The Modernity of Antiquity, la modernidad de la Antiguedad, es el título con el que Chanel ha presentado su colección Crucero 2018 la mañana del miércoles en París. Tras varias temporadas resort haciendo de trotamundos por Cuba, Seúl, Singapur o Dubai, la casa de la camelia ha regresado a su París natal; concretamente al Grand Palais, donde normalmente desfila con su colección prêt-à-porter.

Pero el no tener que coger un avión no le ha impedido a Karl Lagerfeld viajar en el tiempo y en el espacio, ¡faltaría más! Concretamente hasta la Antigua Grecia de la mano de diosas etéreas, a medio camino entre Afrodita y Brigitte Bardot. Un desfile cargado de detalles que ahora desgranamos en 8 highlights:

Nota mental a mí misma: quiero trenzas y diademas todo el rato. © Getty Images
  • 1. La inspiración

La Antigua Grecia ha inspirado muy literalmente al káiser, en una colección que también bebe los vientos cool de los años sesenta en mini vestidos de tweed ligero o faldas cortas que se combinan con sandalias anudadas. Concretamente, esta vez el punto de partida es la Antígona de Jean Cocteau, la tragedia para la que Coco Chanel diseñó el vestuario en 1922.

Por lo demás, mucho drapeado, plisados, aplicaciones y hojas de olivo como motivo principal que recorre todo el desfile.  Los vestidos para Ateneas modernas en colores pastel se mezclan con túnicas o cazadoras en tonos terrosos, salpicados siempre con destellos dorados.

Las diosas modernas de Chanel tienen cierto punto de Brigitte Bardot. © Getty Images
  • 2. La localización

Si Mahoma no va a la montaña… Lagerfeld la crea. O algo así: el pasado mes de febrero Grecia le denegaba a Gucci la posibilidad de celebrar un desfile en la Acrópolis, así que si los griegos no quieren abrir sus preciadas ruinas a la moda, la moda las reproduce. Nada complicado para una firma que ha sido capaz de trasladar un iceberg o de hacer despegar un cohete en medio del Grand Palais.

Gucci se quedó sin Atenas, pero Chanel ha presentado su colección tomándole el testigo, griego, en París. Concretamente en la Galerie Courbe del Palais, un espacio circular con grandes ventanales en el techo que han dejado pasar toda la luz de la mañana francesa.

El Grand Palais se ha transformado esta vez en las ruinas de un templo griego. © Getty Images
  • 3. El eyeliner (¡¡ESE eyeliner!!)

El look de belleza destaca por este eyeliner perfectamente imperfecto, dramáticamente alargado. Esta vez, a medio camino entre las diosas griegas y la siempre inspiradora Cleopatra.

Nota mental a mí misma: copiar esto. © Getty Images
  • 4. Las sandalias

Por supuesto, los accesorios siguieron la línea argumental: sandalias de tiras, hasta la rodilla, rematadas con un tacón con forma de columna jónica. De charol y en diversos colores.

Las columnas se ha transformado en tacones para las sandalias. © Getty Images
  • 5. El nuevo objeto de deseo

Si el año pasado suspiramos por la camiseta de Coco Cuba, este año la prenda se reinventa en un modelo de inspiración ochentera: la doble C de la maison, en metalizado, y decorada con las ramas de olivo presentes en toda la colección.

Id encargando una talla S de esta camiseta, gracias. © Getty Images
  • 6. Las trenzas

Los looks se coronaron con varias diademas que remataban un semirecogido con una trenza caída. ¿El último toque? Un lazo negro que volaba tras las modelos.

Trenzas, cintas y diademas en el pelo. © Getty Images
  • 7. El front row

Repleto como siempre de amigas y musas de la casa, que cada vez son más jóvenes y más millennials (con permiso de Caroline de Maigret, pero ella ya es un clásico). Además, embajadoras y adictas a la maison de Coco y hasta una pequeña representación española.

La protagonista de ‘Versailles’, Anna Brewster; la actriz francesa Karidja Toure; la siempre icónica Caroline de Maigret; y Ellie Bamber. © Getty Images
Carlota Casiraghi, Keira Knightley, Pedro Almodóvar y Adriana Ugarte. © Getty Images
  • 8. El cierre

Ni Lily-Rose, ni Kendall, ni Cara (que este año estaban de resaca post-Met en Nueva York), el encargado de cerrar el desfile ha sido el pequeño Hudson Kroenig. El ahijado de Lagerfeld, que nos sirve como prueba patente de que el tiempo pasa de un desfile a otro (cosa no-demostrable si solo miramos la silueta del diseñador alemán).

El pequeño Hudson, junto a su célebre padrino, se ha encargado de cerrar la fiesta. © Getty Images
Atención a los detalles en una sola foto: ramas de olivo, búhos, vasijas, grecas… y, por supuesto, la doble C de la casa. © Getty Images