta el 12 de septiembre. Después: Zaragoza, Granada y Vigo.
'The Hole'.
‘The Hole’, el espectáculo que devolvió el brillo al burlesque.