Moda
Si alguien conoce la historia de Yves Saint Laurent seguro sabe que la década de los setenta fue el momento cumbre de la maison y del couturier que rompió con los esquemas de la haute couture para introducir su particular esquema prêt-à-porter (o ready-to-wear).
Fue en los setenta, también, cuando el couturier sentía total seguridad sobre su estética y su rumbo artístico. En una entrevista con Mary Russell en 1972, Yves dijo que los errores que pudo haber cometido ya habían pasado y, con buena razón, conquistó la escena de la moda.
El reflejo de un Yves seguro de sí mismo fue lo que Anthony Vaccarallo manifestó en esta nueva colección menswear para Saint Laurent. Con toques del consentido Marrakech, el oasis para el creativo y su pareja sentimental (en ese entonces) y de negocios, Pierre Bergé, fue como el actual director hizo una perfecta oda a los tiempos de amor y excesos que la pareja vivió.
Desde que Anthony llegó a la casa no hubo duda alguna sobre su manera de absorber los archivos. Para su debut en septiembre del 2016, el belga no escatimó en jugar ni en experimentar. Contrario a esto declaró que entrar a una histórica maison consiste de un “trabajo en proceso”. Sin embargo, es ahora cuando, al igual que el mismo Yves, Vaccarello se siente seguro con lo que ha creado. Y aunque muchos deciden criticar su poco uso de color, el director creativo se ha dado a la tarea de jugar con los cortes, estampados y los pequeños detalles que hacen a una verdadera prenda.
En esta presentación para menswear, fue posible ver al mismo francés caminando por la pasarela que tenía de fondo los imponentes edificios de la Gran Manzana. Chaquetas cortas acompañadas de bordados pintorescos, los emblemáticos lazos que Yves usaba alrededor de su cuello, detalles brillosos —el glamour de Yves en los setenta era solo brillo y lujo— o una sudadera en denim. Y para finalizar, modelos bañados en purpurina para crear una sinergía de espíritus.
Super el rocker chic de Slimane. Bienvenido a la dimensión boho de Saint Laurent.
