Hace tiempo que el pijama dejó de ser patrimonio del dormitorio para salir de paseo: tanto en versión clásica (camisa y pantalón) como en su acepción más sexy. Para pulir la propuesta, esta primavera se completa con un calzado inspirado en las zapatillas de andar por casa. Salvo que estas sirven para pisar asfalto y se cotizan varios euros por encima de sus hogareñas hermanas.

Tal es el caso del aristocrático modelo que Alessandro Michele propone para Gucci: un mocasín abierto por detrás y con puntera afilada. Pero no es el único; la idea se repite en la última colección de Alexander Wang para Balenciaga o en los escaparates de Mango, Topshop y Zara. ¿El requisito? Que el talón quede al aire, como en los zuecos de los noventa.

Behati Prinsloo y Lily Aldridge paseando por Los Ángeles y ratificando la tendencia, ambas con babuchas. © Cordon Press
Behati Prinsloo y Lily Aldridge paseando por Los Ángeles y ratificando la tendencia, ambas con babuchas. © Cordon Press

Ya hicieron acto de presencia en el 2015; de hecho, “qué es un zapato mule [el término inglés para definir cualquier modelo abierto por detrás]” fue una de las dudas de moda más buscadas en Google el año pasado. La interpretación del 2016, tipo babucha, podría recordar a una escapada exótica, pero los diseñadores la desprenden de improntas étnicas para adaptarla a la jungla urbana: se lleva con pitillos o culottes (pantalones de pernera ancha y largo tobillero).

¿El problema? Convierten a los poco agraciados talones en protagonistas. A su favor, la comodidad, ¿quién se resiste a pasar el día en zapatillas de andar por casa?

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