Moda
El desfile prenavideño de Women’secret se ha convertido ya en una cita obligada en el calendario de eventos madrileños. Un imprescindible para teñir la noche de brillos y dar el pistoletazo de salida a la temporada festiva.
Con el retraso habitual que marca el protocolo en estos casos, Juan Betancourt se encargaba de ejercer de maestro de ceremonias sobre la reluciente pasarela elevada en mitad de La Riviera. La popular sala de conciertos, vestida de gala para la ocasión con mucho atrezo dorado, acogía a más de un centenar de invitados que pudieron disfrutar en primicia, la noche del jueves, del nuevo fashion film de la marca, Wanted, protagonizado un año más por Elsa Pataky.
“Las mujeres vamos a saco ahora mismo y detrás de este proyecto todas somos mujeres, por eso se nota tanta energía”, confesaba la actriz, que se decantaba por un minivestido transparente (que la cosa iba de presumir de lencería).
Un proyecto en el que este equipo enteramente femenino, con la directora Paula Ortiz a la cabeza, ha trabajado durante seis meses: “Se inspira en el cine clásico negro, en Elsa y en sus amigas, que se atreven a vivir bajo sus propios términos”, añadía Eva Romeo, Directora General de la firma.
Pero el corto era solo el primer plato de la noche, que se cerraba con la presentación de las próximas colecciones de Women’secret. ¿Desfilando? Marta Ortiz, Dalianah Arekion, Joana Sanz o Rocío Crusset, pareja por cierto de Juan Betancourt, el presentador de la velada porque todo queda en familia.
Aunque la que se llevó todos los aplausos de la noche fue Cristina Pedroche, que conquistó con bastante desparpajo y mucha sensualidad a fotógrafos y asistentes: un contoneo por aquí, un guiño por allá y altas dosis de pasión y soltura. Ella se encargaba de abrir la segunda parte del desfile, enfundada en un body con transparencias que recordaba a su último modelito de Nochevieja.
Sobre la pasarela: un primer adelanto de bikinis, bañadores y muchos trikinis para el próximo verano, que tiñeron la noche de metalizados y toques ochenteros; para después dar paso a la colección de edición limitada de lencería, que está ya llegando a las tiendas (a tiempo para las fiestas). Una profusión de aplicaciones, encajes, brillos y todos los recursos inimaginables para subir la temperatura de la primera noche de verdadero otoño en la capital.
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