Tras diez años en silencio, Sybilla volvía de manera estelar hace unos meses. Pero, como todo en el universo de la creadora, el suyo fue un regreso misterioso, susurrado, de oreja a oreja, sin gestos estrepitosos. Un discreto retorno al podio del que nunca bajó y que ahora se eleva un poco más con la concesión del Premio Nacional de Moda 2015 (que ya recibieron Pertegaz, Manolo Blahnik o Josep Font).

Entre el jurado responsable de su nuevo galardón, nombres como el del propio Font (premiado en la pasada edición); Helena López del Hierro, directora del Museo del Traje; Charo Izquierdo o Yolanda Sacristán. Ellos han sido los responsables de valorar criterios como “la originalidad y calidad de la obra, su carácter innovador o su significación como aportación sobresaliente a la vida cultural española”. Además, tras el fallo, el jurado agregaba: «Sybilla es una artista en el sentido amplio del término que, al margen de tendencias y modas pasajeras, ha conseguido infundir a su obra una sensibilidad que ha situado su nombre en un lugar preeminente en el mundo de la moda”.

Sybilla, Premio Nacional de Moda 2015.
Sybilla, Premio Nacional de Moda 2015.

Por todo ello y mucho más. Por, al menos, 6 razones más:

– Internacional. Es sin duda el nombre con mayor vocación internacional del panorama. Cuando se retiraba en el 2005 lo hacía con un currículum en el que podía presumir de haber colaborado con Louis Vuitton, haber desfilado en Tokio o Milán y, sobre todo, haber conquistado al mercado (especialmente al japonés): sus diseños se vendían en los mejores corners de Nueva York, París, Londres o Japón.

– Mediática (pero sin serlo). Aunque ella es discreta y prefiere rehuir a la prensa, ha vestido a innumerables actrices; ya sea sobre la alfombra roja o en las cintas de Almodóvar. Por ejemplo, para su renacer el pasado mes de febrero, Sybilla confiaba en el porte de Elena Anaya, que lució uno de sus vestidos en la ceremonia de los Goya.

Elena Anaya vestida de Sybilla durante la pasada edición de los Premios Goya. © Cordon Press
Elena Anaya vestida de Sybilla durante la pasada edición de los Premios Goya. © Cordon Press

– Mágica. Con la tijera y los patrones que construye en torno a un amor absoluto por el cuerpo de la mujer: “Me fascinan las mujeres, cada una con sus formas y su personalidad”, confesaba a El País. Sus creaciones, de una elegancia versátil y palpable, demuestran que conceptos como sensualidad y funcionalidad pueden también ir de la mano.

“Pintamos nuestro cuerpo con la ropa, intentando copiar la imagen de nuestro interior”.

– Cosmopolita. Aunque la diseñadora está afincada en España (entre Madrid y Mallorca, donde pasó los años de retiro) pocos pueden presumir de un background tan interesante y rico como el suyo. Sybilla Sorondo Myelzwynska (1963) nació en Nueva York, hija de un argentino y una polaca y con 17 años ya perfeccionaba su costura en París, nada menos que en el taller de Yves Saint Laurent.

– Eterna. Sus prendas nacen con vocación eterna, en el sentido más literal de la frase. Además de vestir a mujeres a lo largo y ancho del globo, su archivo se almacena en el Museo del Traje y ya ha participado en exposiciones en el Palais Galliera o en el Museo de las Artes Decorativas de París.

– Premiada. El galardón del Ministerio de Cultura no es el primero en la estantería de Sybilla que, con solo 25 años ya recibía la Aguja de Oro y el Premio Balenciaga. El año pasado recogía también la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes.

© Sybilla
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