Moda
La crisis social y política que afecta hoy en día a Estados Unidos está traspasando las barreras internacionales. Y como reflejo de esta catarsis, la moda ha hecho hasta lo imposible para levantar la voz y defender los derechos que nos (deben) de importar. Tras elevar el rol de la mujer como una gran figura de negocios, Alexander Wang se estrena en su propia fashion week (o sea, fuera del calendario oficial) para abrirse sobre la inmigración.
Todo comenzó cuando el diseñador les preguntó a sus padres, quienes llegaron al país de los sueños como inmigrantes de oriente, cómo había sido su experiencia al establecerse en una nueva tierra. Reflejado en un espectáculo donde la cultura pop que tanto distingue al país, y sobre todo a la costa este, chocó con aquella innata de la familia Wang, el diseñador aclaró que los límites en realidad no existen.
Con un estilo muy a lo Axl Rose, las bandanas y los cinturones con hebillas ultra mayúsculas —emulando la parrilla de un coche setentero— crearon una serie de declaraciones políticas. Y luego vino la cultura del deporte, el fútbol americano para ser precisos, que resultaron en siluetas con cortes como solo Alexander Wang lo sabe hacer.
Si alguien dudaba del talento de este gran diseñador, él vuelve a afirmar que sigue siendo un contendiente importante en el mercado millennial. ¿Qué mejor que fascinar con la historia de su familia? Más de la mitad de la población se sentirá identificada y orgullosa.
Foto: Getty Images
