Para dar forma a tu fondo de armario sería ideal que pudieras dedicar un día completo a organizarlo. Si no, puedes hacer cada cosa por separado. Después de realizada la tarea ya solo tendrás que conservarlo así. De esta manera disfrutarás más tu ropa, comprarás menos tonterías y ahorrarás dinero para darte esos caprichos que de verdad lo valen.

Estuve leyendo un libro que, cuando me lo regalaron, pensé que iba a ser un rollazo, y todo lo contrario, me dio muy buenas ideas y me pareció de lo más ameno. Ahora lo tengo siempre a la mano porque lo consulto para cosas prácticas de la casa, la mayoría relacionadas con el orden y la ropa. El título es La magia del orden de Marie Kondo. Creedme, ser ordenado no es ser un nerd, ser ordenado es una comodidad y, a veces, la salvación de un matrimonio.

Acumular ropa sin sentido es lo peor que puedes hacer. A menos que tengas un vestidor tamaño Kardashian —y a veces, ni así— tu ropa siempre estará aplastada y será difícil que puedas usarla en el momento sin tener que de darle una planchadita que mínimo te llevará 10 minutos. O las otras opciones: cambiar de outfit –a veces cae muy mal-, o ir con la ropa masticada, que más bien, no es ni opción pero hay quienes la aplican y me consta. “La arruga es bella” dice Adolfo Domínguez, pero depende del tipo de arruga.

Empecemos:

* Primero saca camisas, blusas, jerséis, chalecos, camisetas, tops, americanas, blazers, cazadoras, todo lo que sean partes de arriba y lo pones en el suelo despejado o en una cama para que puedas ver bien. “Retira lo que no te pongas, lo que no te da alegría usar”, nos dice Marie Kondo. No te tientes el corazón ni empieces a echarte rollos tipo “es que todavía está bien”. ¿Y? “Es que costó muy caro”. ¿Y? “Es regalo de….” ¿Y? Si no lo usas, no lo conserves. Hay infinidad de cosas que puedes regalar y que serán muy bien recibidas por alguien más.

Usa este mismo método para las demás prendas.

* Faldas, pantalones, shorts, bermudas, leggings y * Bolsos, clutchs, zapatos y botas a la vez…

* Chales, mascadas, pañuelos…

* Abrigos, vestidos, capas, trajes completos, gabardinas, impermeables…

* Ropa para usos específicos: deportes, bañadores, yoga…

* Accesorios (cinturones, pulseras, collares…)

* Pijamas y ropa interior.

Retira sin conmiseración lo que no usas. Recuerda que lo que no te hayas puesto en un año, ya no te lo vas a poner.

Foto: Getty Images