Cada temporada te pasa igual. Te pegas al ordenador, te empapas de todos los desfiles -da igual si son de Alta Costura o de Prêt-à-Porter (por soñar que no quede, que es gratis)- y te enamoras sin remedio: los zuecos de Gucci, ese vestido de Stella McCartney que te vuelve loca, el renovado 2.55 de Chanel, esa blusa tan elegante de Dior o el estampado floral de Dolce&Gabbana. Todos te han conquistado y te resignas a soñar con ellos y coleccionar imágenes de sus campañas (que son, también, para morirse).

Tranquila, no pasa nada, es algo que nos ocurre a todas. © Thomas Krappitz

Ni qué decir tiene que, además, te enteras de todo lo que se cuece esos días por París, Londres, Milán o Nueva York… y no puedes evitar mascullar ‘Dios da pan a quien no tiene dientes’ o -en los mejores casos- ‘unas tanto y otras tan poco’ cuando ves a todas esas bloggers e influencers sentadas en el front-row y vestidas de pies a cabeza con lo último de lo último, lo más de lo más, lo mejor de lo mejor (y más bello) de las colecciones más recientes de tus diseñadores favoritos. Pero no temas: en la moda, como en la vida, hay opciones para todos los gustos y también para todos los bolsillos. Y la experta en lograr que cumplas todos tus sueños y satisfagas todos tus placeres es Rosa H. Su cuenta de Instagram lleva más de un año recopilando todas aquellas piezas de lujo a las que les ha salido un clon o varios en tus marcas low-cost de cabecera, a saber: Zara, Mango, H&M, Uterqüe, Stradivarius, Massimo Dutti, Bershka o &OtherStories.

Hay mismos patrones, mismos tejidos, mismos colores, mismos estampados e incluso mismos diseños… y, lo mejor de todo, es que parece no haber batalla ni acritud entre diseñadores de grandes firmas y cadenas como Inditex. Bajo el hashtag #fashionclones, Rosa publica imágenes que comparan a diario los objetos de deseo de millones de mujeres de todo el mundo con esas prendas infravaloradas que cuelgan de los burros de sus tiendas habituales. No se dedica a la moda, pero su afición por ella y su habilidad natural para hallar semejanzas lo hicieron así de sencillo: “He visto parecidos razonables entre los diseñadores más importantes, pero no lo veo como algo negativo. Doy por hecho que la calidad no es la misma, las marcas low-cost reflejan las tendencias que marcan las grandes marcas con los materiales y precios que les corresponden”.

Y es que no hablamos de imitaciones ni de réplicas como las que se extienden sobre mantas en las plazas de todo el mundo, ni como las que crearon conflicto entre firmas de lujo –Saint Laurent y Louboutin por su suela roja o Guess y Gucci por sus logos-. Los diseños de Zara o Mango no pretenden reemplazar ni hacerse pasar por el original, sino que crean clones que reproducen una tendencia, pero nunca pretenden sustituir a su firma. Primero, porque su target no es el mismo, y segundo, porque como ya dijo Coco Chanel: “Si eres original, has de estar preparado para que te copien… sin copias no hay éxito”. Y, aunque es cierto que ha habido algunos enfados, como el de Isabel Marant cuando innumerables versiones de sus sneakers coparon el mercado, este pensamiento ha sido manifestado también por otros diseñadores como Olivier Rousteig –director creativo de Balmain- que asegura que “le encanta ver un escaparate de Zara con algunas de sus prendas mezcladas con Céline o Proenza Schouler”.

“Es tan natural que esto ocurra que incluso Alessandro Dell’Acqua –creador de Nº21- ha regrameado algunos clones de los que yo he publicado sobre su firma sin ningún punto de desprecio ni enfado”, cuenta Rosa. La pregunta que cabe hacerse ahora es obvia: ¿dónde está el límite? Puede que la respuesta sea tener clara la frontera entre imitaciones copias y clones inspiración, o que la solución la haya encontrado H&M con sus colecciones cápsula creadas por prestigiosos diseñadores. Sin embargo, para algunos como Rosa no hay límite, “me llaman mucho la atención las firmas que se fijan en lo que se lleva en la calle y lo incluyen en sus desfiles, como Vetements que se enorgullece de dar una vuelta a las prendas low-cost”.

Lo que está claro es que cuando vas de compras y te encuentras con este bolso que ha lanzado Mango, puede que montes en cólera o te carcajees como si no hubiera mañana… pero, si ves esta imagen, la cosa cambia, ¿no?

Sí, es un clon de Céline ✨.